La Niña En El Anden

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Era una noche oscura y tormentosa cuando Thomas, exhausto después de un largo día de trabajo, se dirigía a casa. Para llegar a su hogar, debía tomar el último tren de la noche, un viaje solitario que solía realizar en completa soledad. Sin embargo, en esta ocasión, la estación estaba inusualmente desierta.

Thomas se encontraba esperando en el andén, mirando fijamente las luces tenues de la estación. De repente, sus ojos se posaron en una figura silenciosa parada detrás de él: una niña pequeña con la mirada baja. Preocupado por su seguridad, Thomas se acercó y le preguntó por su familia y qué hacía allí tan tarde y sola.

La niña levantó lentamente la mirada, sus ojos llenos de tristeza. Le pidió a Thomas un favor desgarrador: buscar un peluche muy importante que había caído a los rieles del tren. Era un regalo especial de su madre, y ella no podía soportar perderlo.

Aunque reacio y preocupado por su propia seguridad, Thomas no pudo resistirse a las lágrimas de la niña. Le pidió que le mostrara dónde había caído el peluche y, después de un rato de búsqueda, lo encontraron tirado en los rieles. Thomas, a pesar de estar consciente de que el tren estaba a punto de llegar en 5 minutos, tomó una decisión impulsiva y se lanzó a los rieles para recuperar el peluche.

Justo en el momento en que descendió a los rieles, el brillo de las luces del tren se hizo visible a lo lejos. El miedo invadió a Thomas mientras intentaba desesperadamente subir de vuelta al andén. Sin embargo, la niña comenzó a molestarlo, bloqueando su camino y mostrando una mirada siniestra. Parecía que estaba decidida a no dejarlo subir.

En medio de los forcejeos y el pánico, Thomas logró finalmente subir al andén justo a tiempo antes de que el tren pasara. Las autoridades llegaron rápidamente al lugar y cuestionaron al hombre por su peligrosa acción. Thomas les relató todo lo ocurrido, pero al revisar las cámaras de seguridad, se dieron cuenta de que estaba solo en el andén. Las imágenes mostraban claramente que el tren estaba a punto de llegar, y no había ninguna niña ni ningún peluche perdido.

Esta experiencia marcó profundamente la vida de Thomas. Pasaron años antes de que pudiera sacar de su cabeza el rostro de aquella misteriosa niña. La estación se convirtió en un lugar lleno de temor y leyendas, relacionado con la historia de una niña cuya inocencia fue explotada y que ahora se aprovechaba de la bondad de los demás, pidiéndoles que se arriesgaran por ella.

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