22; Vámonos juntos

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Duodécimo segundo capítulo;
Vámonos juntos



Ni en sus más locos pensamientos había estado frente a una escena similar.

Ver a Felix sentado en la mesa con su madre bebiendo té era casi gracioso, más cuando lo estaba mirando de esa forma tan espantada.

Berry luchó entre sus brazos para que la dejara en el suelo y así lo hizo, viendo a la cachorra caminar con paso alegre hasta el invitado para olerlo y almacenar su aroma en sus archivos, moviendo la cola de forma amistosa.

—Chan... — Felix habló mientras se ponía de pie. Su madre los miraba en silencio, llevándose la taza a los labios como si estuviese presenciando el último drama coreano en la televisión y este fuera el clímax de la historia. — Y-Yo lamento estar aquí sin avisarte... No fue mi intención entrometerme en tu vida famil-... Uh.

Felix se calló cuando vio al mayor acercarse a él y envolverlo en un abrazo.

Dios. Su abrazo. Extrañaba sentirse refugiado en sus brazos, pero no había dimensionado la gravedad de ello hasta el momento en que pudo oler de nuevo su delicioso aroma y sentir la calidez de su cuerpo envolviéndolo como los viejos tiempos, como si nada hubiese pasado y fuese una costumbre que tenían siempre el estar así de unidos.

—¿Estás bien...? ¿Por qué viniste hasta aquí sin llamar? — Felix iba a responderle sus preguntas cuando la madre del mayor los interrumpió con un tono de voz calmo.

—¿Por qué no van a tu habitación a conversar tranquilamente?

—¿Estás segura, mamá? ¿No te importa?

—Ya son hombres adultos, Bangchan. — La mujer rodó los ojos, palmeando el brazo de su hijo. — Saldré a comprar para la cena. Tus hermanos están arriba. Estás invitado a cenar, Felix. Así que no huyas tan pronto.

—... Gracias. — Bangchan sonrió cuando lo vio enrojecer.

Era tan hermoso que incluso ahora que no lo había visto en días le parecía aún más hermoso de lo habitual. Tenía el cabello más largo y a pesar de que lucía exhausto, sus ojos brillaban de forma especial cuando lo miraba.

Sin esperar más tiempo, cogió la mano del menor y lo llevó a rastras hasta su habitación en la segunda planta. No había dimensionado que ese momento sería tan particular. Claro que Felix conocía su habitación en Seúl, pero estaba a punto de dejarle conocer su habitación de toda la vida, la misma que guardaba recuerdos de cada etapa desde que era un niño hasta que dejó la casa de sus padres hace tres años para cambiarse de ciudad.

—Ponte cómodo. — Bangchan pidió mientras sacaba su celular, abriendo el chat grupal con sus hermanos advirtiendo que estaba en su cuarto con Felix para que no molestaran, poniendo seguro a la puerta solo por si acaso.

En respuesta, recibió un emoji enrojecido de Hannah y una foto de ella utilizando sus audífonos, mientras que Lucas envió emojis riéndose y subió la música que escuchaba en su habitación, provocando que Bangchan riera.

—¿Todo bien?

—Sí, no pasa nada. — Dijo sin querer incomodar al menor.

Felix había dejado su mochila a los pies de la cama, y curioseaba alrededor realmente interesado. Se concentró en el enorme mueble que parecía un espacio dedicado a los logros y hobbies, pues había una colección de discos de vinilo de distintos artistas, algunos mangas, fotografías de Bangchan en distintas etapas de su vida recibiendo reconocimientos y algunos trofeos y medallas que había recibido en los deportes que practicaba.

Wanna be yours [ChanLix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora