— ¡¿Si no sirves para nada, para que comes?! — El hombre ebrio levantó su mano en señal de dar un golpe de tantos más que le había proporcionado a su hija de 14 años, llamada Chino
Ella solo se cubrió echa bolita en el suelo, y mirando esto, el hombre se detuvo. — ¿me tienes miedo? — resopló y se alejó de ella dándole la espalda para sentarse a la mesa.
Pero cuando levantó la mirada en dirección a la chica, esta había salido huyendo del pequeño y desordenado departamento en que vivian.
— Aish... maldita mocosa — Murmuró y dió un trago a su botella.
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En las frias calles de una ciudad de noche, Chino caminaba sin ningún rumbo.
No se suponía que una niña de su edad anduviera en las calles a esa hora, así que entro a los callejones, fuera de la vista de quien la pudiera hacer volver a casa.
Al doblar la esquina de uno de esos callejones, encontró a un grupo de cinco chicos que parecían tener entre los 15 y los 17 años, así que tuvo miedo y se quedó quieta.
— ¿Una niña? ¿que haces aquí? - se acercó uno de ellos. Y mirando el rostro de la chica con la tenue luz que había en ese lugar, el joven llamó a los otros a acercarse — oigan... miren esto.
Tres de ellos se acercaron y la chica quedo en medio de ellos.
— ¿Qué te pasó niña?— Preguntaron al mirar sus golpes.
Agachando la mirada ella respondió.— Nada...
— ¿acaso, te peleaste?— se burlo uno de ellos, y dos de ellos rieron también.
— ¿te fuiste de tu casa?
— Sí...
Las risas se cesaron en ese momento. Y el mayor del grupo, el líder, la miró. Ahora sí que tenía su atención.
— Ya veo... la vida es difícil, ¿no?
Chino los miró con ojos llorosos.
— No te preocupes, no te haremos nada. Tampoco queremos estar en nuestras casas
— Ven con nosotros, estábamos por probar algo genial.
— No. — Habló el líder. Fushin.
— ¡Oh vamos!, podemos compartirlo. Ni siquiera nos costó. Y además, me lo han regalado a mí.
— Ella debería irse a casa, no pertenece aquí. Niña... vete a casa.— Habló el lider.
— Dije que huí de casa. No quiero volver a ese horrible lugar. — lo confrontó
— ¡Uy! Tiene carácter. — sonrió un subordinado.
— ¡No se diga más, tenemos lugar para uno más! — extendio la extraña pastilla roja hacia ella.
— ¿Qué es esto?
— Es para que no te duela.— Sonrió.
— Ryota, no seas idiota. — Fushin quiso acercarse para impedir que la niña tomara esa pastilla, pero al notarlo Chino arrebató la pastilla de la mano del joven frente a ella.
Todos se quedaron perplejos.
Fushin se congeló.
— ¡Íbamos a compartirla...! — Exclamó el chico, cuyo error fue presentarle la pastilla sin explicarle nada.
— ¿no tienes más?— Preguntó otro de ellos.
— me queda otra — respondió.
— Se la comio toda.. idiotas. Esperemos a ver que pasa. — Molesto, el lider se acercó a ella. — dime. ¿No habías consumido drog4s antes, verdad?.
Sin poder sostener la mirada a los dorados y afilados ojos del líder, Chino agachó la mirada.
— ¿sientes algo?
Chino negó, y todos la miraban.
— ¿Dónde vives?, Nosotros no podemos llevarte al hospital si algo pasa.
Chino se asustó con las palabras de Fushin pero guardo silencio. Lo que hizo enojar al lider.
— Bien, como quieras.
Pocos minutos después ella comenzó a sentirse mareada y débil.
— Me siento extraña... ¿qué era... eso? - Cayó sentada.
— ¿Donde vives? - Preguntó Fushin apresuradamente antes de que las cosas posiblemente empeoraran.
— No quiero ir a...
— ¡Podrías morir idiota, ¿dónde vives?! — Ordenó Molesto.
Ella no pudo negarse mas y le dio su dirección. Justo después sus ojos comenzaron a llorar sangre
— ¡Diablos!.
Todos estaban hirrorizados y comenzaron a correr, pero Fushin cargó a Chino en su espalda y no paro de correr a toda velocidad hasta llegar a casa de ella.
Cuando llegó a la puerta la miró, toco su frente y la chica ardía en fiebre.
Fushin tocó la puerta con desesperación, pero nadie respondía.
Una respuesta era todo lo que necesitaba para poder irse sin sentir que abandonaba a la chica a su suerte.
Chino reconoció el lugar. Y quiso saltar de las cuestas de Fushin. — ¡No quiero estar aquí! — Gritó.
Justo antes de abrir el hombre escuchó la voz de Chino, y pensando que esta se había metido en un problema, abrió ya regañando — ¡¿Ahora que hiciste mocosa inútil?! — Al verla sobre la espalda de un muchacho el hombre enfurecido aun más. — Maldita mocosa, ¡¿Quién es este?! — La tomó de cabello
"¡No! ¡serñor!" Se escuchó en el fondo la voz de Fushin algo desesperado.
Entonces Chino encajo sus uñas en el bazo de su padre, su cabello se levantó y con sus ojos vueltos en rojo neon miró a su padre.Al instante, el hombre comenzó a sentirse extraño, como si su sangre estuviese hirviendo en su interior, estaba tan asustado que sus gritos se escuchaban a lo lejos alertando a los vecinos, su cuerpo comenzó a deformarse hasta ser una gran bola con núcleo resplandeciente que palpitaba como un corazón y explotó.
Chino y Fushin salieron volando.
Ambos quedaron inconscientes.
Continuará...
Nota: imagen tomada del anime Naruto Shippuden.
Pd: Tengan paciencia, intento acomodar mis ideas 🥺
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Ninja Urbano
Fiksi PenggemarLos años pasaron, y los ninjas como los conocíamos pasaron a ser historia. Las personas que hacían uso del Chakra cada vez eran menos debido al esfuerzo que desarrollar dicha habilidad significaba, además, no era algo asegurado ser portador de ch...