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El teatro se empezó a llenar nuevamente con los mechs y femmes que Breakdown mandó a buscar. Llegaban sobretodo gente desvalida y de bajos recursos.

—Callejeros, por allí— dijo Breakdown sin ningún tipo de tacto con ellos, señalándoles que debían sentarse hasta atrás.

Knock Out los veía intrigado porque jamás había visto a personas de ese estrato social entrar en el teatro.

—No creo que estos sujetos sepan lo que es un piano siquiera— dijo el rojo sin cuidado de su tono de voz. Pero quienes entraban lo ignoraban ya que la curiosidad mantenía su atención en el teatro y no en el rojizo.

Cuando todos estuvieron en su sitio, Knock Out le hizo una seña al director de orquesta que Breakdown había ido a busca. El anciano debía estar bastante agradecido con Primus de que quien lo fue a buscar no era un subordinado de Starscream y el sitio al que lo llevó no fue el cuartel del CDAI.

Cuando el nuevo director de orquesta subió al escenario, Knock Out se mantenía en el pasillo del centro entre los asientos y aplaudió rápido para que el resto le siguiera, y así lo hicieron.

Windblade, que se encontraba revisando el piano, se levantó para ir al asiento, fulminando con la mirada a Knock Out. Este último le levantó ambos pulgares, esbozando una enorme sonrisa mientras retrocedía, sin darse cuenta que la grabación ya había comenzado.

Así, el anciano dirigió a la orquesta y el show se reinició.

El secretario Swindle, ya en su casa, entró chocando hasta llegar a su habitación, donde su sparkmate lo esperaba. Esta se encontraba despierta y al verlo llegar sacó un dpad para anotar todo lo que su mate' le dijera.

—Hice una broma sobre... ¿Sobré qué? ¡Ah! Sobre... refinerías de energon— Swindle se quitaba parte de su armadura, estando sentado en su lado de la cama.

—¿Y Megatron se rio? — la femme le miró, aguardando su respuesta.

—Ehhhhhhh... creo que sí— replicó asintiendo.

—Luego hice un chiste sobre... eh... sobre la armada— chasqueó la lengua. —No se rio.

—No hagas chistes de la armada— continuó anotando.

La pareja era muy unida, tanto por el amor que se tenían, como su "lealtad sin condiciones" a Megatron. La razón de que ella estuviera anotando todo lo que su medianamente ebrio esposo, era para tener un registro sobre que decir y que no en otras instancias. Y también para que, si Swindle estuviese muy ebrio, poder recordar que ocurrió la noche anterior.

Por otro lado, Starscream se aparecía por el cuartel del CDAI en Kaon. Bajó a la zona subterránea donde había habitaciones donde se encerraba a los detenidos para los interrogatorios.

Un mech se asomó frente a Starscream, sosteniendo a una femme por los brazos y por el rostro, apretándole las mejillas. La femme parecía haber sido golpeada en distintas ocasiones.

—¿Aún no habla? — preguntó Starscream, refiriéndose a la, más que segura, falsa confesión de los crímenes que esta femme, con toda probabilidad, jamás cometió.

—No ha soltado ni un solo nombre de sus colaboradores— respondió el mech, pareciendo ansioso.

—Bien, encárgate tú. Cuando esté limpia iré yo también— no hace falta explicar lo que aquello significaba.

El seeker seguiría caminando por un pasillo, donde se escucharían varias veces "Larga vida a Megatron" seguidos de un disparo. Quienes exclamaban eso no eran los agentes ejecutando a los prisioneros, sino los propios prisioneros, ¿la razón? El adoctrinamiento al que fueron sometidos desde que los decepticons ganaron la guerra y también por las torturas a las que fueron sometido, obligándoles a amar al gran líder.

Starscream: Emperador de la DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora