Classroom Of The Elite: Kiyotaka the toymaker

Cap1: Un reglamento facil

(Pov kiyo)

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"La verdadera libertad no se encuentra en la ausencia de reglas, sino en la capacidad de jugar con ellas."

Autor: Ayanokouji Kiyotaka

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Mientras caminaba por la escuela, la risa traviesa de Ichika interrumpió mis pensamientos. “¿Realmente estás ansioso por conseguir muñecas?” preguntó, con una chispa de diversión en sus ojos.

“Ya sabes lo mucho que me gustan,” respondí, dejando escapar una ligera risa. “Pero primero, vamos a la ceremonia de entrada.”

“¡Hai!” exclamó, saltando emocionada a mi lado.

Al llegar a la ceremonia, mis ojos se posaron en la clase A, donde una mujer de cabello lila, elegante y con un sombrero distintivo, llamó mi atención. Era Arisu Sakayanagi, a quien podría considerar como una amiga de la infancia.

“Mira, sempai, la loli está en la clase A,” comentó Ichika, señalando con un dedo.

“Sí, la vi,” respondí, intentando no sonreír. “Y no le digas ‘loli’ en frente de ella; te golpeará con su bastón.”

“Jeje, golpea inesperadamente fuerte,” se rió Ichika, recordando un encuentro anterior.

Mientras hablaba con ella, seguí observando a los demás. En la clase B, una belleza de cabello rubio rojizo atraía todas las miradas, mientras que en la clase C, un chico de cabello magenta emanaba un aura peligrosa e intimidante. Finalmente, mis ojos se detuvieron en la clase D, donde estaban la chica bonita y el chico rubio del autobús.

“Hay algo realmente sospechoso en cómo están formadas las clases,” pensé, analizando cada grupo. La clase A parecía tener la actitud más madura, la B era bastante similar, la C estaba dividida entre los que hacían lo que querían y los que ponían atención, mientras que en la clase D, muy pocos parecían interesados.

“La forma en que están divididas las clases forma una jerarquía,” concluí, observando el panorama.

Después de reflexionar sobre eso, esperé pacientemente a que la ceremonia terminara.

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“No me gusta la ceremonia de entrada,” murmuró Ichika, cruzando los brazos. “El director y los estudiantes se están agradeciendo mutuamente de un modo irritante. Es mucho tiempo de pie, y es un dolor en el trasero por tantas cosas problemáticas.”

“Sí, lo entiendo. Es bastante aburrido, pero la ceremonia marca el comienzo de una prueba importante para los estudiantes,” le respondí. “Y para nosotros, el inicio de nuestra libertad y diversión.”

“¡Espero divertirme contigo, sempai!” exclamó, sus ojos brillando con emoción.

Después de nuestra charla, caminamos hacia el salón de clases 1-D. Al entrar, noté que el aula estaba llena hasta la mitad. Todos comenzaron a mirarnos, especialmente los chicos, que veían a Ichika como un trofeo. Ignorando esas miradas, me dirigí a mi lugar.

“¿Sempai, no estás celoso por todas las miradas que me dan?” preguntó Ichika, con una sonrisa burlona.

“Lo dejaré pasar por ahora,” respondí, intentando ocultar lo que realmente pensaba.

“Aww, no eres divertido,” se quejó, haciendo un puchero que era difícil ignorar.

Finalmente, llegué a mi asiento en la parte de atrás, cerca de la ventana; un lugar ideal para observar todo. Después de unos minutos, sonó la primera campana y, casi de inmediato, una mujer vestida con un traje elegante entró al aula.