Wanna be yours [ChanLix]

13; Qué locura

Décimo tercer capítulo;
Qué locura

Si a Bangchan le hubiesen dicho hace unos meses que sería engañado por segunda vez por su novio, que éste lo abandonaría y que luego se vería envuelto en una relación de tres personas, se habría reído en la cara de esa persona, porque él jamás podría haber estado en ese tipo de relación.

No era su plan cuando conoció a los chicos, tampoco lo fue cuando besó a Jeongin por primera vez o cuando coqueteó con Felix descaradamente. Simplemente pasó.

Era como si su karma de esa vida fuese tener una vida promiscua después de haber intentado fehacientemente una relación monógama con quien creyó era el amor de su vida, y no podía mentir diciendo que no estaba agradecido con ese tipo de karma.

No cuando tenía a ambos menores completamente desnudos dentro de la tienda de camping, besándose apasionadamente frente a él con una confianza absoluta y dándole quizás el mejor espectáculo de su vida.

Se lo había esperado, sinceramente. No es que fuese un niño inocente que creyó que estarían todos esos días jugando a ir de campamento, pero estaba nervioso y había evitado pensar en aquello.

¡Jamás había hecho un trío! Y se notaba a leguas que los otros dos estaban demasiado acostumbrados a ellos porque lo miraban con sonrisas juguetonas ahí sentado sobre las bolsas de dormir extendidas, solo cubierto con su bóxer que penosamente cubría la furiosa erección entre sus piernas.

—Chan, ven aquí. — Jeongin le llamó, tomando su mano con cuidado y posándola directamente en una de sus nalgas cuando consiguió arrodillarse a un lado de ambos menores.

Felix lo miró, como si estuviese escaneando sus reacciones por algunos segundos, temiendo que el barman huyera en cualquier momento porque se notaba que la experiencia estaba siendo quizás un poco demasiado para él.

—Deja de pensar. — Le susurró en el oído el bailarín, besando sus labios con una ternura que le hizo olvidar sus preocupaciones y concentrarse en ese par de esponjosos labios que comenzaron a reclamarlo en un beso tierno pero demandante al mismo tiempo en que Jeongin lamía y mordía su cuello.

Fue entonces que cayó en cuenta de lo privilegiada de su posición. No podía quedar como un estúpido desaprovechando la oportunidad de su vida, pues no todos los días dos chicos preciosos estarían dispuestos a compartir cama con él.

Tal como Felix le dijo, dejó de pensar y se concentró en dejar fluir sus instintos. Sus manos acariciaron a cada chico, gruñendo cuando Felix le tomó la erección con una de sus manos y aprovechó aquello para acariciarlos entre sus nalgas, rozando la entrada de ambos con sus largos dedos y sintiendo cómo se estremecían por la íntima caricia.

—Quiero más. — Jeongin exigió, moviendo el culo en su dirección y esperando por más de esas caricias que apenas comenzaban. Felix, por su parte, atendió también a su novio acariciando ambas erecciones con sus manos, bombeando al mismo ritmo, pero sin dejar ni por un segundo los tan adictivos labios del barman que tan bien correspondía a sus besos.

Pronto el interior de la tienda comenzó a condensar. El calor que emanó de sus cuerpos humedeció el interior, aumentando la temperatura del ambiente como si ya no estuviesen lo suficientemente calientes cuando apenas empezaban con aquello.

Felix fue el primero en tomar la iniciativa para cambiar las posiciones. Bangchan quiso quejarse por la interrupción abrupta de sus besos, pero se quedó en silencio cuando lo vio con esos ojos lascivos bajando con besos por su pecho y luego su abdomen, lo suficiente para que esa lengua traviesa alcanzara la cabeza húmeda de su pene que respingó ante la primera lamida.