capítulo 26

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El ahora duque Williams es uno de los miembros de la aristocracia Escocesa más respetados, cuando su padre le dejo el ducado para descansar junto a su querida esposa, sabía que había dejado el trabajo en manos del mejor. Puesto que fue el mismo Charles quien le pidió tiempo para estudiar más. Quería pasar a la historia como el mejor duque que Escocia llegó a ver.

No era una persona que deseara muchas cosas, aunque las tuviera el era muy desinteresado por lo que incluso llegó a pagarle la dote a su querido amigo el señor Jones cuando esté se casó, con la entonces señorita Felicity Featherington. Aunque si había un poco de interés porque esa señorita era la prima de la criatura más hermosa que haya podido apreciar.

Y es que hace una semana cuando le llegó una carta de aquella señorita el estaba un poco confundido, pues pensaba que ella ya estaría comprometida con el detestable Colin Bridgerton. Esa carta le devolvió la esperanza y el duque no la iba a desaprovechar.

Por lo que puso sus asuntos en orden toda una semana y zarpó en barco en busca de conquistar a la más joven de las Featherington.

El día después que llegó a Londres, lo primero que hizo fue llegar a casa Featherington con un ramo de tulipanes rosados, pidió ver a la señorita Featherington y lo hicieron seguir al saloncito, antes de entrar vio a una hermosa joven de cabello oscuro y ojos grises que salía de aquella casa con rapidez, con toda la cara colorada.

Pasaron varios minutos, el duque escucho pasos, pero no era Penelope, era una mujer mayor.

-buenos días, usted debe ser lord Williams, yo soy la madre de Penelope, lady Featherington .

-ahora soy el duque Williams mi señora.

-oh lo lamento excelencia, gusta de limonada o una tacita de té.

-limonada, muchas gracias.

Lady Featherington salió de la sala para pedir la bebida y para apurar a Penelope.

-gusta sentarse su excelencia, Penelope bajará en unos minutos.

Charles se sentó en el sofá, en el momento llegó un sirviente con limonada, galletas y sandwiches, el tomo un sorbo de limonada.

Cuando finalmente Penelope apareció en el salón con una gran sonrisa, el duque no pudo creer la visión que era aquella mujer. Era muy diferente a lo que el solía toparse con las debutantes en su área, ella era perfecta.

-lord Williams! -dijo Penelope sorprendida.

-ahora es excelencia Penelope. -comento Portia.

-no hay problema, Pen puede llamarme como ella quiera -solto una gran sonrisa.

Penelope sonrió incómoda.

-le gustaría hacer una caminata, vi un hermoso parque de camino aquí.

-claro que sí, Prudence y yo los acompañaremos -contesto Portia.

Esperaron unos minutos que Prudence estuviera lista y echaron a andar.

-estas muy hermosa Pen -dijo en voz baja el duque.
-gracias - respondió tímida.
-debo decir que tu carta me lleno de esperanzas, estaba convencido que en este punto ya estarías anunciando tu compromiso con el tercer hermano Bridgerton.
-lamento que malinterpretara mi carta, solo quería saludarlo, y saber más sobre la duquesa Williams.
Charles la miro confundido, se sintió decepcionado.
-entiendo, entonces ya está comprometida?
-aun no, Colin me está cortejando.

-buenos días-dijo Colin- les importa si me uno a su caminata.

-señor Bridgerton -dijo Portia- que hace aquí?
-estaba alimentando a los patos, pero les vi desde allí, por lo que quise saludar.
-ya que está aquí, le quiero presentar al duque Williams -continuo Portia.
-ya tenía el honor, su excelencia -dio una muy pequeña reverencia - Pen estás radiante el día de hoy, como siempre.
-gracias Colin -respondió Pen con una gran sonrisa.

El grupo había llegado a la parte del parque en la que había varios miembros de la ton.

-lady Featherington -dijo Colin- se que esto es un poco fuera del decoró, pero debido a las circunstancias me gustaría preguntarle si me da su consentimiento para cortejar a su hija menor, la señorita Penelope Featherington.

Hubo murmuros por todo el parque pues Colin no había pronunciado aquellas palabras en confidencia.

-lady Featherington -dijo Charles- también me gustaría pedirle su permiso para cortejar a la adorable Penelope.

Portia había quedado muda, después de todo estaban frente a la ton.

-caballeros -dijo Portia al fin- lo que más quiero es que mi hija sea feliz, por lo que considero que sea ella la que decida, lo mejor es que ella lo piense detenidamente. Así que le otorgo mi permiso a los dos. Pero les ruego que no la obliguen a decidir hoy, por qué se puede ver abrumada por tan increíbles opciones.

El duque Williams le dio la mano a Colin
- que gane el mejor -le dijo.
-no se porque pierde su tiempo excelencia- respondió Colin, solo para que Charles le pudiera escuchar.

De La Fantasía A La Realidad- Una Historia PolinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora