Capítulo 26

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El tiempo se detuvo...

Nayeon dejó de correr cuando entendió que, por más lejos que corriera, nada cambiaría y la maldita realidad seguiría haciendo pedazos lo poco que aún quedaba de su mal herido corazón.

Su manos aún temblaban cuando sacó su celular de su bolsillo para comprobar algo que daba por hecho. Tenia más de cinco llamadas de Jeongyeon y otras cuantas de sus amigas.

Se preguntaba en que momento había sonado tantas veces su celular hasta que cayó en cuenta que había estado corriendo mucho tiempo, tal vez media hora sin parar; luego de comparar la hora del primer llamado con la hora actual.

Recordó que debía llamar a Momo y explicarle todo. Sus llamados junto con los de las demás chicas probablemente se debían a que Jeongyeon ya se había contactado con ellas.

Sorbió su nariz y limpió sus lágrimas en la medida que pudo con una sola mano, mientras que con la otra buscaba el contacto de Momo.

¿Y por qué de Momo?

Tal vez porque fue la primera persona que llegó a su cabeza meramente por pensar en que alguien debía darle su merecido a Yoo.

~¡Nay!, ¿Dónde estás? Jeongyeon me llamo preocupada diciendo que habías desaparecido.

-N-no se donde estoy.

Respondió dejando en evidencia, no solo que estaba perdida, si no que estaba hipando con una voz muy ronca.

~¿Qué sucedió? ¿Por qué estas llorando?

-S-si Jeongyeon llama otra vez, dile que no quiero volver a verla, hablar o saber de su existencia.

~Pero dime que es lo que hizo.

-Es ella, es Yoo Jeongyeon.

~¿Qué?

-J-jeongyeon es Y.J

~¡Es una maldita perra!

-Buscaré la manera de llegar hasta tu casa, y por favor, aún no les digas nada a las demás.

~Esta bien, estaré esperándote.

La llamada terminó y Nayeon levantó su mirada al cielo como si este le trajera consuelo.

Un segundo más tarde, volvió a utilizar su celular para llamar un taxi y, a partir de aquel instante, como si tuviese la opción de colocarse en piloto automático, el tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Para cuando regresó a la realidad, ya había llegado a la casa de su amiga.

Le pagó al taxista y salió del auto arrastrando sus pies hasta la puerta correspondiente. Toco el portero esperando que le abrieran para luego pasar su mano por sus mejillas donde podía sentir sus lágrimas secas.

En menos de un segundo, Momo ya había abierto la puerta encontrándose con la desgarradora imagen de Nayeon.

Su expresión era sombría, sus ojos estaban hinchados y cristalinos, su pelo despeinado y la máscara para pestañas dibujaba largos caminos negros sobre sus mejillas rojas.

La primera reacción de la menor fue lanzarse sobre Momo quien, sin dudarlo, la recibió entre sus brazos. Una vez que volvió a sentir que estaba en un lugar seguro y bajo el calor del cariño de una amiga, sus emociones volvieron a brotar trayendo consigo lágrimas cargadas de dolor.

Durante largos segundos se mantuvieron así. De cualquier forma, no había nada que decir, nada que cambiara los hechos y mucho menos, algo que reparara el corazón de la bajita.

Notas indecentes/2yeon (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora