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El tiempo pasaba y a ellos no les importaba, querían quedarse en esa posición siempre, sus almas se buscaban entre sí y ahora que se encontraron no deseaban separarse. En ese momento no existían las preocupaciones, no podían pensar en más que sentir el calor irradiando de sus cuerpos, contrarrestando lo frío del ambiente. 

Pavitr no preguntó más, no quería presionar al mayor de hablar sobre su madre. Solo sabía que no le agradaba nada esa señora. 

El llanto había cesado hace algunos minutos gracias a las caricias en la espalda que le brindaba el moreno. Sabían que debían volver a sus respectivos hogares por la hora que era, pero simplemente no se querían separar.

Debido al horario de sueño del menor, este ya empezaba a sentir cansancio, cosa que no pasó desapercibida por el mayor al sentir como las manitas morenas perdían movimiento.

—Es hora de ir a casa, osito

Sin prisas comenzaron a abandonar el hermoso lugar. Pavitr intentaba no quedarse dormido, pero le era muy difícil teniendo abrazada la gran y cómoda espalda del inglés.

Finalmente llegaron a la casa del menor. Hobie Intentó ser lo más silencioso posible con el vehículo para no molestar a los habitantes de la zona, en cualquier otra ocasión le habría importado un comino levantarlos con el ruido del motor, pero no quería espantar el sueño de su Pavs.

Mirándose, estando frente a frente, a ninguno le apetecía romper las dulces miradas que se dedicaban. Estaban en su burbuja de amor.

Hobie se estaba por despedir, sabía que aún tenían clases y no le agradaba la idea de que su lindo chico se desvelara más. A él no le importaba mucho no dormir bien, se había acostumbrado a tener el horario de sueño hecho mierda. Ya luego pensaría dónde ir, su casa no era una opción, no mientras su madre siguiera ahí. 

—¿Hobie? —Una suave voz interrumpió sus pensamientos. 

—¿Sí, lindo? —Se veía tan bonito con las mejillas sonrojadas, quería besarlas a más no poder. 

—Bueno, yo quería saber si te gustaría pasar la noche aquí. —Pavitr se sentía tan nervioso y avergonzado por su petición, realmente no quería separarse del mayor. 

La propuesta había sorprendido al de sangre inglesa, haciéndolo quedarse sin palabras. El chico hindú, al ver que la persona enfrente de él no decía nada, se apresuró a hablar de nuevo. Sintiéndose más avergonzado que nunca. 

—C-como una pijamada, pero si no quieres yo- 

—Me encantaría.

Ambos no podían estar más felices al estar juntos, eran dos personas enamoradas hasta los huesos del otro, admirando cada una de sus imperfecciones y viéndolas como el tesoro más valioso del mundo. 

Entraron al hogar con sumo cuidado, Pav le había comentado a Hobie que su padre se encontraba en casa, el mayor al escuchar esto sintió una pizca de temor instalarse en su cuerpo, agradecía no haber sido ruidoso con su moto. 

El pequeño temor no se debía a que fuera un adulto -él también lo era ya, vaya- sino que no se trataba de cualquier adulto, era el papá del chico que le gustaba. No sabía mucho del señor, y por ello le inquietaba saber cómo sería su reacción al saber sobre su hijo y él. 

Sin darse cuenta ya se encontraban en la habitación del menor. La luz se prendió y pudo apreciar mejor el sitio, definitivamente daba vibras de Pavitr. Las paredes tenían una pintura color crema, en estas mismas había pequeñas repisas con macetas y alguna que otra decoración, un gran ventanal cubierto por cortinas blancas y su cama pegada a este, también tenía un bonito escritorio blanco, toda la habitación se veía acomodada. 

Había más cosas, pero no les hizo mucho caso, su atención estaba en el olor, absolutamente todo el lugar olía a coco. Desde el momento en el que entró ahí, sus fosas nasales fueron recibidas por un aroma reconocible. Ahora este sería su paraíso

El moreno le entregó algo de ropa para dormir bien, se veía algo chica, pero era lo más grande que había encontrado en su closet. Vio como se dirigía fuera para darle privacidad, mientras él se ponía las prendas y efectivamente, el pantalón le quedaba corto, un poco más abajo de las rodillas, la camisa estaba bien, por lo menos lo cubría. 

No pudo resistirse más y se tiró bocabajo la cama del menor, las sabanas y almohadas olían a lo mismo que aquel sitio, nunca se cansaría de sentir la fragancia. 

Sintió un peso a su lado y supo que era Pav. Las luces ya no estaban encendidas, lo único que lo iluminaba era la luz de la luna, se quedaron en silencio un rato, solamente disfrutando la presencia del otro. El menor ya sentía mucho sueño, se acomodó de lado en dirección a Brown. 

—¿Te puedo abrazar? 

—Siempre. 

Se unieron en un abrazo cálido. Pavitr con su rostro en el pecho de Hobie y este con la cara en sus cabellos ondulados. 

El simple hecho de haber compartido el mismo espacio para descansar tuvo un efecto calmante en ambos. El sentir el calor de su cuerpo, escuchar su respiración suave y sentir sus latidos cercanos fue una experiencia que creó un vínculo profundo y especial.

Como si sus almas se entrelazaran en un abrazo eterno, generando un espacio sagrado donde las preocupaciones del mundo exterior se desvanecen.La noche se convierte en testigo silente de su romance, de su amor inquebrantable. La luna brilla con una intensidad especial, como si su luz fuera un reflejo de la chispa que hay entre ellos.

En aquel mágico rincón, bajo un cielo repleto de estrellas, dos corazones enamorados comparten un instante eterno. La realidad se funde con los sueños, y el amor se convierte en una fuerza que va más allá de los límites del tiempo y el espacio. Es un encuentro singular y asombroso, un capítulo inolvidable en la historia de un amor que perdurará para siempre.

...

disculpen la demora del capítulo y lo corto que es, tuve problemas de salud y aún no estoy al cien

pero prometo que el próximo será mejor <3

muchas gracias por leer y por sus comentarios, amo leerlos 😭😭

nos leemos en el siguiente!

Simple amistad || ChaipunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora