La vida de Chanyeol jamás fue del tipo tranquila, había conseguido ese trabajo cuando el tipo correcto lo vio en medio de una pelea en la ciudad, Chanyeol en ese entonces trabajaba en un bar, no era la gran cosa, tenía que cuidar a las chicas que estaban ahí y asegurarse de que todos los clientes estuvieran pagando sus tragos revisaba las cuentas y básicamente eso era un patrón bien aprendido y establecido.
Siempre había clientes que eran molestos, más de lo que deberían, por eso Chanyeol había terminado teniendo que ajustar cuentas con más de uno, no era la clase de persona que se metía en problemas sin razón alguna, pero de eso se trataba su trabajo y cuando soltó el primer golpe, esas personas vieron algo en él.
El nombre de su jefe era Jung Jae, un tipo que podría parecer de lo más carismático pero que era aterrador como ninguno, Chanyeol lo recordaba viendo la violenta escena frente a él y sonriendo como si nada, fumando un cigarro y luego invitando a Chanyeol a tomar un trago con él. Y si algo había aprendido Chanyeol en esos años, era que no debería rechazar al tipo rodeado de guardaespaldas, Jung Jae le echó todo el humo de su cigarro en la cara y sonrió mucho más.
-Eres bueno defendiéndote, ¿verdad? Es complicado a veces para la gente tan alta ser bueno en las peleas y artes marciales, pero tú lo haces de manera impecable, así que dime, ¿cuánto te pagan en este lugar?- esa fue la primera línea de su conversación y Chanyeol solo lo medito un segundo, era joven, no había podido costear mucho luego de escuela técnica a la que había ido, en sus planes jamás estuvo ir a la universidad y apenas era mayor de edad.
-No mucho.- respondió con sinceridad. -Solo trato de ayudar a mis padres.-
-Uh, eres un buen hijo ¿no?- la manera en la que Jung Jae decía todo, siempre sonaba como si fuera una burla, pero Chanyeol no sonreía, no se reía. -Dime cantidades.- pero de repente podía sonar tan mandón, como si más que hablar contigo, te diera órdenes, era un tipo intimidante.
-Un millón al mes, a veces más, a veces menos- respondió, Jung Jae asintió lentamente, mientras seguía fumando, pero luego había apagado su cigarro aún a la mitad en el cenicero y miró a Chanyeol de manera más seria.
-Eso es una mierda, si te dijera que te puedo pagar diez millones al día, dependiendo la clase de trabajo que hagas para mi ¿Qué pensarías?- preguntó y Chanyeol lo había meditado un segundo en medio del ruido de la fiesta, el aroma a hierba, tabaco y alcohol de ese bar en el que trabajaba.
-Diría que me quiere ver la cara.- dijo Chanyeol y Jung Jae comenzó a reír animadamente. -O es un trabajo peligroso.-
-Es un trabajo peligroso, claro, por eso se paga tan bien y solo lo pueden hacer los mejores.- Jung Jae abrió sus manos, como si estuviera presumiendo al respecto. -Estoy seguro de que con tanto dinero podrías ayudar mucho a tus padres y ni siquiera tienes que cumplir horarios o ir toda la semana a algún lado, solo tienes que hacer pequeñas cosas por mi- Chanyeol se encogió de hombros, no entendía a qué se refería pero estaba abierto a las posibilidades, era joven e ingenuo, pero no tanto como Jung Jae creía, Chanyeol tenía una mente fría, que no se distraía con nada, era de seco de habla y de personalidad y quizás eso mismo era lo que lo hacía perfecto para el trabajo.
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UN Truth
AksiChanyeol sabe que debía acabar con él en un instante, no perder más tiempo y simplemente deshacerse de él en cuanto pueda, pero aquellos ojos negros no se lo permiten. Y si bien nunca se había sentido incompleto, ahora sentía que no podía dejar ir a...