Cercanía por accidente

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—Frío.

—Calor.

—¡¿Te gusta más el calor que el frío?! —hizo una mueca el pelirrojo— Supongo que te gusta tener la cola sudada. Supongo que disfrutas del sudar en esta habitación sin ventilador.

—En invierno me resfrío. El verano es la única estación en la que estoy a gusto. Tengo aire acondicionado en toda mi casa. No lo siento —encogió los hombros.

—Vaya —rodó los ojos. Checó su celular y marcaban las doce en punto —. Es temprano para que acabe la fiesta y alguien venga a buscarnos. Ya hemos estado aquí por una hora. Asombroso —dijo con sarcasmo —. Hace un calor de mierda.

Taeyong llevaba una playera blanca algo holgada; decidió quitársela, debajo de ella llevaba una camisa de tirantes del mismo color. Con la camisa que se había quitado comenzó a darse palmaditas en su rostro y en su cuello para limpiarse el sudor. Doyoung lo observaba sin emoción alguna, tan solo su mirada se quedó fija en el pelirrojo.

—¿Tú no tienes calor? —preguntó y dirigió su mirada hacia el chico — No comprendo cómo estás en manga larga.

—Supongo que soy de sangre fría. No siento calor.

—Eres el colmo —lo miraba entrecerrando sus ojos y meneando su cabeza.

—Es horrible como terminamos aquí, ¿no lo crees?

—Ya no voy a decir que es tu culpa porque me cansé de pelear. Y no me gusta que el ambiente esté tenso si vamos a seguir aquí los dos. Aunque ya sabes porque estamos aquí —frunció la boca —. Deberías de estar disfrutando tu fiesta y yo debería haberme quedado en casa descansando sabiendo que solo tengo dos días libres. Mugre Haechan que le hice caso —dejó caer levemente su cabeza a la pared.

Doyoung soltó una pequeña risa —Te hiciste buen amigo de él, ¿no? Los amigos nos animan a intentar cosas. Tú no te ves de fiestas.

—Y no lo soy —le confirmó —. Cuando hice la fiesta en mi casa Haechan se encargó de prácticamente todo. No la disfruté. Tan solo cuidaba de que no rompieran nada. Llegó más gente de lo habitual al final.

—Sé que vas a decir que no me incumbe, pero... ¿por qué no me invitaste?

—Te hago la misma pregunta.

Hubo silencio hasta que Doyoung habló.

—Sí, tiene sentido —levantó ambas cejas —. Yo no te invité porque no me invitaste a mí y como no te soporto quería hacer una mejor fiesta que la tuya.

—Que directo —dejó pasar unos silencios y siguió —: Yo no te invité porque estoy consciente de que yo no te caigo bien. A mi me das igual. No me caes mal a pesar de lo que hiciste. Yo quería una amistad. Aunque haya invitado a todos mis compañeros sin llevarme con ellos, no lo hice contigo porque de seguro no asistirías, ¿o si? —levantó una ceja.

—Para serte franco... lo haría. Para ver cómo era tu fiesta y hacer una mejor —sonrió picaradamente.

—¡No podrías ser más tú!

Dijo con sarcasmo y ambos rieron por el comentario.

—¿Sabes?

—¿Mmh?

—No había tenido a alguien como tú. Nunca tuve amigos y mucho menos un rival. Agradezco que me odies, pero porque soy inteligente, y no feo e inteligente —dijo Taeyong mientras tronaba sus dedos.

—¿De nada?

—Sí, "De nada" —le aseguró que era en agradecimiento.

—¿Por qué te trasladaste?

—Fue por trabajo de mi papá. Me gustaba ya la universidad porque comencé a hacer amigos. Estaba en una privada con beca y ahí todo se hacía con dinero. Traté de encajar muchas veces y vaya que lo hice por mi apariencia. Creí que acá sería igual, por eso yo te dí...

Lo interrumpió —Dinero en modo de agradecimiento.

—¡Exacto! Lamento si no te agradó.

—Tengo mucho y lo que menos quiero es más. Perdón si sueno como un mal agradecido. La gente piensa que con el dinero se puede todo. Y así es, pero cuando tienes tanto y no vives, no sientes; no es lindo.

—Te puedo llegar a comprender.

—¿Supongo que no tenías amigos antes porque no te gusta socializar o por qué?

Se llevaban mejor. Se estaban dando la oportunidad. Ambos sientieron confianza de hablar temas algo más íntimos. Se sentía la confianza, ambos se la transmitieron aunque no se soportaban; eso último parece que ha cambiado un poco. Ya no se encontraba esa necesidad de rivalidad en estos momentos. Ya eran tan solo dos personas, dos almas que estaban conociéndose y complementándose.

Dio un suspiro —Era feo —soltó.

—¿Qué? —ladeó su cabeza.

—Era una persona gorda, nerd, usaba lentes. Me rechazaron y se burlaban de mi aspecto físico constantemente. En preparatoria creí que haría amigos, ya que bajé de peso, sin embargo, fue peor. Cuando creí haberlos hecho se enteraron de algo mío, expandieron un rumor y todos al saberlo se alejaron de mí. Era verdadero. Te lo digo aquí —dio una pequeña risita —. En la universidad me aceptaron bien. Con que tuvieras dinero. Con las personas que me juntaba no les importó que fuera becado, ellos lo eran también. Aunque el dinero seguía influyendo un poquito me la pasaba mejor. Decidí teñir mi cabello de rojo porque me daba fuerza y todos los días al verlo; sabía que era un nuevo yo.

—Oh, ya veo. En realidad pienso que no hay gente fea, todo es subjetivo. Es la sociedad la que lo ha cambiado. Aunque me veas guapo; jamás me he metido con el físico de las personas. Admiro más la inteligencia, no lo exterior.

Taeyong sonrió —Por eso me notaste a mí.

—Y por tu cabello rojo también —apuntó a su cabello — Nunca había visto a un estudiante con el cabello pintado anteriormente. Creí que te quedarías calvo cuando te vi por primera vez —rieron ambos —. En mi caso, siempre se juntan conmigo, pero no los considero mis amigos. El único verdadero es Jungwoo. Antes muchos me buscaban porque era el cajero humano, se aprovechaban de mi dinero, aunque no me importaba. Mis padres es lo único que me dan. Y con eso me es suficiente.

—¿No te llevas bien con ellos?

Meneó su cabeza —Nunca están. Solo me notan si me meto en problemas o cuando terminó una etapa de mi vida; como lo es graduarme. Para presumir a sus amigos los logros del hijo. Siempre me han dicho que debo de ser el mejor y he obedecido.

—Debe ser duro. Lo lamento.

—No importa. Estoy acostumbrado. Lou es la única que ha estado conmigo. Es mi empleada doméstica. Pero no la considero así, es como una segunda madre. Gracias a ella la comida casera todavía existe en mi casa.

—En la mía hay todos los días. Lástima que ya no pueda comerla recién hecha porque trabajo, aún así agradezco a mi madre.

Ambos chicos siguieron hablando de más temas. Con cada conversación se iban acercando más. Tan solo surgían. Empezaban hablando de alguno y terminaban en uno completamente diferente. Sin darse cuenta se llevaron hasta las dos de la madrugada. De repente la puerta se abrió. Ambos se levantaron felices de poder salir por el tremendo calor que hacía; Doyoung comenzó a sentirlo después. Era una pareja que iba a ocupar la habitación. Ambos chicos salieron agradeciendo y diciéndoles que no se podía ingresar porque la chapa estaba rota. Se sintieron agradecidos de salir, pero al mismo tiempo se decepcionaran de que vinieran, ya que sus platicas eran cómodas. Al salir cada quien se fue de su lado, tenían cosas y gente que buscar. Ya no se volvieron a ver en lo que restó la fiesta.

Rivals | DoTae | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora