El general de Varxs

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— Su excelencia, no puede llevarse a mi esposa.

Aquellas palabras sorprendieron a Lilian, ella supuso que aquel día regresaría a casa; sorpresivamente, Aratz se encontraba frente al duque.

Lilian sintió una ligera sensación de alivio, pero no quiso crearse escenarios mentales, porque recordaba las palabras "no se consumará este matrimonio".

María sonrió alegremente y dio brinquitos, pero Lilian le negó con la mirada, aquel acto no era una expresión de amor, Lilian aseguraba que el general debía tener sus motivos para continuar con aquel matrimonio.

El duque aceptó entablar una conversación con Aratz por lo que se dispuso a ingresar a la mansión; sin embargo, ordenó que Lilian esperara en el carruaje, convencer al molesto duque sería complicado.

— Sea lo que sea que tengas que decir, solo escucharé 5 minutos— dijo el duque acomodando el reloj de su muñeca.

— Su excelencia, se la identidad de mi esposa

El duque no pudo ocultar su temor, aquellas palabras podrían causarles la muerte a toda la familia.

— La dama que espera en el carruaje es Lilian Hamilton, no Luciana Hamilton— añadió Aratz

El duque se mostró pálido y asustado, trató de controlar su respiración.

— ¿Me está amenazando?

— No me atrevería, después de todo esto involucra a mi esposa. Naturalmente mis hombres investigaron a la familia Hamilton, en caso de que vuestro secreto sea revelado, Lilian no correrá peligro

— Si su majestad ordena su ejecución, ¿te opondrás a ello?

— Así es, Lilian dejó de ser una Hamilton el día que llegó a mi mansión. La protegeré y tomaré la responsabilidad de lo que llegue a ocurrir.

—¿Cómo puedes asegurarme de ello?— preguntó el duque

—Su majestad ya está enterado de ello

Aquellas palabras retumbaron en los oídos del duque, si esto era cierto, el destino de la familia estaría condenado.

— Su majestad no desea que esto llegue a oídos de la corte, después de todo ambas señoritas representan más que un simple matrimonio.

El duque asintió comprendiendo la situación.

 ¿por qué razón ambas señoritas de la casa Hamilton serían dadas en matrimonio?, aquí se tenía la respuesta. El duque Hamilton era conocido por su sabiduría y pacifismo, por lo que tenía muchos seguidores y partidarios en la corte, por otro lado se sabía que el general era muy cercano al príncipe heredero. Sin embargo, también estaba el segundo príncipe. 

A pesar de los esfuerzos del rey, sus hijos se mantenían en una constante competencia, competencia que en un futuro podría generar problemas en el reino, motivo por el cual el rey decidió casar a ambas señoritas de la casa Hamilton con ambos bandos del tablero.

A pesar de la mentira que se escondía en aquellas bodas, el rey buscaría mantener el reparto de poder que había hecho.

Aratz y el duque se dirigieron al carruaje donde se encontraba Lilian.

El duque dio su consentimiento despidiéndose de su hija, a pesar de que la mamá de Lilian no se mostraba contenta.

— Si en algún momento decides volver, tu padre vendrá de inmediato a recogerte— dijo la madre de Lilian.

— No te preocupes mamá, estaré bien— murmuró Lilian.

La señora Etxeberria pidió que llevaran de regreso las maletas de Lilian.