cómo lo dice el título son traducciones y diferentes cosas de Record of Ragnarok y algunos son un tanto "especiales"
Obviamente la mayoría de las historias no son mías
créditos a su respectivo autor@
Para el pelinegro la sola idea de moverse hacia el mundo de los humanos había sido algo que nunca había llegado a llamar su atención en lo más mínimo, aunque en ese mismo momento estuviera a punto de cruzar el umbral que lo llevaría hacia ese lugar.
No había bajado para crear una guerra entre pueblos como había hecho en más de una ocasión, o para secuestrar a una princesa por pura cabezonería porque se le había hecho atractiva. Solo quería recoger un par de muestras que utilizaría más tarde en alguno de sus tantos experimentos.
Avanzando lentamente por los pasillos sin luz de la abadía* con el cuidado suficiente de que estos no resonaran en el eco del lugar a pesar de que si figura se fundía fácilmente en la espesa oscuridad que le rodeaba. Era prácticamente imposible que alguien llegara a atraparlo.
Aunque eso último no era como si llegara a importarle demasiado.
Tanteando las distintas puertas de la zona de habitaciones que había en el lugar sin llegar a abrir ninguna de ellas. Teniendo un objetivo claro y resguardado al fondo del pasillo de esa gran abadía, junto a la habitación de la abadesa.
Una joven novicia bajo el nombre de ___. Eso era justo lo que estaba buscando.
La había estado observando en su escaso tiempo libre para asegurarse de que cumplía con todos y cada uno de los requisitos que sus experimentos requerían para no acabar bajando a ese lugar y acabar malgastando su tiempo.
Pero de alguna manera había llegado, incluso, a superar sus escasas expectativas.
Entrando en su habitación lentamente y sin hacer el más mínimo ruido, cerrando tras de sí. Caminando lentamente hacia la cama que había en un rincón,observando a la joven _____ desde arriba sin cambiar en lo más mínimo la expresión de su rostro.
Escaneando en silencio como su cabello se expandía sobre la almohada en un caos silencioso y, en cierta medida, casi armonioso. Mostrando un rostro tranquilo de pestañas largas y espesas y labios rosados. Un cuerpo delgado y curveado cubierto únicamente por un camisón que, tras haberse alzado por el movimiento de la chica, mostraba casi por completo sus muslos algo anchos.
Definitivamente podía asegurarlo. No entendía a los humanos.
No entraba dentro de su razonamiento que una chica tan joven y bella como ella hubiera optado por quedarse encerrada entre las paredes de un convento, siguiendo una rutina estricta de adoración y sumisión hacia uno de los tantos dioses que existían. En lugar de disfrutar de su juventud, buscando a alguien con quien estar y poder tener una vida tranquila y relativamente libre.
