El cazador del sol oscuro (Cancelado)

Capitulo 6: Una lección que aprender

─ Monstruos. Demonios. Rastreros de la noche. A las creaturas del Grimm se les conoce por varios nombres, pero a mi en particular me gusta decirles... Presas.

Esas eran las palabras que sonaban en un salón de clases por parte de un profesor regordete con un prominente bigote hacia sus estudiantes.

Hoy porfin se comenzaban las clases en la academia Beacon para preparar a los jovenes que salvaran el mundo en el mañana. Sin embargo no parecía que todos prestasen particular atención a su maestro. El equipo RWBYJ particularmente estaba bastante disperso en su mayoría. 

Yang escuchaba lo que su maestro decía, pero al mismo tiempo tenía su pergamino en sus piernas, desviando su atención ocasionalmente para revisar cosas por internet. Ruby usaba su brazo a modo de pedestal para su cabeza mientras su pestañeo cada vez se hacía más pesado hasta que sus ojos se cerraron por completo. Y Juan les platicaba al equipo JNPR sobre cómo es que estaba con todos ellos en ese momento. Las únicas que parecían tener su atención total en la clase eran cierta chica con moño negro y cierta albina, y en el caso de esta ultima, constantemente tenía que darle codazos a su líder para despertarla de sus sueños muy seguramente relacionados a cachorros, armas de fuego, y explosiones.

─ Así cómo me ven a mi, yo antes era un cazador de renombre, las historias que se cuentan sobre mi en pueblos y aldeas son consideradas leyendas. Y es por eso que todos ustedes están aquí. Para en un futuro también ser recordados cómo cazadores expertos. Fuertes. Y llenos de determinación cuando se gradúen de esta prestigiosa academia. Vale, así cómo los tres reinos son oasis seguros en un mundo traicionero. Nuestro planeta desborda creaturas de todo tipo que les encantaría usas sus garras para deshacer la carne de personas inocentes y devorarlos para el almuerzo. Es ahí donde entramos nosotros. Cazadores y Cazadoras. Individuos que han jurado proteger a quienes no pueden hacerlo solos. Pero muchos se preguntan. "¿De que?". A lo que yo respondo. ¡Del mundo mismo!. Es por eso que están aquí para saber cómo vencer al mundo y sus peligros inclementes.

El profesor dio un discurso lleno de emoción desde el fondo de su corazón que algunos momentos se podía llegar a sentir un tanto obvio, pero eso no evito que de entre todos los estudiantes uno se sintiese tan particularmente inspirado que se levanto de su asiento empezó a aplaudir y felicitar a su maestro por tales palabras. El quien era este individuo tan energético no es importante, pero sin dudas a todos les saco una sonrisa el ver que su maestro estaba feliz de que por lo menos a una persona lo inspiro su discurso.

─ Para convertirse en eso es que entrenan. Pero primero... ¿Qué les parecería escuchar una historia acerca de un joven y guapo hombre?.

Al escuchar esto los ojos de Juan se abrieron de par en par y soltó un pequeño quejido entre dientes. Por experiencia tanto en su anterior mundo cómo en Remnant, sabía que cuando un profesor decía eso, era porque no sabía cómo llamar la atención de su clase o porque necesitaba hacer tiempo muerto hasta acabar las horas de clase. Así que si en algún momento el se ponía sentimental más les valía a todos el forzar una lagrima si querían que les pusiese mejores notas.

El profesor comenzó a contar una historia de su juventud y sus inicios cazando Grimms, cosa que a sus estudiantes poco les parecía importar, incluso a quienes ya de por si estaban prestando atención a la clase y empezaron a divagar haciendo cosas cómo leer, dibujar, o revisar sus pergaminos. En el caso de Ruby, ella estaba haciendo un dibujo que parecía haber sido hecho por un niño pequeño, siendo básicamente una versión caricaturizada de su profesor dibujado cómo una bola con piernas y brazos que se lanzaba un gas, y entre risitas dio pequeños codazos a Juan para llamar su atención y mostrarle el dibujo. Ambos tuvieron que contener sus risas para no llamar la atención de su maestro, pero quien no pudo hacerlo fue Yang, quien también vio el dibujo y sus risitas sonaron con mayor fuerza, haciendo que con una ligera tos el profesor le llamase la atención al equipo de cinco solo para proceder a seguir contando su historia.