Vínculos

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En aquel momento le había parecido una buena idea, pero ahora, de pie frente al edificio de Lan Corp, Wei WuXian se sentía como un manojo de energía nerviosa

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En aquel momento le había parecido una buena idea, pero ahora, de pie frente al edificio de Lan Corp, Wei WuXian se sentía como un manojo de energía nerviosa. No podía evitar preocuparse de que Lan WangJi pensara que lo estaba molestando.

Wei WuXian sabía que estaba siendo pegajoso.

Bueno, más pegajoso de lo normal.

Suponía que descubrir que nunca formó parte de la manada de su familia lo hacía aferrarse más a la que tenía ahora. Sabía que debía aflojar, que ser tan pegajoso sólo alejaría a Lan WangJi, pero no podía evitarlo. ¿Quién podría culparlo por aferrarse a un vínculo de manada que había deseado tan desesperadamente toda su vida?

Uno que creía tener.

Sus manos arrugaron nerviosamente la parte superior de la bolsa, apretándola mientras se dirigía al edificio. Estaba bien querer ver a su compañero, se dijo a sí mismo. Claro que no lo había visitado antes, pero había estado enfermo. Ahora ya no necesitaba ese ridículo bastón. Encima, en este momento era cuando Lan WangJi almorzaba. O se suponía.

Tal vez debería haber enviado un mensaje de texto.

—¿Señor?— Una voz lo detuvo.

Wei WuXian parpadeó mientras echaba un vistazo y vio a un agente de seguridad que se dirigía hacia él. La voz que había hablado era la de la mujer de la recepción, que estaba de pie y lo miraba directamente.

—No puede subir sin permiso—, habló la mujer, enunciando cada palabra. Haciendo que Wei WuXian se preguntara si ya se lo había dicho.

—Oh, lo siento,— Wei WuXian se acercó hacia el escritorio. —Sólo estoy aquí para ver a mi esposo.

—¿Nombre?— La mujer se sentó de nuevo. Sus manos ya estaban escribiendo en el teclado.

—Lan WangJi.

Las manos de la mujer se detuvieron, arqueando una ceja.

—A los Lan no les gusta mentir.

—¡No estoy mintiendo!— Wei WuXian sintió una oleada de indignación. Claro, no se había vestido muy elegante hoy (para decepción de Nie HuaiSang), pero era un poco difícil reunir la energía cuando todo lo que realmente quería hacer era esconderse en su nido. —¡Lan Zhan es mi compañero! Le traje el almuerzo—. Levantó la bolsa para llevar.

—Uh huh,— La mujer respondió, sus ojos parpadeando sobre el hombro de Wei WuXian. Su mirada la siguió, viendo que el guardia de seguridad seguía acercándose a él. Su mano seguía en su pistola.

—Simplemente llámalo, él puede arreglar todo este asunto.

—Sólo llame al vicepresidente de la compañía, seguro que lo haré ahora mismo—. Dijo la mujer con una sonrisa condescendiente. —Mientras tanto puede esperar fuera.

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