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Starscream se dirigió a otra celda del cuartel por la mañana, en concreto, a la celda en donde estaba la sparkmate de Barricade.

—Hola otra vez. Mírate— dijo Starscream desde su rincón y se acercó a la femme. —Estás muy callada.

La femme permanecía inmóvil, con una mirada perturbada y físicamente en un estado deplorable a causa de las torturas y bajezas a la que fue sometida. 

—Vamos, femme, tu voz fue alguna vez hermosa, Polina— el seeker recibió una cabeza agachada como respuesta por parte de ella. —¡Oh! Olvidé decirlo... Megatron está muerto.

La femme levantó su cabeza para verlo, sorprendida y entristecida.

—¡No!— exclamó con la voz quebrada. —¡Megatron! ¿Nuestro Megatron?

—Sí... tu Megatron— contestó el seeker con los ópticos abiertos como platos, mientras la femme se echaba a llorar. —El que te metió aquí. Vamos, hay que arreglarte y ponerte bonita para Barricade.

Starscream la ayudó a ponerse de pie.

No era raro que aquellos que eran acusados de traición, sobre todo si eran de importancia y se les podía sacar algún provecho, como era el caso de Polina al ser sparkmate de Barricade, se les dejara vivir, no exentos de las torturas. El castigo por sus traiciones, reales o inventadas, llegaban a tal punto en el que literalmente sentían amor por aquel que había dado la orden de detenerlos y ejecutarlos; Megatron. 

Al salir de la celda, se encontró con la sirvienta de Darkmount, así como el guardia que la escoltaba. Starscream solamente hizo una seña con su cabeza, esto hizo que el guardia metiera a la sirvienta en la misma celda en donde estaba Polina, dejándola encerrada allí. 

 —Te compré una hermosa armadura violeta, de esas que solías usar antes— le comentaba a la femme mientras caminaban por el pasillo hacia las oficinas del primer piso. Polina solo se limitaba a asentir. 

Ambos se detuvieron cuando Starscream vio pasar a Sunstorm, golpeado y esposado, escoltado por un oficial.

—¿S-S-S-Sunstorm?— preguntó con su tono burlón.

—Sí, señor—contestó viéndolo, teniendo un óptico cerrado y marcado por una hematoma. Creyó estar salvado cuando Starscream le llamó, pero no era el caso.

—Hasta lu-lu-luego, S-S-Sunstorm.

—¡Se-señor! ¡Por favor! ¡No hice nada!— gritaba y lloriqueaba al ser empujado por el oficial.

—¿Qué hizo él?— le preguntó Polina a Starscream.

—¡Agh! Cosas horribles, Polina, estaba confabulado con una célula autobot que operaba en Iacon. Démonos prisa, Barricade seguro que estará feliz de verte.

Lo cierto, es que el crimen de Sunstorm fue haber ingresado muy tarde a las fuerzas de seguridad del CDAI, pues Starscream estaba realizando una purga dentro de su organización. Buscaba deshacerse de los elementos más fieles a Megatron y también de aquellos que fuesen irrelevantes o no mostraran suficiente lealtad hacia el seeker, como Sunstorm. Todo como parte de su plan para ascender al poder.

En el complejo departamental en donde vivían varios miembros del Consejo Decepticon, Swindle salió corriendo de su hogar para ir a ver a Barricade.

—¡Oh, mierda!— Swindle dio un golpe a los controles del ascensor, ya que estaba fuera de servicio. Cruzó un marco y se aproximó al inicio de una larga escalera. —Me gustaría tener alas... somos los dirigentes de Cybertron, ¿Cómo es eso de que no funciona el ascensor?— se decía mientras subía peldaño por peldaño. 

Starscream: Emperador de la DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora