CAPITULO 8; RIVALIDAD.

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*NARRA HEIDI*

Después del after party que habían montado los chicos en casa, me había pegado una resaca tremenda de la cual no me acordaba lo que había pasado durante el evento y ni como había llegado a mi cama.

Recién despertaba y note que estaba sola en la habitación.
A mí gusto me encantaba dormir desnuda, así se tome la sábana que estaba en la cama y decidí amarrarla en mi cuerpo para bajar a tomar un poco de agua y calmar el dolor de cabeza que apenas comenzaba.

Decidí salir descalza para evitar hacer ruidos e investigar dónde había pasado la noche Tom, ya que no había rastro de haber dormido en cama junto a mi.

A lo lejos alcanzaba a percibir unas voces entre el pasillo de la sala, lo cual me pregunte; ¿Quién estaría a las 8:30 a.m aquí en casa con Tom.

Camine hasta el lugar y vaya sorpresa, ahí se encontraba Bill, August, George, Tom y la reportera ______. La cuál llevaba vestido algo que me llamo la atención.

Tenía puesto exactamente uno pantalón deportivo Adidas en color negro, junto con una camisa blanca de ls misma marca y unas Crocs verdes; lo que exactamente le había regalado a Tom hace un par de semanas por nuestro aniversario.

–¿Buenos días?– dije entrando a la sala, observando cada detalle de lo que hacían, viendo cómo se silenciaron la conversación que tenían.

Pude ver qué en la pequeña mesa que estaba en la sala, había sushi, yakimeshi y refrescos en lata.

–¡Oh, buenos días Heidi!–contesto August sorprendido.

–¡Hola hei, buen día!– dijo Bill sonriendo mientras com su mano sostenía unos palillos chinos y un rollo de sushi.

–¡Buenos...– dijo Tom mientras veía que estaba en la sábana.–¿Quieres ir a vestirte?, Mis amigos están aquí y... solo ve–.

La tensión se apoderaba del ambiente y también los celos me comían.

No sabía cómo era que ellos estuvieron aquí toda la noche ni como había sido que estaban a las 8:00 de la mañana comiendo sushi junto a una chica que recién conocía yo.

Esa chica me daba una mala espina, sentia como si quisiera robarme algo que ya era mío. Y ese algo era Tom.

–¿Puedes venir conmigo Tom?– pregunte para después tenerlo parado frente a mi y empezar a caminar hacia la habitación nuevamente.

Una vez estando en la habitación, él se sentó en la orilla de la cama esperando a que yo me pusiera la ropa.

–¿Quieres darme una explicación de porque todos están aquí?– dije mientras buscaba unas bragas, un shorts y una blusa. –¿Y porque está ella aquí?–.

–¡Pues será por qué... ¿Es mi casa?– respondió en un tono ácido. –¡Aparte ella no es de desconfiar, tienes que empezar a ser más como ella!–.

–¿Más como ella?– dije volteandolo a ver. –¿Aclárame una cosa, vale?... ¿Porque tiene puesta tú ropa?–.

–¡Heidi, no empieces, las cosas me las regalas para mí... Es mi problema el que yo sé la haya prestado por una noche!– respondió Tom alzando los hombros.

–¿Una noche?– dije tirando la sábana quedando completamente desnuda frente a él. –¿Ella durmió aquí anoche?–.

Él volteo su mirada viendo detalladamente cada centímetro de mi cuerpo, pero esta vez yo había notado algo extraño; no tenía erección.

𝔅𝔞𝔡 𝔏𝔬𝔳𝔢|| 𝔲𝔫𝔞 𝔥𝔦𝔰𝔱𝔬𝔯𝔦𝔞 𝔡𝔢 𝔗𝔬𝔪 𝔶 𝔅𝔦𝔩𝔩 𝔨𝔞𝔲𝔩𝔦𝔱𝔷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora