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Mamá, volví. −Avisó en voz alta esperando a que alguien respondiera pero nunca pasó.

Caminó hasta la cocina pero no la encontró, hizo una seña a Gyuvin de que iría a revisar las habitaciones pero segundos después regreso sin éxito.

−¿Ya revisaste tu celular? −Preguntó el menor a lo que el pelinegro respondió que no.

Miró la pantalla de bloqueo y diviso dos llamadas perdidas de su madre y un par de mensajes que indicaban que había que tenido que salir de urgencia al hospital para atender a un paciente. Suspiró y regresó su mirada a Gyuvin acompañado de una sonrisa.

−Le llamaron del hospital de emergencia y mi papá tiene turno nocturno, entonces no hay nadie, acompáñame allá arriba por algo de ropa para dormir.

Ambos chicos subieron hasta la habitación y mientras el pelinegro buscaba algo de ropa en sus clóset Gyuvin se recostó en la cama como si fuera la propia.

−¿Y si mejor yo duermo aquí? Tu casa está sola y en la mía están mis padres, así no podemos hacer nada. −Propuso mientras abrazaba una almohada y olía el olor de su novio impregnado en ella.

−¿De qué hablas? tonto, no haremos nada, ya fue suficiente por hoy. −Le respondió lanzándole su pijama en la cara.

Ambos rieron sabiendo que claramente era una mentira pero no dijeron nada más. Salieron de la casa hasta llegar a la otra y esta vez si subieron directo a la habitación del menor. Al entrar el menor se tiró en la cama y le hizo una seña con la mano para indicar que fuera con él, Ricky no se resistió ya que después de todo eran pareja y no había nada de malo en lo que estaban haciendo. Gyuvin se acercó y dejo un corto beso en sus labios, los notó algo fríos y resecos, completamente diferente a lo que había sentido hace un rato, unos labios húmedos y tibios al contacto con los otros.

−¿Tienes frío Ri?

−Si, un poco. −Afirmó cerrando los ojos y acercándose un poco más al otro formando un abrazo en busca de calor.

−¿Quieres que ellos lo sepan? −Preguntó luego de un rato de tranquilo silencio.

−¿Uh? ¿Quienes? −Respondió Ricky con confusión y sus ojos aún cerrados.

−Tus amigos y mis amigos, bueno, son los mismos, entonces nuestros amigos, ¿Quieres que ellos sepan de nosotros?

−Ah no lo sé, ya le dije a Matthew.−Respondió con tranquilidad pero está vez abriendo sus ojos y sentándose en la cama para hablar cómodamente.

−¿Qué? −Dijo con algo de sorpresa incorporándose también.

−En realidad solo le dije que tenía novio y que era reciente pero no le dije que eres tú.

−¿Cuándo le dijiste?

−Hace un rato, cuando te dije que me pidió un consejo acerca de Jiwoong, en realidad yo le pedí un consejo acerca de ti. −Rió algo fuerte al recordar la pequeña mentira que le había dicho.

Gyuvin se acercó más y con curiosidad preguntó.

−¿Un consejo sobre que?

−¿Qué se hace cuando tú novio te invita a su casa a ver una película en su habitación? −Dijo mirando al otro con una sonrisa obvia. −Estaba realmente nervioso cuando recién llegué.

Gyuvin rió nuevamente y volvió a acostarse, pensaba que él era el único con ese nerviosismo y pensamientos en mente, intentó actuar tranquilo hasta que ocurrió la primera escena del beso en la película y no pudo evitar pensar como se verían ellos dos en esa situación, aunque finalmente terminó mejor de lo esperado ya que ni siquiera esperaban algo así.

Recordando el beso de hace unos minutos se reincorporo de golpe y sin pensarlo mucho habló.

−Veamos una película.

−De acuerdo, pero saltemos la parte de la película. −Respondió Ricky y se dejó llevar por Gyuvin hasta que su labios estuvieron en contacto por segunda vez en el día.

Gyuvin sintió todavía la baja temperatura en el cuerpo del otro por lo que aumentó un poco en todos los sentidos, él se encargaría de que su novio no tuviera frío.

Poco a poco comenzó a subir la velocidad y aunque al inicio a Ricky le costó un poco seguirle el ritmo logró hacerlo y descubrió que le gustaba incluso más, sus cabezas cambiaban de vez en cuando la posición y chasquidos húmedos comenzaban a escucharse en el silencio de la habitación.

Prontamente la resequedad en los labios de Ricky desapareció al igual que el frío en su cuerpo, sus manos subieron al pecho del otro y se sostuvo de su camisa, Gyuvin al sentir esto dejo a sus manos adentrarse debajo de la camisa de el pelinegro y acariciar levemente su piel, sonreían entre besos deseando nunca separarse.

Había sentimientos entre ellos que no eran posibles de describir y que eran más que perfectos, las sensaciones que se provocaban uno al otro, el amor con un toque de deseo que les permitía llegar hasta este momento, todo era en la cantidad correcta, ni muy rápido ni muy lento, con inocencia pero con esa pizca de calor que se requería entre ambos para crear el beso que cualquiera desearía en su vida.

Era amor.

Poco a poco se recostaron en la cama sin separar sus labios, Ricky quedó completamente acostado mientras que Gyuvin quedó a un lado de él apoyándose en su codo para poder tener la parte superior del cuerpo encima de su novio y de esta manera tener el control del beso, con la poca experiencia que ambos reunieron hace apenas una hora pudieron darse cuenta de que a Gyuvin le gustaba tener el control y a Ricky le gustaba dejarse llevar, ambos se entendían completamente.

Tal vez ambos querían continuar pero no sabían exactamente que es lo que querían continuar.

Luego de un rato Ricky fue deteniendo el contacto hasta que los labios de ambos se separaron completamente, Gyuvin dejo caer su cuerpo al lado del otro con una sonrisa en su rostro. Los suspiros y la respiración agitada de los dos chicos era lo único que se escuchaba en la habitación además de pequeñas risas.

Gyuvin sacó su celular para dejarlo en la mesa de noche pero antes miró la hora en la pantalla, sonrió y giró su cuerpo para abrazar al contrario.

−Justo ahora es nuestro aniversario de dos días, dame mi regalo. −Pidió con la excusa más tonta que existía pero sabía que era funcional en el pelinegro.

−Te lo di hace unos momentos, que exigente eres. −Reprochó volteando su cabeza para evitar una segunda ronda de besos, a pesar de que le encantaban ya había sido suficiente por hoy, al menos eso quería pensar.

−Tu no me diste nada, yo hice todo. −Se quejó deshaciendo el abrazo para fingir molestia y levantarse de la cama.

Ricky rió por la pequeña manipulación que sabía que Gyuvin le estaba haciendo, e incluso estando consiente de ello se dejó llevar por una última vez.

−Ven aquí. −Ordenó tomando el brazo del otro e impidiendo que se fuera.

Puso un poco más de fuerza y lo jaló de nuevo a la cama haciendo que está vez fuera Gyuvin quien quedara debajo de él.

−Te daré tu regalo, feliz aniversario de dos días.

Sonrió ampliamente mientras miraba a su novio algo sorprendido. Y por última vez en el día unieron sus labios en un beso lento y profundo.

neighbour! (ryuvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora