Epílogo

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Había pasado un año desde que Boris y yo nos trasladamos de Los Ángeles a casa de Hobart, en Nueva York.

Hobbie se había vuelto como un padre para nosotros, cuidando y protegiéndonos.

Los dos recordamos muy bien la noche que llegamos a Nueva York;

Llovía y teníamos un frío que sentíamos que en cualquier momento se nos podía helar el cerebro y romperse en pequeños pedacitos de hielo.

Al picar el timbre, Hobbie abrió de inmediato, preocupado por vernos a los tres, empapados, (Boris, Popper, y yo). Decidió dejarnos pasar para que pudiéramos contarle todo, y así hicimos:

— Hola Hobbie... - saludé, tembloroso

— Por dios... Estáis mojados de pies a cabeza, pasad.

Una vez en la casa, decidimos acomodarnos y secarnos un poco el pelo, seguido a esto nos sentamos en el sofá del salón.

— Verás... - Comencé a hablar, explicándole toda la historia en Los Ángeles, sin saltarme ningún detalle.

Bueno si me salé un pequeño detalle; el hecho de que nos habíamos estado drogando y emborrachando cada vez que estábamos juntos, aparte de el hecho de que ahora eramos una pareja.

Boris y yo habíamos hablado en el bus sobre eso. Pensamos que lo mejor sería decírselo luego de unos meses o tal vez años, cuando tengamos la confianza suficiente como para contárselo.

...

— Y eso es todo. - acabó Boris.

— Os podéis quedar aquí el tiempo que queráis, - respondió Hobbie con un tono desgarrado y triste por lo que le acabábamos de contar - yo os cuidaré.

Seguido a esto, Hobart se dirigió a enseñarnos nuestras habitaciones. Yo me quedé con la antigua habitación de Pippa, que ahora estaba en Texas, y Boris se quedó con la antigua habitación de Welty.
Aunque realmente, las habitaciones no importaban ya que, cada día, a media noche, cuando Hobbie dormía; yo iba directo a la nueva habitación de Boris para dormir con el. Fácilmente podíamos dormir separados pero no queríamos, básicamente nos apetecía poco. Nos sentíamos más seguros durmiendo juntos. Aparte, las pesadillas habían acabado pero si volvían, sabía que Boris iba a estar ahí para mí.

...

Actualidad: un año más tarde.

8:00 A.M

Era un lunes normal y cualquiera, la noche anterior estuvimos jugando videojuegos y viendo películas hasta tarde, cosa que realmente no deberíamos haber hecho.

Mhmm... - murmuró el pelinegro mientras bostezaba. - ¿Qué hora es?

Miró al reloj que tenía en su mesa de noche y se percató de que a la hora que era, ellos ya deberían de estar en el instituto.

— ¡Potter! - me despertó lentamente

— ¿Si, Boris?

— Son las ocho... ¡Vamos tarde!

— ¡Oh, mierda!

¿Que hubiera pasado si...? • BOREO • THE GOLDFINCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora