Rosas. [MuiTan/TanMui] TERMINADA

Revelación.

[Omnipresente][3/12/21]

Ambos estaban caminando tan tranquilos, tomados de las manos, en ese puente en el que se habían conocido la primera vez. El sol no era tan radiante, indicando que pronto empezará el invierno.

Muichiro estaba nervioso, porque era gran parte de su carrera como amante de Tanjiro era causar una buena impresión en sus amigos, con sus pocas sus dificultades para captar algunas reglas no-escritas, sabía que sería un reto borrar cualquier error que cometiera. Como siempre, Tanjiro lo conocía lo suficiente para notarlo.

– Amor, ¿Estás bien? – pronunció el peliburdeos.

– Es que estoy nervioso por conocer a tus amigos. Quiero que piensen que soy conveniente para ti y caerles bien, pero sabes que no soy el mejor para dar una buena impresión rápidamente. – Siempre hablando sin titubear.

Tanjiro sintió una ternura imprescindible cuando escuchó a Muichiro decir eso, porque él conocía bien a sus amigos y tenía claro que ellos... No eran mucho mejores que su novio. Apretó los labios intentando aguantar la risa, expectante por ver cómo funcionaría la dinámica en las próximas horas con todos estos personajes interesantes en el mismo escenario.

– N-No te preocupes por eso. Ya les he hablado de tí, y además... Ellos no son tan... Corrientes. Puedes actuar igual que siempre, estoy seguro de que todo saldrá bien y les caerás bien. – dijo mientras ponía todo su esfuerzo en no reírse solo pensándolo.

Muichiro lo miró para seguidamente sonreír. Si Tanjiro lo decía, debía ser verdad. ¿No?

Solo bastaron unos cortos minutos más para llegar al fin a su destino. El restaurante cerca de la casa de Zenitsu, el mismo del que hablaron Inosuke y Tanjiro por llamada mientras Muichiro asaltaba al peliburdeos con muchos besos.

El caso es que, Inosuke ya estaba ahí y Zenitsu estaba llegando mientras gritaba a lo lejos y balanceaba su brazo en un signo de saludo. Tanjiro, al ver que ninguno de los dos habían notado que estaba agarrado de las manos con Muichiro, le hizo una seña y se soltaron. Claro, 'esa' revelación sería más tarde.

Se acercaron un poco más y esperaron a Zenitsu, quien llegó para empezar a pelear con Inosuke.

– ¡Maldito cerdo! ¡Estuve gritando para que me vieras y ni siquiera te volteaste! ¡¿Lo haces apropósito, cierto!? ¡Es apropósito! – dijo mientras tomaba los hombros de Inosuke y lo agitaba.

– Ey. Munchiri está aquí. – contestó Inosuke tranquilamente mientras señalaba a Muichiro.

– ¿Quién? – preguntó mientras volteaba a ver al señalado. Entonces fue cuando Tanjiro habló.

– Zenitsu, Inosuke, éste es Muichiro. – declaró. El de pelo largo bajó la cabeza cómo reverencia.

– ¡Muichiro...! ¡Que tierno eres! ¡Eres más bajito que yo! Aunque es sólo por unos 2 centímetros pero, ¡Eres más bajito que yo! ¡Qué gusto conocerte! – gritó Zenitsu, actuando igual que siempre y agarrando con entusiasmo la mano de Muichiro.

– Un gusto...? – contestó Muichiro confundido, todavía un poco feliz por lo cálido (y un poco irritante) que llegaba a ser Zenitsu. Inosuke, según, era parecido. Sólo un poco menos y no en todas las ocasiones.

Se presentaron normalmente. Muichiro se sintió aliviado porque estas personas eran realmente raras, que Tanjiro tenía razón. Ni siquiera es que estuviera exagerando. En todo caso, entraron al restaurante.

Zenitsu vivía en una zona un poco (bastante) elegante. Aunque no quisiera admitirlo, era indudablemente millonario, o al menos era el que tenía más dinero de todos los presentes. El restaurante era, obviamente, bastante fino. Ellos normalmente iban para todas sus reuniones de amigos, el único que no estaba tan familiarizado era el de cabello largo.

Se sentaron en una mesa para 4 personas, 2 sillas mirando de frente a las sillas restantes. Tanjiro al lado de Muichiro, claramente. El primero en romper el hielo fue Inosuke.

– Y, Monachori, ¿Porque pedir curry de todas las comidas exóticas que hay aquí? –

– El curry es rico. – contestó Muichiro.

– Pero, ¡Hay sushi! ¡Y el costo no es problema porque el ricachón de Zenitsu lo paga todo! –

Muichiro miró un momento a sus propias manos, buscando razones por las cuales escoger curry. 'No sé... El curry es rico y ya, pero me está pidiendo más razones, sería raro contestar lo mismo, pero no sé que más decir...'

– No sé, el curry solo sabe bien. – declaró finalmente con una mirada muy determinada. Inosuke lo miró extrañado y se volvió a Tanjiro.

– Tanjiro, tu novio es realmente raro. – pronunció Inosuke, con una serenidad tan grande que parecía no haber notado la cara enrojecida del peliburdeos frente a él.

– ¿N-Novio? – dijo el peliburdeos luego de unos segundos.

– Si, ¿Es tu novio, no? ¿O aún no? – preguntó Inosuke mientras Zenitsu (con mucho pan de la entrada en su boca) asentía frenéticamente indicando que era algo obvio para ambos.

– Eso... Era la sorpresa para hoy... Iba a invitarles un pastel y decirles... ¿Cómo supieron? –

– ¡Cuando hablas de él se te nota en la cara! ¡"Oh, chicos, conocí a un chico bonito, me dio un pastel que él hizo, oh, tiene cabello largo y sedoso, es tan bonito, muy bonito, me gusta"! Ni siquiera un ciego no lo notaría, ¡Y hace rato no paras de mirarlo con esos ojos tan cursis...! ¡Puaj! – Inosuke imitaba de manera irónica a Tanjiro, dando una muy específica representación, lo más vergonzoso es que, era bastante realista.

– No sabía que era tan notorio... Les quería decir, Muichiro y yo somos novios, ¡Oficialmente! –

– ¡Al fin...! Tantos días hablando de él, te negabas por completo a la idea de que te gustase, el único que no lo notaba eras tú. – declaraba casi como un regaño Zenitsu, aún masticando.

En ese momento, llegó el mesero con el plato fuerte de todos. Cambiaron de tema a una conversación poco seria, "¿Será que las moscas tienen astigmatismo?" se convirtió en el debate hasta que Tanjiro regresó al tema previo.

– Entonces, ¿No tienen nada en contra? –

Inosuke y Zenitsu se miraron por el rabillo del ojo, casi como un reflejo, ambos contestaron 'No' con un tono elevado, aunque Zenitsu lo pensó unos segundos y habló:

– Bueno, si vas a hablar de lo felices que son juntos, mejor no me hables más...! ¡N-No es que tenga envidia, es que me desagradan las parejas felices como ustedes! –

Tanjiro sonrió con los dientes y se le achinaron los ojos. Así el almuerzo llegó a su fin y se despidieron cuando estaba apunto de anochecer. Todos por distintas rutas. El peliburdeos y el pelinegro iban juntos, caminando lentamente.

– Tanjiro, cuando lleguemos a casa, repitamos lo de esta mañana. –

– ¿Eh? ¿Y esa petición repentina? –

– Te viste muy bonito cuando te avergonzaste de haber sido tan transparente durante estos meses con ellos. – Tanjiro, avergonzado de nuevo, puso sus dos manos en su rostro ardiente.

– D-Dame un descanso... –

Llegaron a casa y repitieron.

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