Tras dejar a sus hermanos e ir a la aldea, la otra portadora de la mitad del kyuubi y última sobreviviente del clan Karyuu hace nuevos amigos pero...¿Que pasará cuando su hermano se vaya? ¿Que hará?
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—¡¡Basta!!
—La gente de la aldea te estuvo engañando todo este tiempo ¿No te parecía raro que te odiarán tanto?— Preguntó claramente con intención de enfadarlo.
Kazue escuchaba sorprendida |¿Él no sabía que tenía sellado al kyuubi? ¿Por qué no le dijeron?| Varias preguntas sin respuesta pasaban por su mente.
—Maldita sea... ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!— Chakra era todo lo que rodeaba a Naruto en una especie de cúpula.
—¡Nadie te reconocerá jamás! Incluso Iruka te odia.
Iruka apretó la zona en donde tajó el kunai, sangre le caía por la comisura de la boca. Las palabras de cierto anciano le llegaron a la mente.
"Iruka, Naruto no conoce el amor de unos padres, la gente de la aldea lo considera una molestia. Por eso tiene que hacer travesuras para llamar la atención, quiere que lo reconozcan sea cual sea el motivo. Se hace el fuerte pero es Naruto el que sufre."
—¡Muere, Naruto!— Mizuki lanzó un gran shuriken en dirección a Naruto, éste en un intento desesperado, gateó.
Gotas cayeron sobre el rostro de Naruto, al mirar hacia arriba, éste quedó atónito. El shuriken había sido clavado en la espalda de Iruka.
—¿...Po-Porque?
—Por que somos iguales. Desde que mis padres murieron, nadie me elogiaba ni me reconocía. No era el mejor de mi clase así que hacía tonterías, quería llamar la atención de algún modo ya que no podía hacerlo con mi talento, por eso recurrí a las tonterías. Era muy duro ¿Verdad, Naruto?
Gotas caían en el rostro de Naruto pero está vez no eran de sangre, si no lágrimas —Debiste sentirte muy solo, debió ser muy duro. Lo siento, Naruto, si hubiera sabido actuar mejor no habrías tenido que sufrir tanto.
—No me hagas reír. Iruka siempre te odió por matar a sus padres, simplemente dice eso para recuperar el pergamino.— Naruto miró dudoso a ambas personas, apoyó su mano sobre el pasto y comenzó a correr con todas sus fuerzas.
—¡¡Naruto!!
Mizuki río —Naruto no es de los que se rinden fácilmente. Usará el pergamino para vengarse de la aldea ¿Viste su mirada? Era la del Zorro demoníaco.
Iruka se sacó aquel enorme shuriken de la espalda cayendo así algunas gotas de sangre sobre la hierba. —¡Naruto no es así!— Gritó con furia lanzando el shuriken hacia Mizuki quién lo esquivo fácilmente por la poca fuerza con la que lo había lanzado.
—A mi me basta con acabar con él y conseguir el pergamino. ¡Me encargaré de tí más tarde!— Mizuki desapareció entre los árboles corriendo en busca de Naruto.
