"Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres"
La casa Targaryen es destruida...
Brandon se encontraba atrapado, una vez más, por cadenas que lo sujetaban en la maldita mazmorra. El aire era pesado, asfixiante, como si los muros se cerraran a su alrededor. Cerró los ojos con fuerza, deseando escapar de esa pesadilla, pero en lugar de encontrar respiro, sus pensamientos le traían imágenes dolorosas.
Veía cómo su padre y sus amigos eran quemados vivos por las llamas verdes del fuego Valyrio, una visión que parecía incrustarse en su mente como una cruel tortura. "No pude salvarlos... No pude evitar que el Rey Loco los asesinara". La impotencia se apoderaba de él una vez más, y sintió la opresión de saber que no pudo hacer nada para protegerlos.
El aroma a humo y carne quemada llenaban el aire, y Brandon podía sentir el calor intenso que emanaba de las llamas. Era como si el fuego tuviera mente propia y quisiera consumirlo también.
Y entonces, escucho esa maldita risa. La risa siniestra del Rey Loco, resonando en sus oídos, burlándose de él. "¡¿Dónde está tu valentía ahora, cachorro?!". Cada carcajada era como un puñal en su alma, recordándole la crueldad de aquel hombre y los incontables tormentos que le infligió.
La oscuridad se convirtió en un abismo de pesadilla. Un estruendo retumbó en el aire, y de repente, ante él, Aerys Targaryen tomó una forma monstruosa.
Se alza ante él como un dragón negro de escamas relucientes, con ojos tan verdes como el fuego Valyrio. Su aliento, un torrente de llamas verdosas que se abalanzan sobre él, envolviéndolo en un calor abrasador. Su cuerpo arde, y el dolor se vuelve insoportable...
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Brandon abrió los ojos lentamente, tratando de aclimatarse a la penumbra que llenaba la habitación. La confusión lo invadió de inmediato, no reconocía el lugar en el que se encontraba. Su cuerpo se sentía extraño, rígido y dolorido, cubierto por vendajes que lo aprisionaban como una armadura.
Intento incorporarse, pero una mano fuerte se posó sobre su hombro, empujándolo suavemente hacia atrás. Brandon miró a su costado y se encontró con los ojos de Robert Baratheon.
"Brandon, relájate. Aún necesitas tiempo para recuperarte", dijo con voz profunda y arrogante. Sus palabras resonaron en la mente de Brandon, pero no las entendió completamente. ¿Qué había sucedido? ¿Por qué estaba allí?
Volvió a mirar alrededor tratando de encontrar algo que lo ayudara a reconstruir todo lo que habia ocurrido. En un segundo todos los recuerdo de los últimos acontecimientos regresaron a su mente. Giro su cabeza y miró a Robert a los ojos. "¿Robert que haces aquí? ¿Donde está Ned? ¿Que demonios ha pasado?"
Robert le sostuvo la mirada con seriedad. "Ned está fuera de la ciudad buscando a tu hermana... lo que sucedió es complicado, Brandon. Mataste a muchas personas. ¿Recuerdas eso?"