Sed

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Todo estaba a punto.

Finalmente, las arriesgadas serpientes y el león se decidieron por actuar a la hora del almuerzo del día siguiente, ya que después tanto Draco como Luna tendrían una hora libre hasta próxima clase.

La mañana la dedicarían a confundir a la pareja. Escribieron una nota para cada uno en nombre del otro invitándose a un picnic en el patio que había detrás de los invernaderos. Una zona con sombra, tranquila y muy privada a esa hora del día.

A Draco esa idea le pareció típica de Luna, y a la chica le sorprendió tal arranque de detallismo por cómo era el joven Malfoy, pero le pareció un gesto muy tierno, por lo que no se lo pensó.

Ambos habían caído en la trampa...

Las serpientes y el león se encargaron de prepararlo todo en el lugar acordado y buscaron un buen escondite. No se complicaron mucho; Una extensa manta a cuadros y servilletas a juego, una cesta con un par de sándwiches, algunos aperitivos de la cocina, un par de platos, cubiertos, y, por supuesto, dos grandes copas llenas de lo que parecía zumo de calabaza con una botella pequeña al lado. Podría haberse montado un mejor escenario, pero ese no era el objetivo, se dijeron.

A Draco le habían citado en su nota más temprano que a Luna para ver si se animaría a tomar algo del picnic que se encontró preparado o por lo menos, a dar un trago a su copa. Pero por el momento no ocurrió nada porque prefirió esperar a la chica.

Pansy había encontrado el lugar perfecto para espiar a una distancia prudente. Se situaron detrás unos frondosos arbustos pegados a un muro donde podían visualizar perfectamente si alguno de los dos daba un sorbo, esperarían unos minutos a que la pócima hiciera efecto y saldrían a saludar para empezar con un disimulado interrogatorio.

La chica de las serpientes llevaba al cuello una pequeña cantimplora donde tenía el Veritaserum a buen recaudo desde la noche pasada que lo tomaron prestado como los Slytherin señalaban. Con ello, se aseguraban de tener bastante por si el plan fallaba esas tarde y evitaban que cayera en otras manos.

Aun no llegaba ninguno de los dos, por lo que se produjo un silencio incómodo entre Neville y los chicos Sly. No estaban acostumbrados a estar tan tranquilos tan cerca los unos de los otros si no era en clase. Y el Gryffindor hasta ese momento solo había recibido acoso por su parte, por lo que no le interesaba salirse del plan para rellenar pausas extrañas. Pero podía notar el nerviosismo y la excitación en el grupo de Malfoy.

De repente escucharon pasos tras de ellos. Alguien se acercaba a los arbustos por la parte de atrás. Podría ser algún profesor preguntándoles que hacían allí o peor, Draco y Luna, descubriendo sus planes.

Pero todas preocupaciones pasaron solo a sobresalto cuando observaron cómo en el camino se formaban marcar en la hierba. Eran varisas huellas de pies que iban en fila y en ese momento Neville se percató de que en el césped bordeaba una extraña sombra y unos pequeños pies con zapatos del uniforme de la capa asomaron por la punta.

-Chicos... ¿Harry? Sé qué estáis ahí.

-...De acuerdo...

Los Slytherin quedaron con una extraña expresión al ver como de la capa de invisibilidad de Potter salía el resto de leones. Primero las dos chicas, luego Harry y al final del todo Ron, que era el más alto.

-Os dije que la capa invisible ya se nos queda pequeña para esto...-dijo este último con expresión de alivio al haber salido de entre el grupo que había caminado agazapado un buen trecho.

-Supongo que no venceríais al Señor tenebroso con esa capa... -musitó Blaise.

-Genial... Cómo os lo ibais a perder -murmuró Pansy.

Serendipia (Druna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora