El Plan: Estafar y Morir. (Epoca Victoriana)

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Juan estaba apoyado en el borde del balcón de su nuevo castillo viendo cómo se iba el carruaje del que había llegado hace un rato

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Juan estaba apoyado en el borde del balcón de su nuevo castillo viendo cómo se iba el carruaje del que había llegado hace un rato. Sintió un escalofrío, un mal presentimiento, pero lo intento ignorar, de todas formas, sabía que esto saldría mal.

Con algo de incomodidad tomó las sedas de su enorme falda, en forma de campana que intentaba ocultar la figura técnicamente masculina de este, y mientras las cantidades de capas de tul blanco se levantaron ligeramente dejando ver sus pies que se movieron en cortos pasos hacia dentro del cuarto cerrando las cortinas detrás de él.

Sus pensamientos solo giraban en eso, conocía de memoria el plan y su final:

«Voy a terminar muerto.»

Él, hijo menor de la realeza, vivía bajo la sombra de su hermano mayor, Drako, de quien sus padres, Xena y el Profeta, estaban tan orgullosos. Sin embargo, cuando Drako contrajo matrimonio, la familia debía de seguir la tradición, y es que los padres del hombre deben poner todo el dinero para la boda y además dejar más para la pareja luego de esta.

Le cumplieron todos los caprichos a su hermano y pareja, al punto en el que se dieron cuenta de que ya no eran tan ricos como antes, no habían manejado bien sus finanzas.

Ambos pensaron cómo solucionar esto, puesto que no es solo una crisis familiar, sino también de su pueblo y el reino que manejan, aunque este pueblo no estaba en el mejor estado desde hace ya mucho tiempo.

La mejor opción sería hacer otra alianza con otro reinado cercano al suyo para que les ayude en recursos y dinero; sería perfecto si no fuera porque su hijo menor es varón y no una mujer, por lo cual deberían poner el dinero ellos y no solo eso, de todas las familias reales cercanas... Todos tenían hijos hombres.

Juan en ese momento tenía 12 años cuando su padre y su madre vinieron a decirle que ya no era un varón, que sería una niña llamada Juana, que a partir de ese día usaría vestido y que empezaría a salir en fiestas reales puesto como antes era un niño nunca salía del castillo por lo cual nadie lo conocía.

El plan de sus padres comenzó, le dejaron crecer el cabello, comenzaron a maquillarle y le ponían corsés apretadisimos con tal de que tenga una figura más femenina.

Después de años de eso Juana, realmente Juan, llegó a la edad de 20, edad suficiente para poder casarse con el hijo mayor del reino de los Úrsidos.

Este reino se caracterizaba por estar conformado por una familia de híbridos de oso, y su esposo claramente no era la excepción, se llamaba Rubén, pero su nombre honorario con título real era el Príncipe Rubius.

Y ahora por fin había llegado el día final, o lo que se creía el día final del plan.

Apenas terminará la boda, la unión entre los dos reinados; El Profeta y Xena huirían con todo el dinero antes de que, en la noche de bodas, Rubius notará que Juan no era una mujer.

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