seis

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llegó a su hogar con un suave suspiro escapando de sus labios mientras entraba, sacándose los zapatos para adentrarse a la casa. se dirigió a su cuarto hasta que escuchó ruidos provenir de la cocina y se aproximó a ver, encontrándose con su madre, parece que esta había regresado temprano del trabajo y ahora se encontraba preparando la comida.

-hola, ma'- la saludó con una suave sonrisa.

-hola, juanito, la comida estará lista pronto así que sube a cambiarte- le respondió la mujer, sonriéndole igualmente.

juan asintió con la cabeza y se encaminó a su cuarto, tirando su mochila a un lado de la puerta para luego derrumbarse en la cama, la mirada perdida en la pintura blanca del techo mientras intentaba comprender este lío de sentimientos que de a poco iba desarrollando por el omega pelinegro.

era tan confuso y extraño, nunca antes había experimentado algo como esto y le preocupaba que aquello que creía que podía ser, resultara ser cierto.

juan no podía enamorarse de otro omega, su madre no se lo permitiría.

decidió mejor ignorar estos pensamientos por ahora, sacudiendo su cabeza de un lado a otro en su intento de apartarlos, levantándose de la cama para caminar hasta su armario y tomar unas prendas, procediendo a cambiarse para luego dirigirse a la cocina otra vez, con spreen aún rondando por su mente.

llevaban aproximadamente tres meses conociéndose y aunque no era mucho tiempo, aquel vinculo que se desarrollo entre ambos era realmente fuerte, desde el primer momento en que sus miradas se conectaron en el pasillo de la escuela, el omega sintió algo removiéndose en su interior, un llamado que le decía que había encontrado a su persona especial, pero la forma en que spreen a veces actuaba y su manera de vestir, era lo que le impedía dejarse llevar por las palabras de su lobo, no podía estar con un omega, con quien creía que era un omega.

se sentó en la mesa, al frente de su madre, agradeciendo por la comida para luego comenzar a comer tranquilamente en silencio, cuando la alfa no estaba criticando a otros o imponiendo más reglas en la vida de juan, las cosas podían ser mas relajadas y cómodas, disfrutando de la compañía de su progenitora.

-el viernes saldré con un amigo luego de clases- le informó mientras lavaban juntos los platos y utensilios utilizados una vez la cena terminó.

-¿con quién?- preguntó, desviando la mirada hacia su hijo mientras fregaba uno de los platos -espero no sea con ese amigo omega tuyo, su forma de vestir..- una mueca se dibujó en su rostro y el castaño ya estaba listo para recibir lo que se avecinaba -entiendo que es un omega pero vamos, no puede simplemente andar por allí vestido como una cualquiera-

-ya te lo he dicho, roberto no es así, solo le gusta vestir de manera que a él le agrada más- intentó responder, defendiendo a su amigo y evitando que el enojo se filtrase en su tono -además él ya tiene un alfa, no necesita la atención del resto, beto ama a diego, mamá-

-si realmente lo quisiera dejaría de andar así vestido y se guardaría esas cosas sólo para su alfa, los omegas de hoy en día, luego de preguntar por qué suceden ciertas cosas-

el castaño apretó con cierta fuerza el plato que sostenía y se hallaba secando, alejando sus ojos de su madre, intentando calmar la ira que crecía en su sistema mientras decidía permanecer en silencio, de nada servía discutir y menos quería que su madre lo castigase por atreverse a contradecirla, por levantar la cabeza a un alfa, no quería experimentar la voz de uno otra vez.

-por suerte mi pequeño juan no es así- le sonrió -entonces, ¿con quién saldrás?-

-sólo un amigo de la escuela- respondió y la mayor asintió con la cabeza, fundiéndose juntos en un nuevo silencio.

chico pastel ★ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora