IV

4K 315 38
                                    

Me desperté de mala gana al escuchar el despertador, hoy era el día de la semana en el cual me levantaba más temprano para dar clases.

—Maldito despertador—Pensé en mis adentros y estrellé el pequeño aparato contra la pared. Resoplando me levanté de mi cama y me dirigí al baño.

(. . .)


—¡Maldición!— Exclamé susurrando mientras corría hacia la institución, iba tarde, otra vez. A un paso rápido entré al aula con la respiración agitada.

—Lo siento por hacerlos esperar—Me disculpé frente a mis alumnos.
—¡No se preocupe señorita Suguru!— Oí la voz de Zenitsu. Una suave sonrisa se formó en mis labios.
—Entonces... ¿Empezamos la clase?— Les dije al frente de la pizarra. Escuché un "Si" por parte de la mayoría de los jóvenes presentes.

Una hora después terminé con ellos. Debía esperar una hora más para la próxima clase por lo tanto estaría en la sala de profesores ordenando mis papeles y viendo el libro de actividades para dejarles tarea.

—Hola _____—Oí la voz de un hombre. Al levantar la vista me encontré con la de Uzui, el profesor de artes.
—Que raro verlo por aquí, Uzui-San— Lo miré con una ceja levemente levantada. El profesor no era alguien que se paseaba por esta sala.

—Quise cambiar la rutina—Se encogió de hombros y se sentó al lado mío— Eso no es nada extravagante—Señaló mi libro de actividades en el cual tenía un sticker de una flama que me había regalado Kyojuro.

—Si, no le hagas caso—Hice una ademán de despreocupación con mi mano junto a una leve sonrisa mientras que con la otra tapaba aquella calcomanía— ¿Cómo le ha ido con sus alumnos?—Le pregunté con una suave sonrisa. Según lo que ellos me contaban sus clases eran un poco... Agobiantes.

Oí como suspiró con fastidio—Dicen que mi clase es muy aburrida—Se quejó— Pero no es su culpa, ellos no pidieron ser jóvenes aburridos sin un gusto decente por el arte—Habló con aires de superioridad.

Aquello que dijo me sacó una suave risita—Lo que tú digas Uzui-San— Lo miré con diversión.
—¿Ya está todo listo para mañana? Recuerdo que es la graduación de esos inservibles— Habló.

—Si, Giyuu-San y yo nos encargamos de decorar el salón—Le comenté.
—¿Giyuu? ¿El profesor de Educación Física?—Preguntó con una ceja levantada.
—Si, él mismo—Lo miré con confusión ante su resaltamiento— ¿A qué se debe tu sorpresa?— Le cuestioné sin entenderlo

—A nada, simplemente me parece raro que Tomioka te lo haya pedido a ti—Me miró con una sonrisa divertida y cómplice.
—¿Por qué?—Me confundí aún más
—Por nada— Hizo un ademán con la mano mientras una gota de sudor corría por su sien, pareciera como que dijo algo de más.
Lo ví levantarse espontáneamente— Tengo clase, nos vemos mañana—Se fue del salón rápidamente.

—¿Por qué está tan raro?—Pensé con confusión. Decidí no darle importancia y lo dejé pasar.

Dirigí la vista al reloj dándome cuenta que ya era hora del receso, por lo tanto la cafetería estaba abierta. Me dirigí hacia allí. Para ir a la cafetería se debía pasar el patio y el recorrido desde donde estaba era muy largo.

Mientras caminaba por los pasillos recordaba que cosas debía dar en la próxima hora de clase.

Al pasar por al lado de la fuente del patio mi cuerpo se quedó helado ante lo que ví.
Detrás de la gran ventana de un aula se podía ver a Shinobu sentada sobre un pupitre mientras que sus piernas se enrollaban en las caderas de Kyojuro que besaba lujuriosamente su cuello.

—¿Cómo pueden hacer eso? Cualquier alumno podría entrar—Pensé con desagrado tratando de no prestarle atención a la punzada que tenía en mi pecho.

Nuevamente mi pecho dolía pero está vez sentía a alguien conmigo, aquél me puso una mano en mi hombro y lo apretó con delicadeza.

Ví a Giyuu dándome una mirada llena de compresión y me obligó a no seguir viendo aquella escena desagradable tapándome los ojos y dándome la vuelta en la dirección contraria a ellos.
—No tienes que ver eso—Me susurró y con timidez me dió un abrazo.
—Giyuu—Susurré entremedio de sus brazos. Nuevamente sentí esa calidez en mi pecho, eso hizo que al instante dejara de sentir aquel malestar.

Unos segundos después se separó—Querías ir a la cafetería ¿No? Déjame acompañarte—Me pidió con un poco de timidez.
Le dí una suave sonrisa en señal de aprobación—¿Entonces que esperas? Vamos—Le contesté con un tono amable. Ambos caminábamos a la par mientras intercambiábamos una conversación tranquila.

—Mañana es la graduación—Le dije—Aún no puedo creer que ellos se gradúen...—Sonreí con nostalgia.
—Crecieron mucho desde que entraron aquí... Más Tanjiro—Lo miré con una ceja levantada ante lo que dijo.
—¿Tienes favoritos?—Le dije con un tono divertido. Pude ver cómo se sorprendió y comenzó a negar con las manos repetidas veces. Era muy tierno y bonito verlo de esa manera.

—No, no—Se negó un poco sonrojado por la acusación.
—No te preocupes, solo bromeaba—Lo calmé— Yo diría que si, aunque son muchos—Le comenté.
—Dilos, tenemos mucho tiempo y quiero oirte— Me dijo. Su tono era amable y bastante cálido, esto era algo que no veía que lo hiciera con los demás profesores y eso me confundió.

—Emmm... Son Inosuke, Zenitsu, Tanjiro y Genya—Le conté con una suave risita—Aunque hay veces que dan ganas de tirarles el borrador en la cabeza a Inosuke y a Genya—Él pareció darme la razón.

—En mi clase Zenitsu no se queda atrás, siempre mira a sus compañeras como un pervetido—Me sorprendí ante su acusación. ¿Zenitsu era así?
—Vaya, eso no lo sabía—Le dije con cierto tono de sorpresa.

—¡Oh! Al parecer ya llegamos a la cafetería—Le dije al ver todas las mesas y el buffet de fondo—Vamos—Tomé su mano con una sonrisita obligandolo a caminar. Pude sentir como se tensó.
—Si—Dijo apenas y con una voz muy bajita. Estaba avergonzado.

Al llegar a la cafetería pedí un café y una rebanada de pastel de chocolate.
—¿Tú que pediras Tomioka-San?—Le pregunté.
—Lo mismo que tú solo que una rebanada de pastel de vainilla—Al escuchar su petición se lo hice saber a la mujer que hacía los pedidos. Una vez nos lo entregó nos fuimos a sentar. Un beneficio que teníamos era que al ser profesores no nos cobraban lo consumido en la cafetería.

Al estar comiendo algo con chocolate era casi seguro que manche la cara, pero no me había percatado de eso.
—¿Me permites?—Me dijo Tomioka y sin entender a lo que se refería asentí suavemente.

Con un pequeño papel me limpió delicadamente mi mejilla en la cuál yacia una pequeña mancha de chocolate.

Ante aquella acción sentí como mis mejillas se acaloraban suavemente sabiendo qué, posiblemente, tenía un leve sonrojó—G-Gracias Tomioka-San— Le agradecí sintiendome nerviosa. Él hombre me agradeció con una sutil sonrisa.

La campana del receso sonó avisándonos que ya era hora de volver al aula.
—Uh... Al parecer debemos volver—Suspiré mientras lo miraba una última vez— Fue agradable estar contigo—Agité mi mano en señal de saludo— Nos vemos mañana Tomioka-San, no te olvides que es la graduación—Le recordé y comencé a alejarme sintiendo mis mejillas más calientes que la primera vez, parecía que lo que no me sonrojé con él lo estaba soltando ahora.

ɪɴꜰɪᴇʟ || 𝘒𝘺𝘰𝘫𝘶𝘳𝘰 𝘙𝘦𝘯𝘨𝘰𝘬𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora