Capitulo 15

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Jaemin pidió pizza, porque no había nada comestible en la cocina. Apenas había estado allí desde la desaparición de Renjun, prefiriendo pedir comida para llevar y comer en la sala de estar.

Ver su cocina vacía, ver todos los pequeños artilugios innecesarios que Renjun había insistido en comprar, lo había enfurecido terriblemente. Así que había evitado la cocina como una plaga.

Pero ahora Renjun estaba de vuelta.

Renjun estaba de vuelta.

Jaemin apenas podía apartar sus ojos de él mientras comían sus pizzas. Tenía que recordarse a sí mismo que no era tan inocente y genuino como parecía, que no debía perdonarlo tan fácilmente. Pero no podía dejar de mirar fijamente, hambriento por verlo.

Sus ojos se encontraron a través de la mesa, y Renjun le sonrió, sus pómulos se volvieron un poco rosados. Jaemin quería besarlos, luego lamer hasta esa boca rosada hasta que Renjun estuviera temblando de nuevo y haciendo esos pequeños ruidos suyos.

—Mmm, esto es lo mejor que he comido aquí! ¿Cómo es que no me has hablado de la pizza? —Dijo Zhang Hao antes de tomar otro bocado de pizza y gemir con gusto.

Renjun arrugó la nariz.

—Porque he visto a gente en la televisión decir que no es saludable comerla.

Jaemin los miró con desconcierto. Había pensado que el extraño olvido de Renjun sobre tantas cosas obvias era solo una peculiaridad de él, pero su amigo parecía compartirlo. Zhang Hao era tan raro como Renjun.

Y al igual que Renjun, parecía un personaje que se había escapado de un cuento de hadas de Disney. Era etéreamente hermoso con una piel extrañamente blanca, un largo cabello plateado y profundos ojos verdes. Parecía un maldito ángel.

También había algo... fuera de su aspecto. No era el color del cabello; Zhang Hao no fue el primer tipo que Jaemin había visto que se teñía el pelo con colores extraños. No, era otra cosa. Alguna cualidad que Renjun tenía también.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar aquí? —Dijo Jaemin, mirando a Zhang Hao .

Zhang Hao se detuvo a medio masticar. Él intercambió una larga mirada con Renjun. Casi parecía como si estuvieran comunicándose sin hablar. Deben haber sido muy cercanos.

—Espero que esté bien que me quede con ustedes hasta que encuentre un trabajo —dijo Zhang Hao y tomó un sorbo de té.

Jaemin reprimió un resoplido. Le sería imposible responder negativamente sin verse como un imbécil. Este tipo no era tan despistado socialmente como Renjun tendía a serlo.

—Tendrás que compartir cuarto con Renjun —dijo Jaemin—. No hay habitación libre. A menos que quieras dormir en el sofá.

—Él puede tomar mi habitación —dijo Renjun, mirando a Jaemin por debajo de sus pestañas—. Puedo compartir contigo.

Jaemin se humedeció los labios y asintió.

Renjun bajó la mirada de nuevo.

Mientras tanto, Zhang Hao se atragantó con su té y comenzó a toser, con los ojos como platos.

—¿Vas a compartir una cama con Jaemin? —Dijo, mirando a Renjun como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Renjun miró su pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—Prefiero compartir una cama con Jaemin que contigo. Ni siquiera sabes cómo abrazar.

Zhang Hao lo miró con una mirada vagamente escandalizada. Jaemin se habría reído si no estuviera ocupado tratando de no mostrar cuánto le afectó la mera idea de que Renjun durmiera en su cama. Dormir. Cierto.

L'amour des étoiles || JaemrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora