8; La octava maravilla

81 13 0
                                    


Octavo capítulo;
La octava maravilla





Era gracioso cómo todo había ido siguiendo su curso de una manera natural, sin esfuerzos, sin planes de por medio. Simplemente habían estado dejándose llevar por las acciones que ambos deseaban y Felix no pudo evitar soltar una risita con una mezcla entre nervios y diversión.

Estaba sentado en el asiento de copiloto del vehículo de Bangchan, quien se veía absurdamente tranquilo manejando rumbo a la casa de Minho después de que lo había besado quizás mejor que cualquiera de sus novios en un parque, como si fuesen dos adolescentes viviendo su primer romance.

Cuando escuchó la conversación que los dos amigos tuvieron por teléfono, pensó que era su momento de despedirse y seguir con su camino, pues no esperaba ni en el mejor de sus sueños que el mayor le hiciera aquella clase de propuesta a la que aceptó sin la necesidad de pensarlo. Bangchan fue atento con él en todo momento, le robó un par de besos más cuando se subieron al auto y en algunas luces rojas durante el camino hacía lo mismo reclamando que algo tenían sus labios que no podía dejar de besarlos. Y Felix no sabía qué sería ese "algo", pero estaba agradecido de tenerlo porque no se cansaba tampoco de sus besos.

—Vuelvo en cinco minutos, ¿Sí? — Felix asintió, sonriendo cuando obtuvo otro beso antes de que Bangchan saliera del auto con Soonie entre sus brazos.

Lo vio caminar hasta una bonita y pequeña casa de dos pisos, desconocía con quién vivía Minho, pero era un bonito sitio. Lo vio abrirle la puerta y ambos se sumergieron en el interior del dichoso lugar, y a pesar de que ya no podía intuir nada porque no los veía, se quedó mirando en dirección a la casa de todos modos.

Justo su vista pasó por la ventana del primer piso cuando vio a Minho asomarse a través de la cortina con rapidez, mirándolo casi con impacto. No tuvo de otra que alzar una mano para saludarlo con extrema vergüenza y ver cómo le correspondía el gesto antes de desaparecer nuevamente tras la cortina.

Seguramente Bangchan le estaba contando lo que había sucedido, ¿Pero le estaría diciendo también que se lo llevaría al departamento? Seguramente Minho tenía una pésima imagen de ellos por el tipo de relación que tenían, y ya que Bangchan se estaba viendo también con Jeongin, seguramente pensaba que querían arrastrarlo a lo mismo.

—¿Por qué estás sobre pensando de nuevo? — Se regañó a sí mismo, negando con la cabeza y obligándose a mirar hacia otro lado.

Quizás en esos minutos el mayor se haya arrepentido de su decisión por lo que estaba preparado para un rechazo de su parte, listo para ofrecer una sonrisa comprensiva a cambio.




Solo tenía que entrar, devolver a Minho su gato y alegar que necesitaba descansar. De esa forma podría salir rápidamente de la casa e irse a su departamento antes de que se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

No es que le tuviera miedo a Minho (tal vez un poco), es que de alguna manera sabía que estaba tomando decisiones que lo estaban llevando derecho a un callejón sin salida, porque Bangchan tenía un corazón noble y blando que se derretía con cualquier muestra de afecto y una debilidad exagerada ante las caras lindas, y Felix era hermoso.

—A salvo, fui un buen niñero. — Le dijo a Minho cuando éste le abrió la puerta, entregándole a su mascota.

—Lo sé, o no te confiaría a mis bebés. — Respondió con obviedad el otro, entrando con Soonie a quien dejó en el suelo y dejando la puerta abierta, por lo que a Bangchan no le quedó de otra que entrar. — ¿Te vas a quedar un rato?

Wanna be yours [ChanLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora