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Breve recordatorio de que la historia es G!P, así que ya sabes que esperar.

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Enid miraba sin prestar atención por la ventana del auto de camino a casa. Todavía podía saborearla en su boca, sentir sus manos por todo su cuerpo.

"Lamento mucho lo del almuerzo, cariño", dijo su padre. Enid hizo una mueca. Cariño. Ese término amoroso ahora estaba arruinado para siempre para ella.

"Está bien papá, no fue tu culpa", respondió en voz baja. Respiró hondo, reuniendo el coraje para decir lo que tenía que decir. "En realidad fue algo bueno, la Srta. Addams me ofreció un trabajo de verano".

Enid sintió que su padre giraba la cabeza rápidamente para mirarla, pero ella no se atrevía a mirarlo a los ojos.

"¿Un trabajo?" repitió incrédulo. "¿Qué tipo de trabajo?"

"Necesita una asistente personal, ya sabes, alguien que le lleve café, le haga mandados, ese tipo de cosas. Le dije que necesitaba dinero para la universidad y se ofreció a pagarme por adelantado, fue muy generosa", respondió Enid tan sinceramente como pudo.

Un largo silencio siguió. "Lo siento, Enid, tienes que preocuparte por el dinero, yo soy el hombre de la casa, yo debería mantenerte".

Enid finalmente se giró para mirarlo, parpadeando para contener las lágrimas. "¡Oh no papá, siempre has hecho lo mejor por mí! Lo sé, está bien, conseguiré una beca y con el dinero que gane en el verano será suficiente, ya no tienes que preocuparte."

Se miraron a los ojos por un momento antes de que su padre volviera su atención a la carretera. Él lo sabía, de alguna manera lo sabía, ella estaba segura de ello. Pero no dijo una palabra y ella tampoco.

Ni una sola vez ese verano, en los muchos viajes juntos de ida y vuelta a la oficina, surgió el tema entre ellos. Enid estaba demasiado avergonzada y pensó que tal vez su padre también lo estaba. De cualquier manera, estaba agradecida por el silencio.

Antes ese mismo día...

La Srta. Addams transfirió el dinero directamente a la cuenta bancaria de Enid en el momento en que ella aceptó sus términos. Se sintió mejor sabiendo que el dinero estaba ahí y la Srta. Addams sabía que no se retractaría de su acuerdo porque pondría en peligro el trabajo de su padre. Ambas tenían la seguridad que necesitaban.

Valdría la pena.

Al menos, eso es lo que Enid se dijo a sí misma cuando la Srta. Addams cerro la puerta, repitió el mantra una y otra vez en su cabeza mientras ella le desabrochaba lentamente su vestido. El corazón le latía dolorosamente contra las costillas cuando la Srta. Addams dio la vuelta para mirarla. Sonrió ante su expresión ansiosa y acarició tiernamente su mejilla, antes de inclinarse hacia adelante para darle a Enid su primer beso.

Cerró los ojos e hizo todo lo posible por perderse en él. Sus labios eran cálidos y suaves, y ella podía oler su perfume, fue agradable. Un olor limpio pero también agradablemente amaderado. Las manos de la Srta. Addams exploraron su cuerpo mientras su lengua se deslizaba dentro de su boca. Se echó hacia atrás sorprendida, pero ella no le permitió alejarse, así que sumisamente abrió los labios.

Tenía que seguir recordándose a sí misma que había consentido esto. La Srta. Addams no la estaba obligando, le había preguntado y ella había dicho que sí. Ella había accedido a esto. No había vuelta atrás ahora. Cuatrocientos mil dólares. Comprado y pagado, como una puta pero valdría la pena.

Estaba empezando a relajarse cuando la Srta. Addams retrocedió y susurró: "De rodillas, cariño".

Su corazón se detuvo pero hizo lo que le pidió, tenía qué, estaría bien, valdría la pena.

Niña BuenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora