1; Miradas furtivas

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Primer capítulo;

Miradas furtivas





Según diversas definiciones, el amor puede describirse como aquel sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la cual se desea compartir una vida en común.

Aquella definición estaría del todo correcta si se hablara de una sola persona por la cual se tienen esa clase de sentimientos, pero ¿Qué pasa con aquellos que llevan el amor de forma distinta? Por ejemplo, hoy en día, nuevas formas de amar estaban siendo descubiertas por cientos de personas en el mundo. Entre ellas, la poligamia se estaba volviendo conocida y, más que eso, el "poliamor" era una palabra que los jóvenes parecían haber adoptado desde su nacimiento, como si estuviese en sus genes.

Bangchan se consideraba desde siempre un chico de mente abierta, no tenía problemas con las nuevas costumbres que la sociedad iba adquiriendo, de hecho, su personalidad era más bien relajada y mientras no le afectara a él de forma personal, no se tomaba las cosas demasiado a pecho.

Diferente fue cuando comenzó su tercer año de universidad.

—Seguramente volverá, quizás tuvo alguna emergencia familiar...

—No va a volver, Minho. — Miró a su mejor amigo de mala manera, ya harto de que intentara alivianar su pesadez emocional con comentarios positivos y expectativas altas. — Literalmente me ha dejado una nota adhesiva con un "lo siento, no puedo continuar. Que seas feliz..." no sé a ti, pero a mí me deja bastante claro que me ha terminado sin siquiera explicarme porqué.

—¿Has intentado llamarlo?

—Unas treinta veces, pero me envía al buzón de voz. Lo conozco, seguramente ya ha cambiado su número y todo... No lo entiendo, ¿Qué demonios pasó? ¡La semana pasada estábamos en su casa felices dándonos un baño en la piscina! — Resopló, mil ideas de él haciendo algo mal dentro de la relación lo estaban carcomiendo. Sus inseguridades que habían estado en pausa mientras su relación con Woojin se mantenía, habían emergido desde lo más profundo en un par de horas, exactamente desde que despertó solo esa mañana en su cama y leyó aquella nota adhesiva.

La bilis se le subía a la garganta de solo recordarlo.

—Tú no hiciste nada mal. Casi puedo ver los engranajes de tu cabeza buscando algún error que hayas cometido. No puedes responsabilizarte por las decisiones de otros. Él decidió irse así sin más, ¿Y qué? Él se lo pierde, y la universidad gana un Bangchan soltero... ¡Se vienen las fiestas de inicio! No todo puede ir mal en la vida.

A pesar de que el estado anímico bajo le duraría días completos, sonrió tan real como pudo para que Minho dejara de preocuparse por él. Además, tenía razón al decir que las fiestas de bienvenida se aproximaban rápidamente con el inicio de las clases, lo que quería decir que sus oportunidades para brillar entre las caras nuevas estaban cerca.

Decidió concentrarse en sus clases de ese día, algo monótono dado que el resumen del semestre anterior era inminente, alargando tortuosamente su mañana académica.

Al salir, el cúmulo de nuevos estudiantes con rostros perdidos parecía una estampida. Los pasillos repletos le hacían difícil el caminar más allá que unos cuantos metros lejos de su aula, y Minho había conseguido escabullirse rápidamente diciéndole que necesitaba ir al baño con urgencia.

Se hizo espacio entre la gente, teniendo que ser poco amable con algunos de ellos que parecían hacer caso omiso a sus palabras.

—Me dejas pasar, por favor...

—Oh, claro que sí. Lo siento, cielo.

No sabría describir con exactitud lo que sintió en aquel momento. Quizás hablar de amor a primera vista sería demasiado cliché, pero admitir que había quedado perdido en ese lindo chico que le dedicó una sonrisa dulce mientras le hacía espacio para que él pudiese pasar al otro lado, era decir lo correcto.

Wanna be yours [ChanLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora