Traumatizando a los hermanos menores

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—HuaiSang, pensé que ibas a estar aquí hace media hora

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—HuaiSang, pensé que ibas a estar aquí hace media hora.— Wei WuXian suspiró contra su teléfono. —¿Te costó encontrar la casa de Wen Ning?

—¡Estoy aquí!— La voz de Wen QiongLin sonó en la distancia.

—No, me temo que tenemos problemas para encontrar tu casa—. La voz de Nie HuaiSang sonó de nuevo. Wei WuXian sintió que arrugaba la frente.

—¡HuaiSang es el único lugar en la cuadra!— Protestó. Escuchó bocinazos desde el otro lado de la línea.

—Nie-Xiong, ¿tal vez debería hablar con él?— Volvió a sonar un preocupado Wen QiongLin.

—Soy perfectamente capaz—, reprendió la voz de Nie HuaiSang al mismo tiempo que sonaba otro bocinazo. —Sólo comprueba la dirección por mí.

Wei WuXian repitió la dirección de nuevo mientras caminaba hacia las pantallas de seguridad. Lan WangJi le había mostrado dónde estaban, escondidas en uno de los pasillos laterales bajo unos cuadros, poco después de mudarse. Llevaba semanas esperando para pulsar el gran botón que abriría las puertas. Todos los autos de Lan WangJi tenían sensores, así que no le servía de nada.

—Esa es la dirección—, sonó la voz de Wen QiongLin.

—¡Aquí no hay nada más que un enorme parque!— Nie HuaiSang protestó. Los ojos de Wei WuXian se abrieron de par en par al verlo en un automóvil que pasaba por allí.

—¡Te acabo de ver!— Exclamó Wei WuXian al ver pasar el auto.

—¿Qué?— La exclamación de Nie HuaiSang se unió al frenazo del coche.

—¡Acabas de pasar las puertas!— Wei WuXian resopló. —Aquí, las estoy abriendo ahora—. Pulsó el botón. —Me reuniré contigo al frente, sólo tienes que seguir el camino.

Terminó la llamada y se metió el teléfono en el bolsillo mientras se dirigía a la puerta principal. Se detuvo, agachando la cabeza en la sala de estar donde estaba Lan WangJi. Su compañero levantó la mirada de la switch que tenía en las manos.

Wei WuXian sonrió, su compañero. Hace un año habría pensado que llamar a alguien su compañero era algo muy lejano en su futuro. Sin embargo, aquí estaba, vinculado. Es cierto que llevaban pocos días vinculados, pero aun así. Había una facilidad en ello, como si fuera algo natural.

Tenía que recordarse a sí mismo que lo era. Alfa y omega, eran como el yin y el yang. Dos opuestos que podían funcionar en perfecta armonía. Ciertamente había cierta armonía en la forma en que se habían corrido juntos últimamente, una y otra vez. Por mucho que alardeara, Wei WuXian finalmente tenía una vida sexual. Y una extraordinaria, si él mismo lo decía.

—¿Wei Ying?— Lan WangJi irrumpió en sus pensamientos.

—Están aquí—, Wei WuXian sonrió. —Voy a reunirme con ellos.

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