1: Los que saltan

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Saltos, giros, velocidad, acrobacias, agilidad. Los pasos apresurados  de varios jóvenes recorrían las calles de uno de los bajos barrios de Japón, y saltaban por sus paredes en una competencia de parkour.

— ¡Oigan!— Exclamó molesto un hombre, después de que uno de ellos arruinara su veranda; de por si ya vieja.

Pero eso no detuvo a los jóvenes de continuar con su carrera. El viejo señor, no estaba contento con lo que vio. El hombre de edad veía como los jóvenes llegaban corriendo y saltando. Y se esfumaban tan pronto aparecían como todo unos vandalos.

La secuencia de asañas seguía en un esfuerzo por adelantar a aquel que iba a la cabeza de la competencia. Un joven misterioso que solía competir siempre enmascarado y se había vuelto famoso por ganar cada carrera en la que se presentará. Sus habilidades eran sorprendentes, pero no todos estaban dispuestos a aceptar que existía alguien tan sagaz. Por lo que se había hecho de enemigos.

La carrera terminaría al llegar a la cima de un edificio en construcción, donde se reclamaría el premio para el ganador.

La carrera estaba pronta a terminar, el anónimo había comenzado a subir la construcción. Estaba confiado a pesar de que un chico más venía cerca.

Los vigías en la sima, comenzaron a ver movimiento cerca; las autoridades estaban aproximándose, el juego había terminado.

Sonido. Era el silbato de las malas noticias; tenían que huir.

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Tokio, Preparatoria Konohagakure; Lunes 9:45 am:

Un par de chicas se movian aprisa por los pasillos de la escuela, una halaba a la otra; la de cabello negro era guiada del brazo por su amiga pelirosa.

— ¡Vamos, quiero saber quien es! ¿No te da curiosidad? — Camina más rápido— Si lo expulsan nunca podré quitarme esta curiosidad.

Si Hinata tenía algo claro, es que a Sakura le encantan los ninjas urbanos, pero es un gusto que procuraba mantener ocultó porque si bien eran populares entre los jóvenes aquellos que forman parte de ellos, también eran mal vistos; como si pertenecieran a una pandilla de chicos malos. Sakura quería llegar a ser popular en la preparatoria, no podía romper una imagen de chica perfecta con un gusto tan... poco atractivo en una chica, era como admitir que le gustaba la lucha libre o andar en patineta. Pero esta era la oportunidad de ver a uno de ellos de cerca y quería saber de quien se trataba.

Llegando al lugar donde tenían detenido a aquel muchacho ambas chicas se acercaron con cuidado hasta la ventana de aquella sala. Y claro había un chico esperando ahí lo que fuera a acontecer con él.

— No lo conozco de nada... tampoco parece ser muy guapo, no creo que sea popular aquí.

— Bueno, ya lo has visto. Deberíamos regresar al salón antes de que venzan los 10 minutos.— Hinata se movió con cautela para no ser descubierta y Sakura la siguió.

— Seguro van a  expulsarlo.

— Si es uno de ellos seguramente.

— que frustrante, no creo que todos ellos sean tan malos como la gente los hace ver.

— ¿Si te gustan tanto porque no te les unes?

— ¿Y aguantar su entrenamiento de muerte?, yo no estoy hecha para tanto ejercicio. Además si me descubrieran estaría más que muerta.

Su amena charla continuo hasta llegar a su salón, donde la clase dio inicio. Llego el receso de las 10:40 - 10:50, y luego el de las 11:35 - 11:45 y por fin la hora del almuerzo de las 12:30 - 1:10

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