—Hmm.... —sus rosados labios se fruncieron en un mohÃn de meditación. —Suena interesante, Dimitri. Pero tú sabes, no permitirÃa a cualquiera tales privilegios —suspiró ella con pesar. —Lo siento, amorcito, pero aparentemente no estás de suerte.
Oh, ella estaba en problemas. Mantuve su expresión sólo ligeramente divertida, permitiendo a mi dulce Natasha cavar su propia tumba.
— ¿Y qué cualidades debe tener un hombre para ser tan afortunado? —pregunte, mientras deliberadamente maniobraba para ponerla contra la pared.
Por un momento, una vulnerabilidad cautivadora brilló en los ojos de ella.
—Algo que tú no tienes —. Me preguntó si ella habrÃa percibido la pena en su voz.
— ¿Y qué serÃa eso, nena? —. QuerÃa atraerla hacia mi pecho, abrazarla, asegurarle que cualquier cosa que ella necesitara, cualquier cosa que ella quisiera, serÃa suya sólo con pedirlo.
Natasha se apartó con fuerza de mÃ, su natural actitud defensiva asumiendo el control nuevamente, ese destello de dolor en sus ojos sobrepasando la necesidad de jugar, bromear conmigo y tentarme.
—Corazón, Dimitri. Debe tener un corazón —dijo, mordiendo las palabras. —Y realmente no creo que tú tengas uno.
NARRAS TU:
Me marche dando media vuelta rápidamente, el enojo envolviéndome. Eso hizo poco por apaciguar el deseo o el rugiente caldero de emociones que amenazaban con abrumarme. Maldición. Doble maldición. No podÃa amarlo. No podÃa necesitar su amor. Dos años de discutir con él, luchando contra sus avances y sus acaloradas miradas, no pudieron haber causado esto.
Sentà mi cuerpo temblando, mi pecho agarrotado por las lágrimas. Amar a Dimitri era imposible. No tenÃa ninguna oportunidad contra las mujeres sofisticadas y experimentadas con las que él se acostaba habitualmente. Yo las habÃa visto, las habÃa odiado. Saber que él las habÃa llevado a su cama, que las habÃa hecho gritar con su toque era más de lo que yo podÃa tolerar. Seguramente ellas no lo amaron. Pero yo tenÃa el mal presentimiento de que lo harÃa.
Me desperté unas horas más tarde, la sensación de ser observada, estudiada, se abrió camino dentro de mi sueño erótico con Dimitri bromeando, tentándome con un beso que nunca llegó.
A punto de gritar, la presencia de Dimitri en mi habitación empezó a cobrar sentido. Parpadee abriendo los ojos, mirando ceñuda la suave luz de una vela en la pequeña mesa de media luna junto a mi cama. Volviendo la cabeza, mi corazón comenzó a correr. Dimitri estaba sentado al lado de mi cama mirándome, Sus claros ojos azul navy entrecerrados, su musculoso pecho desnudo.......Mis ojos se agrandaron, luego volaron hacÃa abajo. Él estaba desnudo. Dulce Dios, él estaba desnudo y duro, comprenderlo me aterrorizó. Grueso y largo, la cabeza púrpura, la carne fuertemente venosa.
De repente fue más consciente de mi desnudez bajo el pesado edredón. Cuando me habÃa acostado, no habÃa pensado para nada en ello. Ahora podÃa sentir la hinchazón de mis pechos, el endurecimiento de mis pezones. Entre mis muslos sentÃa la lenta, ardiente humedad de mi carne afiebrada. También sentÃa algo más. Mis brazos estaban atados al curvado cabecero, estirados, asà como mis piernas, con muy poco juego en las cuerdas. El Desgraciado de Dimitri, me habÃa atado a la cama como una virgen condenada al sacrificio.
— ¿Qué has hecho? —.me aclare la somnolencia de mi voz mientras él se quedaba quieto, mirándome con aquellos malvados ojos, llenos de sensualidad. –Desátame, Dimitri! ¿Qué haces aqu�
—Primera lección —dijo él, su voz era suave mientras asomaba a sus labios una sexy sonrisa. — ¿Estás lista para ella?
— ¿Lección? —negué con la cabeza, mi voz gritando de enojo. ¿Cómo se atrevÃa el Estúpido a atarme? — ¿De que demonios -hablas, Dimitri?
Su mano de Dimitri se levantó. Pensé que él me tocarÃa, me agarrarÃa, en cambio, esos largos dedos se enrollaron distraÃdamente alrededor de su miembro, acariciándolo. Trague fuertemente, mi boca sedienta, ansiando sentirlo dentro de mÃ. Hasta podrÃa haber pensado en darme impulso, si hubiera podido mover mi cuerpo.
—Tu primera lección en ser mi mujer, Natasha —le dijo él, con una voz serena, decidida. –Te dije que estaba harto de esperarte. Esta noche, empieza tu primera lección.
— ¿Eres un psicópata o algo parecido, Dimitri? —Le dije rechinando los dientes — ¿Prestas atención a lo que dices? Ahora déjame y deja de actuar de manera tan rara. Caray, si lo que quieres es coger, sólo debÃas haberlo dicho.
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TERRIBLE TENTANCION...!
Roman d'amourSinopsis Dimitri Volkov ha deseado a Natasha durante años y él la ha advertido de esto varias veces. Él también la ha advertido como y cuanto la deseaba. Atada a su cama, bajo su dominación, rendida a sus deseos... [ULTRA MEGAHOT] Stay Strong