Capítulo 1.

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Kim Taehyung odiaba todo y a todos.

No soportaba a las personas, le parecían aborrecibles y crueles. No le agradaba nadie, no le gustaba conocer gente nueva y juzgaba a quien viera. Al único que amaba y le brindaba respeto era a su mejor amigo; Park Jimin, un hermoso castaño de mejillas regordetas y de carácter carismático.

Su repudio a las personas comenzó siendo un inocente niño. Un infante llorón que suplico y sollozo todo su primer día de escuela, rogando que su madre volviera por él y lo sacara de aquel lugar extraño, donde todos lo miraban con indiferencia y espanto. Al parecer ningún niño lloraba como él.

Todos parecían evadir su molesta y chillona presencia, dejándolo solo y con un sentimiento de rechazo profundo para un niño de seis años. Recuerda muy bien aquellos tiempos, cuando simulaba jugar con alguien en los recreos, corriendo por todo el patio que le era permitido y escondiéndose de aquella persona inexistente que jugaba con él. Simulando ser buscado por alguien, para que los demás niños no pensarán que estaba solo.

Y todo fue solitario en un principio, hasta que llegó otro pequeñín llorón, quien se le acercó y le sonrió con grandeza, sin importar el pequeño huequito en sus dientes de leche. Compartieron momentos y fue su primera compañía, hasta que al crecer lo dejó por personas más interesantes que él.

Con todo ello, su pequeño corazoncito se llenó de miedo, dolor y tal vez, rencor. Todos los días era un sufrimiento, tener que ir a la escuela para ver a todos ser felices y jugar entres ellos, verlos reír, acompañarse y quererse, dejándolo de lado, como el bicho raro que era... o que le hicieron creer que era.

Nuevamente, siente esa misma sensación y ganas de llorar. Teniendo diecisiete años, Kim Taehyung se encuentra frente a su espejo, admirando su conjunto de ropa, sintiéndose disgustado al no verse como desea. Sin embargo, la pesada sensación de temor y tristeza no es por ello, si no, porque desgraciadamente hoy tiene que volver al instituto.

Está obligado a volver a esa selva llena de depredadores sin corazón. Adolescentes estúpidos, hipócritas y llenos de veneno, dispuestos a lanzar sus filosas opiniones hacia cualquier persona distinta. Manchando su propia percepción y destrozarlo internamente poco a poco, en definitiva, Taehyung no quería volver allí.

Pero para su mala suerte, su mejor amigo ya se encontraba tocando la puerta de su casa, como el desesperado que es. Suspirando, Taehyung cuelga su maleta en sus hombros y baja las escaleras con lentitud, retrasará su desgracia lo más que pueda. Se despide su madre y abre la puerta, encontrándose con un castaño precioso, sonriendo de oreja a oreja y viéndose espectacular como siempre. A deferencia suya, Park Jimin era una mariposa social, amable y amoroso, conquistando corazones aquí y allá y creando amistades en cualquier lugar.

Como saludo, le dio un leve asentimiento de cabeza, además de una pequeña sonrisa de labios sellados. Desearía compartir el mismo entusiasmo que su amigo, pero no puede hacerlo, por más que lo intente le parece imposible.

Park camina junto a él, con sus hombros casi rozándose, no hablan, pero el castaño ya está acostumbrado al silencio de su amigo, no le molesta, de hecho, lo aprecia.

Una calle los separa del instituto, siendo Jimin el primero en tratar de cruzar, sin embargo, es detenido por una mano sosteniendo su muñeca. Gira su rostro y se encuentra con la seria mirada de su acompañante.

—Ten cuidado —dice el pelirrojo, señalando con su mano libre, el lado contrario de la calle. Un auto gris se aproxima a gran velocidad y Jimin abre sus ojos sorprendido, ni siquiera se había tomado la molestia de mirar para ambos lados —. No quiero que te mueras tan pronto.

—Lo siento — Park le sonríe con dulzura.

—Debes comenzar a mirar las calles antes cruzar, Jimin. Te lo he repetido muchas veces.

—Ya, lo siento, la próxima vez lo haré.

Asintiendo, Taehyung refuerza su agarre en la muñeca de su amigo y cruzan la calle con la ligera sensación de calidez cubriendo sus pechos. Jimin en verdad está agradecido de tener a alguien como Tae en su vida, a pesar de ser tan distante y poco comunicativo, apreciaba sus pequeñas acciones.

Al llegar a la puerta del instituto, el pelirrojo suspira fuertemente y se prepara mentalmente para entrar en el lugar, este año no será como los anteriores, no permitirá que lo pisoteen y lo hagan sentir fatal. Este año será diferente.

Jimin le da unas palmadas en la espalda y le da un pequeño asentimiento, brindándole aliento. Lo mira con cariño y se adentra en el lugar, todo es un desastre, personas en cantidad, voces retumban en su cabeza y le hacen girar los ojos en fastidio. Chicos corriendo para encontrarse con sus parejas y una que otra persona perdida entre tanto ajetreo, pasillos y alumnos alborotados por el primer día.

Prestando más atención de la debida en los estudiantes perdidos, se encuentra con unos ojitos espantados, buscando algún lugar que le pueda ser de ayuda o algún estudiante que se digne a guiarlo en tan grande establecimiento. Sus miradas se cruzan por un momento y el chico desconocido le sonríe con amabilidad, pero Taehyung no tiene tiempo para cosas que no le importan, así que desvía su mirada rápidamente para prestar atención a su amigo. Mientras, el otro chico hace una mueca de incomodidad.

—Por allí viene Haneul —avisa Jimin con tono risueño, viendo de reojo como su amigo da un leve saltito de emoción.

—No me interesa —responde, desviando, muy disimuladamente, su mirada al lugar que su amigo mencionó.

—Claro.

Ironía, así se escucha la respuesta de Park, pura ironía. Castaño tonto. Taehyung no soporta que Jimin sepa que le gusta Haneul, mucho menos soporta sus comentarios risueños y sacados de un fanfic escrito por una nenita de catorce años.

Rodando sus ojos, se centra en observar a la chica de sus sueños, viéndole entrar con tanta elegancia, que se siente fuera de lugar. Su sonrisa ilumina toda la institución, llegando hasta sus amigas para saludarlas con un fuerte abrazo, donde luego toma lugar en su círculo, donde charlan y ríen a viva voz. Y esta vez al pelirrojo no le molesta, porque la voz y risa de Yang Haneul es de las más preciosas melodías que ha escuchado.

Sacudiendo su cabeza, se aleja de sus pensamientos y desvía la mirada a su casillero, donde guarda sus libros, cuadernos y su chocolate para el final del día. Jimin, a su lado, hace lo mismo, guardando lo necesario, dejando liviana su mochila. 

El castaño a su lado lo mira, a sabiendas de que ya tienen que separarse, puesto que no están en la misma aula de clase, le sonríe y le desea suerte en su primer día.

—Espera —dice Taehyung antes de que Jimin se aleje —. Toma, lo hice anoche. Recordé que no suele gustarte mucho la comida de la cafetería, así que te hice esto —Le extiende un paquete cuadrado envuelto en papel Film.

Así, como todos los años, Taehyung le ha dado un sandwich de jamón, queso y pollo. Jimin le agradece, sonriendo en grande y diciéndole que es el mejor amigo del mundo, el pelirrojo le da una sonrisa pequeña y se despide. Tomando camino, se dirige a su aula, con los ánimos por el suelo y nada expectante por el presente año.



¡Primer capítulo de Metanoia! 

No olviden comentar si ven algún error de dedo. 👩‍❤️‍💋‍👩

Espero le guste, lqm

Metanoia [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora