Capitulo 16

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Apuntó con el arma a Shin, se mantuvo con un semblante confiado, aunque la única esperanza que tenía, era qué su cuñado no decidiera disparar.

—Baja el arma, Shin, así ni tú ni yo saldremos lastimados.—

—Tú sólo sabes traicionar, si la bajo, me dispararás, así que no me importa salir herido, con tal de matarte estoy satisfecho.— No parecía querer cambiar de opinión.

—Shin, por favor... No lo mates, por mí está bien que se vaya y haga su vida con alguien más, puedo vivir con eso, pero si se muere, yo... Yo me sentiré muy mal, no sé si sería capaz de soportar algo así.— Intervino Sai, pegado contra la pared, el miedo lo carcomía. —Tampoco quiero perderte a tí, si lo matas, irías a la cárcel, echarías tu vida a la basura. Y a pesar de todo... Él es el padre de mi hijo...—

—¡Por eso mismo!— Puso el dedo sobre el gatillo. —¿No te da vergüenza que ésta perra arrastrada sea el padre de tu hijo? Es mejor que nadie lo sepa, ¿Qué harás cuando tu niño se entere de que su padre es un promiscuo y un cualquiera? Búscate a alguien más decente como figura paterna para mi sobrino, y olvídate de éste.—

Sasuke abrió la boca para defenderse, pero mejor no dijo nada, no le convenía en este momento, y en realidad, no tenía muchos argumentos con los cuáles defender a su persona.

—¡Tal vez no sea el mejor esposo, pero definitivamente seré el mejor de los padres para mi hijo!— Sí, no pudo aguantarse.

—¡Cállate, estúpido!— Con la paciencia colmada, Shin dió el primer disparo, dirigido al brazo en el que tenía el arma.

La pistola del Uchiha cayó al suelo y éste sólo pudo encogerse y quejarse del dolor, ese hombre realmente iba enserio. Pensó que Itachi haría lo mismo por él, si la situación fuera al revés.

—¡Agh!— Sostenía su brazo mientras jadeaba ligeramente, veía fijamente a los ojos a su agresor, esperaba que al menos no olvidara su última mirada.

—¡Ya basta!— Sai quiso cubrirlo, sabiendo que su hermano no le dispararía más si él estaba de por medio.

Pero antes de que siquiera pudiera moverse por el shock, su hermano disparó en tres ocasiones consecutivas, dándole un disparo al tórax y otros dos al estómago.

Sasuke cayó directamente al suelo, estaba consciente, pero el dolor no le permitía moverse, era tan fuerte que sentía cómo si le estuviera quemando, un ardor inexplicable, y su corazón comenzaba a bombear sangre como loco.

—¡¿Qué mierda te pasa?!— El pálido chico corrió hacia su aún marido, revisando que siguiera vivo. —¡Hay que llevarlo al hospital, se está desangrando!—

—No, Sai. Olvídate de él, ya me encargaré yo del cuerpo y el coche.—

—Claro que no, lo llevaré al hospital.— Fué por su sábana y lo envolvió en esta, para evitar que la sangre se siga regando. Se quitó el suéter y se lo amarró al brazo lastimado, mientras que con la tela de la sábana hacía presión en el área de los disparos.

—Me...— Sasuke levantó ligeramente la cabeza, lo más que pudo, para ver a su cuñado. —Me hubiera gustado cogerme por última vez a tu hermanito... Me monta tan rico que haría que valieran la pena esos balazos... Si tan sólo hubieras llegado unos veinte minutos más tarde... Hubiera muerto felíz.— Sus posiblemente últimas palabras fueron intencionales, pues creyó que esas serían las palabras de un cretino, así que Sai no se sentiría tan mal por su muerte y para molestar a su hermano.

—Maldito...— Se acercó y apuntó directo a su cabeza, dispuesto a dar el tiro de gracia.

—Vamos, mátame... Porque si sobrevivo a ésto... me lo voy a seguir cogiendo para que esté bien relajadito durante el embarazo.— Esbozó una sonrisa, la expresión iracunda de aquél sujeto valía totalmente la pena.

Ámame (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora