ULTRAVIOLENCE- Tom Kaulitz

Capítulo 012

Esa misma noche

Me encontraba en la cama, mi mente luchando entre la confusión y la desesperación. La habitación parecía una prisión, con el silencio roto solo por el tic-tac del reloj en la pared. A pesar de mi agotamiento, mi mente no dejaba de dar vueltas a las revelaciones de Bill. ¿Qué había detrás de las acciones de Tom? ¿Y qué rol jugaba Bill en todo esto?

La puerta se abrió suavemente, y Bill entró con una pequeña bolsa en la mano. Sus ojos se posaron en mí con una mezcla de preocupación y simpatía.

-¿Te encuentras mejor? - preguntó, tratando de sonar lo más calmado posible.

Lo miré con una mezcla de desconfianza y curiosidad. La situación no había hecho más que complicarse, y ahora había una nueva capa de complejidad: mis sentimientos crecían por ambos hermanos. Aunque me sentía débil, la presencia de Bill ofrecía una pequeña chispa de esperanza.

-Lo intentaré - respondí con voz temblorosa. - ¿Qué es eso?

Bill colocó la bolsa en la mesa junto a la cama y se sentó a mi lado. Sacó algunos medicamentos y una pequeña cena ligera de la bolsa.

-Traje esto para ayudarte a recuperarte - dijo mientras preparaba los medicamentos. - Y creo que es momento de hablar un poco más.

A medida que tomaba los medicamentos, sentí una mezcla de gratitud y desconfianza. La perspectiva de estar atrapada entre dos hermanos con motivos ocultos parecía una pesadilla interminable.

-¿Por qué estás haciendo esto? - pregunté, intentando entender la motivación detrás de su ayuda.

Bill me miró con seriedad, sus propios dilemas reflejados en sus ojos.

-Porque, Victoria, no mereces esto. No mereces estar atrapada en un juego cruel de manipulación y abuso. Tom ha causado mucho daño, y aunque yo no soy completamente inocente, quiero intentar hacer algo bien.

Sus palabras me sorprendieron y me hicieron sentir un atisbo de esperanza. Aunque no confiaba completamente en él, al menos alguien estaba intentando ayudarme.

-¿Qué planeas hacer ahora? - pregunté mientras me recostaba en la cama, aliviada al menos en parte por los medicamentos.

-Estoy intentando encontrar una manera de liberarte de Tom - explicó Bill con determinación. - Hablaré con algunos contactos en Alemania. Tal vez puedan ayudarnos a encontrar una forma de sacarte de aquí antes de que sea demasiado tarde.

Una chispa de esperanza iluminó mi corazón. La idea de que alguien estuviera dispuesto a ayudarme me daba un pequeño respiro. Sin embargo, el momento de calma se rompió cuando la puerta se abrió de nuevo y Tom entró, su presencia llenando la habitación con una atmósfera pesada.

-Espero que estés cómoda - dijo Tom con una frialdad calculadora mientras se acercaba a la cama. - He estado pensando en cómo hacer que tu adaptación sea más... placentera.

Un escalofrío recorrió mi espalda. La sonrisa de Tom no prometía nada bueno. A pesar de mi temor, intenté mantener la compostura.

-Tom, ¿qué estás planeando? - pregunté, tratando de sonar desafiante.

-Planeo que te adaptes a tu nuevo hogar - respondió Tom con una tranquilidad inquietante. - Quiero que te sientas como en casa, pero a tu manera.

Bill se levantó rápidamente, acercándose a Tom con una expresión de preocupación.

-Tom, ¿por qué no le das un poco de espacio? Necesita descansar.

Tom lo miró con frialdad, dejando claro que no estaba dispuesto a ser desafiado. Luego se volvió hacia mí, su mirada cargada de una amenaza disfrazada de cariño.