prólogo

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os tres machos se miraban con desconfianza en el salon de juntas. Cada uno con sus ejecutores esperando que la Gran Sacerdotisa hable, el futuro de Dulkarian estaban en sus manos y no sabían cómo seguiría esto. Había dos opciones: ir a la guerra o encontrar una forma de llegar a la Paz.

No era una sorpresa que el ciclo vital de la Gran Sacerdotisa se estaba apagando, a pesar de verse tan joven como a sus primeras dos décadas. Sin embargo, su tiempo se estaba acabando y con ella, la paz en Dulkarian.

—   No es una sorpresa ¿Verdad? —  Dijo la bruja pelirroja.  —   Es el momento de tomar un nuevo líder. He ocupado este cargo por cinco siglos para evitar la guerra y encontrar a la descendiente de los emperadores pero visto que no la pudimos localizar...  —  Mervian hizo silencio y miró a cada uno de los lideres. —  No quiero elegir, en realidad, sé que será inevitable el caos si elijo a alguno.

— ¿Entonces que pasará?— Preguntó Kerrel, el líder de los licantropos.

— Como he dicho, no pudimos localizar a la príncesa... Hasta ahora.

El silencio fue sorprendido por exclamaciones de sorpresa y miradas de shock, la información era tan delicada que no era fácil de procesarlo.

— ¿Usted la...?

— No fue fácil, la princesa está a un planeta muy lejano dónde un día suyo son 34 días de nuestro calendario. Desconozco cuántos años tiene, se ve de dos decadas. Una cria.

— ¿Cómo la localizó?— Preguntó Ashtoroth líder de los vampiros.

— La diosa me lo mostró como también es el futuro con ella. Será un poco turbulento al principio pero si todo sale bien, el futuro de Dulkarian será prospero y pacifico. Sin embargo, a vista que en los tres clanes la masacre de la guerra les dejó con la mitad de la población y ciertamente se ha disminuido más con el tiempo... Ya no se puede emparejar con solo dos individuos.

—¿A qué refiere su excelencia?— Preguntó el Kherrel.

— Poligamia, la Diosa ha dicho que la sociedad debe adoptar a la Poligamia para evitar incluso los problemas dentro de un clan y dado que esto es así... Significa que ustedes tres, líderes del clan vampiro, licantropo y gárgola tendrán que dar el ejemplo tomando como esposa y compañera a la princesa Neemileig. Además, la diosa también ha elegido a una bruja para convertirse en la cuarta pareja de la princesa y de esa forma el tratado de paz entre especies estará sellado.

Los machos gruñeron en desacuerdo pero una sola mirada de la Sacerdotisa los calló, era verdad que entre los tres líderes no había un buen trato, no eran más que enemigos que esperaban la hora para matarse entre ellos pero con esta nueva demanda de la diosa, su líder superior, no podían hacer nada.

Se miraron entre sí con desconfianza aun sabiendo que ya nada sería igual.

— La Emperatriz Neemileigh Nobreaux será la líder suprema ahora, deben ir al planeta Tierra y encontrarla con el nombre de Heather Wilson. Ya hicimos un poco de investigación, mí aprendiz Micahelian les entregará la información, sin embargo ya saben que la princesa ha crecido lejos de todo por su seguridad. La gran diosa dice que deben compartirla si o si, así es como será el trono o de lo contrario no ayudará a Dulkarian a prosperar.

El silencio sepulcral se hizo presente. Los tres líderes de los diferentes clanes se miraban entre si sin saber que decir, la tensión entre ellos era el principal enemigo de ellos. Ahora tenían que unirse por la princesa ¿Pero como lo van a hacer si a primera vista se querían matar? Compartir una mujer entre ellos... No era posible.

— Compartirla... Eso es imposible.— Susurró Kherrel.— Cada uno de nosotros somos dominante con nuestra pareja, nos matariamos entre nosotros solo por poder respirar entre nosotros.

— Sin mencionar...— Dijo el líder de las Gárgolas, Dhaliant.— que no nos llevamos muy bien que digamos, será puna tortura para la Princesa. Hay instintos que no podemos controlar.

— Es por eso que la Princesa será la que los una. Es esto o el fin de Dulkarian, la Diosa ha hablado, eso es lo que dijo. Es su decisión, yo ya no estaré en este mundo ni para ver su fin o su nuevo comienzo.— La sacerdotisa se levantó y todos se levantaron con ella en señal de respeto pero antes de irse se giró y los miro— Lo mejor sería hablarlo, en privado ¿No creen?hablen de esto de forma pacífica y sensata. Ya no puedo hacer más.

Y sin más la Sacerdotisa salió de la sala dejando a los líderes en la difícil decisión.  Confiaba en que harían lo correcto aunque si no se ubican por el bien de Dulkarian habría una matanza entre clanes pero si se unian, también habría problemas aunque estos podrían solucionarse gracias a una Dulkarian unida.

Todo dependía de la princesa también. Si ella hacia un buen trabajo, la paz de Dulkarian sería fuere y duradera. Pero sabía que era ella quien tenía la tarea más difícil, debería aceptar lo que es realmente y acostumbrarse a una realidad, además tenía que enamorar y calmar a tres machos de diferentes calbes con un odio en común.

Si, esto no sería fácil pero ella confiaba en su Diosa. De todas maneras, su ciclo vida se estaba acabando muy rápidamente. Pronto volvería a ver a su amado.

Que la diosa los guíe.

Crónicas de Dulkarian: La emperatriz  (resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora