Capítulo 1

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-¡Ja! No.-se niega Marta mirando la historia que había subido el chico que le gusta-. Me niego.

Ella gira el móvil para enseñarle la historia a todas (excepto a mí, claro), pero consigo ver, por encima del hombro de Kristina, a un chico (que supongo que será el que la tiene pillada) besándose con otra chica.

-¡Esto no me puede estar pasando a mí!-lloriquea haciendo como que se limpia lágrimas imaginarias con sus uñas largas y postizas que cuestan más que mí futuro.

Nos encontrámos sentadas en un banco del centro comercial, todas estan juntas hablando y cuchicheando, con sus uñas perfectas, sus ropas de marcas... yo por el contrario llevo unos pantalones vaqueros tan anchos y grandes que se caen asta engancharse a la cadera y un top negro acompañado de mi moño mal hecho.

Me llevo la pajita de mi batido a la boca preguntándome ¿por qué me junto con esta gente? Después recuerdo que es porque no me queda otra ya que son las únicas personas que "socializan" conmigo y mi abuela quiere que tenga más amigas aparte de ella, porque sí, mi abuela, Mary, es mi mejor amiga, ¿okey?.

Suspiro. Lo único que quiero es llegar a casa y ponerme a leer o criticar con mi abuela las películas que ponen en la tele.

Intento centrarme en lo que están diciendo, pero es difícil si estas en la otra punta del banco fuera de la piña que han hecho. Pongo los ojos en blanco hasta que noto que mi móvil vibra. Lo saco del bolsillo trasero del pantalón para ver que me a escrito un número oculto.

Número oculto: Lo siento mucho.

¡¿Quéééééé?!

¿Qué siente el que? ¿Y quien?

Intento entrar en su perfil de WhatsApp, pero su número no está registrado.

Yo: Quién eres??

Le pregunto, espero a que me responda, pero no lo hace.

Fuck.

Miro la hora. Ha pasado ya una hora y media que estoy aquí con ellas, no aguanto más. Me levanto del banco decidida a irme, pienso en despedirme, pero no creo que ni se den cuenta de que me he ido, asique cojo mi batido y decido irme de allí. Mientras ando por la acera me deleito por el calor del sol abrazándome los brazos, gracias a dios, hoy no hace mucha calor, se está agradable. Minutos más tarde abro la valla de mi jardín cerrandola tras mi paso, entro sin necesidad de sacar la llave ya que mi abuela esta dentro.

-¡Hola abuela!-exclamo cerrando la puerta cuando entro-. Abueeeelaaa- la llamo al no obtener respuesta.

Mmmmm.

Como dice el meme:

Funny yeah, but not funny "ha, ha" funny weird...》

-¡Abuela!-exclamo acelerando mi paso hasta llegar al salón. Al no encontrarla me voy directamente a la cocina. Ni rastro de ella.

Vale, esto ya empieza a preocuparme.

La siguiente media hora me la paso buscándola y llamándola por toda la casa. Llamo a su móvil, pero se lo ha dejado en el salón.

¿Tenía cita en el médico?

No, no. La cita era pasado mañana.

¿Tenía algo que hacer?

¡Qué yo recuerde no!

Intento tranquilizarme pensando que a lo mejor ha ido al supermercado un momento. Lo mejor será esperar un tiempo a ver si vuelve. ¿Spoiler? Después de una hora ¡No ha vuelto! Se me pasa por la mente el llamar a mi padre, pero ¿a quien quiero engañar? O estará bebiendo hasta el punto en que no distinga donde está su culo y donde está su cara o estará inconsciente en alguna esquina por culpa de tanto alcohol, porque sí, mi padre no es un gran padre que digamos. Cuando nací mi madre falleció por algunas complicaciones y mi padre empezó a ahogar sus penas en el alcohol y a echarme la culpa (todo muy historia americana, ¿no?, ¡pero no es mi culpa!) Mi abuela me ha cuidado desde que era pequeña, sin ella no sería nada y mientras mi padre hace que los dueños de los bares se hagan ricos (pero les amarga la vida contándole sus tragedias) mi abuela me enseña todo lo que debo saber de la vida.

MACKA la leyenda de los ingersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora