Castiel y Dean llegaron a un lúgubre cementerio abandonado. La luna llena brillaba en el cielo, lo suficiente como para iluminar el lugar. Había árboles oscuros y muertos, cuyas ramas se alzaban como manos huesudas sobre las antiguas tumbas.
Caminaron lenta y cuidadosamente. Dean tenía lista su pistola con balas de sal y Castiel blandía su espada de ángel. Sabían que el enemigo podía aparecer en cualquier momento y tomarlos por sorpresa.
Se acercaron a la cripta con la tercera cerradura. Dean agarró la fría manija de la puerta de metal y Castiel miró a su alrededor en busca de intrusos.
Cuando la puerta se abrió, hizo un ruido espantoso, provocando que una bandada de cuervos huyera del lugar.
—Okay. Eso fue espeluznante —dijo Dean, mientras fruncía los labios.
Dean encendió su linterna y miró el altar que se alzaba en el centro de la cripta. Se acercó con el ceño fruncido y pudo ver que había encontrado la abertura para la cerradura.
Castiel se acercó también, con las instrucciones en la mano. Ambos se miraron. Sabían que tenían suerte de que Lucifer y su séquito no hubieran aparecido todavía, pero no sería así por mucho tiempo.
—Debemos darnos prisa —dijo Castiel, subiendo una de sus mangas. Dean lo miró y tragó. El ángel era tan sexy. Castiel notó los ojos lascivos de Dean en su antebrazo—. Dean, este no es momento de copular.
Dean parpadeó mientras se sonrojaba:
—Yo... no... ¿cómo...?
—Tu anhelo es fuerte y me honras. Pero tenemos que hacer esto primero —dijo Castiel.
—Y antes de esto, tenemos que lidiar con ellos. —Dean se enderezó y apuntó con su arma a la entrada de la cripta. Castiel giró sobre sus talones y entrecerró los ojos al ver a Lucifer con una horda de demonios detrás de él.
—¿Qué tenemos aquí? ¿Están en una cita? —Lucifer sonrió de lado—. Aunque un cementerio no es tan romántico como dice la gente, ¿verdad?
—Ha llegado tu hora, Lucifer. Te destruiremos —dijo Castiel y Dean lo miró con asombro. Deseaba que el ángel usara ese tipo de palabras no solo con un enemigo.
—Oh, sí, conozco esa canción. ¿Qué hay de esta? Blasfemia. —Lucifer sonrió—. Oh, no, espera, tengo una mejor: ¿Juramento Sagrado?
—Soy un caído —dijo Castiel, con fuego en los ojos.
Dean parpadeó. ¿Lucifer estaba hablando de su vínculo?
—Eso nos convierte en hermanitos gemelos, ¿no crees? ¿ Hmm ? —Lucifer se acercó con intenciones amenazadoras.
—No lo creo —respondió Castiel, mientras cambiaba su peso sobre sus pies al ver a los demonios acercándose.
—Bueno... es una pena. Hombre Justo o no, Comandante del Cielo Legendario o no, no podrán romper ese candado, ya verán. —Lucifer suspiró y juntó las manos como si estuviera rezando—. Los mataré a ambos primero.
—Todavía no cantaría victoria, Luci. —Oyeron una voz que salía de la oscuridad en medio de los árboles. Eran Adam, Seraphine, Benjamin y Caterina.
—Sí, tienen respaldo. —Otra voz bien conocida vino de la oscuridad: Bobby y Sam también estaban allí.
Dean sonrió, aliviado.
Lucifer hizo una mueca de disgusto cuando les dio a sus demonios la señal para atacar. Seraphine y Benjamin volaron tras Lucifer y lucharon en el cielo estrellado.

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Caer Nunca Se Sintió Tan Bien
Fanfiction¡Castiel está vivo! Después de salvar a Dean y Sam de Zachary, Castiel revela que ahora es un ángel caído y que debe servir a Dean como su leal sirviente. Pero pensar en tener un ángel cuidándote porque se enamoró de ti no es peor que las consecuenc...