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Una vez enterrado Megatron, los mandos militares acompañaron a los miembros del Consejo a dar sus discursos fúnebres en el tejado del mausoleo.

Barricade, con gesto solemne, se acercó al atril con el microfono y comenzó su discurso. Había tenido ese privilegio por ser uno de los decepticons más veteranos.

—El amor de Megatron por el pueblo era inquebrantable... como... como solo el propio Megatron podía ser— dijo, ajustando el cuello de su coraza . —Así que debemos aceptar este dolor inquebrantable... o ese amor inquebrantable... y así construir un inquebrantable... inquebrantable futuro— miró a sus colegas, quienes arrugaron el rostro al escuchar excesivamente la palabra "inquebrantable". Por ello, intentó corregirse. —Quiero decir, un futuro sólido y resistente, pero no tanto como el propio Megatron.

Mientras tanto, en el interior del Palacio de los Héroes, Skyquake y su ayudante se dirigían al salón de reuniones. Se reunieron con otros subordinados, quienes aguardaban en sus posiciones para ayudarlos, topándose a los guardias de la CDAI que custodiaban determinadas zonas. Skyquake y los suyos tuvieron que entregar sus armas a estos guardias para ingresar a la sala objetivo.

Afuera, Jetfire tomó la palabra, fingiendo una seriedad que rayaba en lo cómico, debido a su notable intención de imitar a Megatron.

—Hoy hacemos una pausa— tomó una pose reflexiba. —Hacemos una pausa por la pena y el dolor de la partida de Lord Megatron. ¿Pero acaso la pausa no es parte de la Revolución Decepticon?— hizo una muy larga e incómoda pausa. Swindle y Dreadwing miraron a Jetfire, pensando que se había quedado en blanco. La tos de Bonecrusher resonó en el silencio, acompañando los débiles sonidos de las banderas ondeando y de los pasos que hacía Galvatron al inclinarse de un lado a otro. —Yo creo que sí.

El que debía ser el triste funeral de aquel que había derrotado al último de los Primes, del gladiador que había inspirado a toda una nación a levantarse en contra de la supuesta tiranía del Consejo de Iacon, se estaba convirtiendo en un chiste.

Skquake, instalaba un dispositivo de activación manual debajo del escritorio, en la parte donde se sentaría Jetfire, pues, gracias a que Dreadwing le había dado la autorización par actuar, pensaba que él los apoyaba. En el baño más cercano de la sala de reuniones, los ayudantes de Skyquake instalaron una bombilla de luz.

Los soldados en el baño terminaron de instalar la bombilla y se comunicaron por radio con el verdoso. Este último presionó el botón del dispositivo e inmediatamente la bombilla comenzó a parpadear y a emitir un muy leve pero audible sonido. El sistema de alerta estaba listo y así todos partieron a esconderse al baño, esperando a que llegase el momento de actuar.

Le tocó el turno de hablar a Starscream. Este se adelantó rápido hacia el atril, dandose cuenta que faltaba muy poco para que las naves sobrevolaran el mausoleo, haciendo su homenaje a Megatron.

—Debemos abrazar nuestra terrible pérdida, con la misma fuerza y el amor por nuestra nación que el mismo Megatron sentía en su gran spark. Cuando nos alzamos en armas en contra de los déspotas de Iacon, les prometimos derechos y libertades, energon y paz— al hacer la pausa para pasar al siguiente párrafo, se escucharon los aplausos del público, siendo el único en recibir tal elogio. Swindle rodó los ópticos por la envidia que estaba sintiendo. —Megatron nos guió con mano firme y decisión inquebrantable— continúo, imitando a Barricade con el uso de la palabra "inquebrantable", pero su seriedad le daba un tono más convincente hacia el público. —Debemos honrar su legado cumpliendo la promesa que hicimos. La Revolución Decepticon no debe perder su rumbo. La conquista de derechos y libertades, energon y paz, debe seguir siendo lo que trace nuestro camino.

Starscream: Emperador de la DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora