CAPITULO 9; EL SECRETO.

143 14 4
                                    

*NARRA ____*

–¡Vengan todos!– dije mientras salpicaba a cualquiera que pasaba por la piscina.–¡No me dejen morir sola!–.

En eso ví que George comenzó a sacarse la ropa quedando en un diminuto short.

–¡Fuera abajo!– grito comenzando a correr en dirección hacia mi, por instinto me avente a mi lado izquierdo.

Dió un gran salto y cayó a un costado mío, para después tomar aire y comenzar a reírnos juntos.

–¡Muy buen salto!– dije mientras comenzaba a nadar hacia el lado más profundo de la piscina.

–¡Hey, hay vienen los chicos!– dijo George quien me seguía el paso.

Entonces en ese momento llego August en una bermuda muy linda de Bob esponja, Bill en un magnífico short pegado en color negro y Tom quien solo se doblo parte baja de su pantalón hasta las rodillas y se sentó en la orilla de la piscina, adentrando sus pies en el agua.

–¡Que comience el pool party!– grito Bill quien por cierto ya estaba adentrado en copas y comenzó a sonar música electrónica.

La vibra empezó a sentirse muy liviana, todos bailaban a el ritmo de la música mientras tomaban, fumaban o hicieran cualquier cosa. Pareciera que en ese momento no importaba nada.

Comencé a sentir algunas molestias en mi cabeza pero no le tome importancia, así que nade hasta donde estaban los chicos y comenzamos a bailar entre el agua.

–¡Vaya _____, que lindos movimientos!– comentó August mientras llegaba con una copa de champagne.

–¡Y se hacer muchos más!– respondí entre risas.

Mi conciente ya no me estaba funcionando, en pocas palabras estaba súper ebria.

Decidí acercarme hasta donde estaba Tom para avisarle como estaba sintiéndome y me hiciera el favor de pedirme un auto para llevarme a mi departamento.

–¡Tom!– dije nadando lentamente hacia él.

Volteo su mirada hacia mí,y pude ver esos ojos llenos de lujuria, como siempre habían Sido.

–¿Dime preciosa?– pregunto para después tomar un poco de su cerveza y pasar su lengua por su labio inferior.

–Me está encantando esta fiesta, pero creo que me estoy comenzando a sentir mal... ¿Crees que puedas pedirme un auto?– dije mientras me paraba frente a él, estando aún dentro de la piscina.

–¿Crees que te voy a dejar ir así como estás?– dijo viéndome a los ojos y acercando su mano hacia mi cara para después acariciar mi mejilla derecha. –¡Hoy no irás a ningún lado, por eso tengo cuartos de huéspedes y ahí te quedarás!...–.

No sabía distinguir la forma en la que me había dicho tal cosa, pero algo si pudo llegar a mi mente.

–¿Pero Heidi se enojara contigo?– dije preocupada.

–Ella no tiene que decir nada...– dijo mientras buscaba entre la multitud a su esposa. –Aparte, no pasará nada de lo que tú no quieras que pase–.

𝔅𝔞𝔡 𝔏𝔬𝔳𝔢|| 𝔲𝔫𝔞 𝔥𝔦𝔰𝔱𝔬𝔯𝔦𝔞 𝔡𝔢 𝔗𝔬𝔪 𝔶 𝔅𝔦𝔩𝔩 𝔨𝔞𝔲𝔩𝔦𝔱𝔷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora