CAPÍTULO 4: MALDITOS BASTARDOS

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Este capítulo será un poco duro.

Mario y Luigi iban a cumplir en menos de dos semanas 18 años y las vacaciones de verano habían comenzado para ellos. 

Tras acabar la secundaria ambos ya sabían a qué querían dedicarse, cosa que al principio su familia no lo veía del todo claro pero que demostraron que de verdad había talento en ellos: la fontanería. Todo fue porque les generó mucha curiosidad saber cómo se veían las tuberías por dentro, el manejo del agua y su curso por los alcantarillados y, lo más importante, ayudaban a las personas a vivir tranquilos en caso de un atasco o una inundación. 

Cuando terminasen las vacaciones se apuntarían a un cursillo de fontanería que rondaba cerca de su hogar, no por algo en Brooklyn la fontanería era común entre italoamericanos. Mientras tanto los dos se dirigían a una fiesta en la piscina de una compañera de clase, la cual por lo menos tuvo compasión por el pobre Luigi ya que a él le costaba mucho hacer amigos.

L: “¡ESTOY TAN EMOCIONADO!”

M: “¿Por esta fiesta?”

L: “¡No solo por la fiesta! ¡Por nuestro cumpleaños y porque vamos a ir a California a visitar a los primos Carlo y Andrea!”

M: “Y no te olvides de los tíos Guido y Francesca.”

L: “Sí, pero ahora que vamos a cumplir la mayoría de edad podremos hacer esas fiestas que hacen los adultos.” Sus primos tenían 27 y 25 años, pero lo que Luigi no sabía era que su visita no saldría como él esperaba. Mientras nadaban y se divertían en la piscina Luigi sintió la llamada de la naturaleza. “Oye Mario, voy un momento al baño.”

M: “Oki Doki. Cuando salgas, si quieres nos tomamos una hamburguesa.” El hermano mayor de Melinda, la compañera de Mario y Luigi que organizó la fiesta, se estaba haciendo cargo de la barbacoa. Luigi aceptó la propuesta de su hermano y salió de la piscina.


Cuando Luigi se estaba lavando las manos después de hacer sus necesidades Evan, Will y Dave, quienes eran tres chicos que siempre se metían con Luigi, entraron acorralando a Luigi.

D: “Pero mirad a quién tenemos aquí. Si es el maricón llorón de Luigi.”

W: “Con que cascándotela a escondidas, ¿eh?”

L: “N-no… Y-yo solo vine a hacer pis…”

W: “Yo solo vine a hacer pis.” Imitó a Luigi con un tono infantil. “¿Qué clase de adulto dice hacer pis en vez de decir que va a mear?” 

E: “Y no nos mientas. Tú has venido a aquí a pajearte pensando en nosotros, ¿verdad marica de mierda? A ver esa erección tuya.” 

L: “¡N-NO POR FAVOR!” 

E: Le bajó el bañador dejando a Luigi totalmente expuesto. “Pero que… demonios…”

W: Señaló a las intimidades de Luigi. “¡No tiene nada de pelo ni en los huevos!”

D: También señaló a Luigi. “¡Y la tiene más pequeña que la mía!”

Los tres se rieron sin parar del pobre Luigi mientras éste lloraba y trataba de ocultar sus partes íntimas. Entonces alguien dio un portazo.

M: “¡MALDITOS BASTARDOS! ¡DEJAD EN PAZ A MI HERMANO!” Mario había llegado para ir a rescatar a Luigi de las garras de Will, Dave y Evan después de que Melinda le avisó de que los vio yendo detrás de Luigi.

L: “¡BRO!” Gritó feliz al ver que su héroe llegó en su ayuda.

E: “Mario, esto no es de tu incumbencia.”

Me.: “En realidad sí.” Melinda llegó junto con su hermano mayor para intimidar a los brabucones y así abandonar el domicilio antes de que llamasen a la policía.

Cuando esos tres bastardos se fueron Mario fue corriendo a abrazar a su hermanito, el cual no paraba de llorar. Los abrazos de Mario eran lo único que conseguían calmar a Luigi ante este tipo de situaciones.

Los padres de Melinda llamaron a los de Mario y Luigi informándoles de lo ocurrido, por lo que decidieron traerlos de vuelta a casa para que Luigi pudiese relajarse un poco más y sentirse a salvo. Luigi se quedó con Mario en su habitación tumbados en su cama mientras éste último acariciaba a Luigi en su cabello como si fuese un gatito.

Al caer la noche Mario encontró a Luigi sentado en el sofá del salón comiendo helado mientras veía una cinta VHS de cortos animados antiguos de dicha compañía. Era algo que Luigi solía hacer cuando le hacían bullying. Su padre había conseguido un reproductor de video y lo conectó a la televisión a pesar de que los VHS ya estaban obsolentos. Mario aprovechó para sentarse a su lado y darle una sorpresa.

M: “Hola bro. ¿Te importa si me quedo aquí contigo?”

L: “N-no… De hecho estando contigo me siento mucho mejor.” Sonrió al ver a su hermano mayor sentarse a su lado. “Gracias por salvarme hoy bro. No sé qué haría yo sin ti.”

M: “No tienes que dármelas. Mi prioridad es que tú estés a salvo.” Le sonrió de vuelta. “¿Sabes? Papá y mamá van a ir a cenar con los padres de Melinda para arreglar lo ocurrido hoy y así darles un buen escarmiento a esos idiotas que te hicieron daño. Y aprovechando que estamos solos… ¿Quieres darte un baño conmigo?” Luigi le miró dudando. “Mamá ha comprado sales de baño de esas que crean espuma.”

L: Esa última palabra hizo que la luz de sus ojos volviese. “¿Podemos hacernos bigotes chulos con la espuma?” A pesar de tener casi 18 años a Luigi le encantaba jugar con la espuma, cosa que Mario sabía bastante bien.

M: “Claro que sí campeón.” Que hermoso era para Mario ver a Luigi tan ilusionado por jugar en la bañera, con esa inocencia infantil característica suya. Sin duda le alegraba el corazón.

L: “¿Podemos primero acabar la cinta?”

M: “Por supuesto. Es más, yo también echaba de menos ver estas películas contigo.”

Hola.

Lamento mucho que el capítulo acabe aquí 😅 y sé que prometí que las escenas de desnudos estarían más presentes 😅

Pero necesito que vosotros votéis en los comentarios para el siguiente capitulo:

Lemon o dejar el lemon para más adelante.

Nos vemos 💕

Nunca te dejaré (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora