L'amour des étoiles || Jaemren

Capitulo 18

—No —dijo Renjun tan pronto como estuvieron solos en el apartamento.

Zhang Hao negó con la cabeza.

—Renjun.

—Y no te atrevas a hacerle eso a Jaemin otra vez —dijo Renjun, mirándolo—. Fue una violación de su privacidad. No tenías derecho a leer su mente.

Antes de que Zhang Hao pudiera decir algo, Renjun se volvió y desapareció en la habitación de Jaemin.

Zhang Hao suspiró y se masajeó la cabeza, tratando de deshacerse del dolor de cabeza que había desarrollado cuando Renjun le dio un golpe telepático enorme por entrometerse en la mente de Jaemin. Zhang Hao todavía no estaba acostumbrado a cuán fuertes se habían vuelto las habilidades telepáticas de Renjun después de que su vínculo se había roto. Zhang Hao siempre había sido el telépata más fuerte y empático entre los dos, y su cambio de roles lo tomó por sorpresa. Claro, Zhang Hao había visto a Renjun usar sus nuevos poderes sobre los humanos, pero recibirlos era diferente.

Por primera vez, Zhang Hao se sintió un poco nervioso. Ahora entendía mejor por qué Renjun estaba tan perturbado por sus mayores habilidades.

Las razas telepáticas siempre habían sido consideradas con cierta cautela y sospecha por otras razas en la galaxia. Pero todos sabían que no todos los telépatas eran igualmente peligrosos. La prueba telepática estándar fue inventada por el Ministerio para clasificar a los telépatas, siendo la Clase 1 la más inocua y la Clase 7 la más peligrosa. Renjun había sido un telépata de Clase 1 en el STT, la clase telepática más débil además de t—nulls, pero la cabeza de Zhang Hao aún sonaba por la fuerza del golpe telepático de Renjun, ¡y tenía sus escudos mentales encendidos! Renjun era al menos clase 3 ahora. Por lo menos.

Lo hizo sentir un poco incómodo, porque Zhang Hao estaba clasificado como Clase 2, incluso con el vínculo que restringía su núcleo telepático. Trató de no pensar en cómo se clasificaría en el STT cuando finalmente se rompiera su vínculo con HanbinKaysar.

También trató de no pensar en los antiguos Calluvian que podían matar con sus mentes. Probablemente era una leyenda urbana de mierda, pero si fuera cierto... esos mutantes habrían sido clasificados como Clase 7.

Zhang Hao apartó el pensamiento con una risita. Estaba siendo tonto.

Los telépatas de clase 7 ya no existían en la galaxia. Todo el mundo sabía eso. Tenía cosas más apremiantes de las que preocuparse de todos modos. Como el hecho de que su mejor amigo había perdido la cabeza.

Zhang Hao sintió que su piel se calentaba al recordar lo que había visto en la mente de Jaemin antes de que Renjun lo empujara.

Incluso con los recuerdos de Jaemin y todo el ruido que había escuchado la noche anterior, aún era difícil creer que Renjun realmente hubiera tenido... relaciones sexuales con su humano.

Hubo una parte de Zhang Hao que alegremente animó a Renjun por ir en contra de todas las arcaicas y sofocantes tradiciones de su gente. Esa parte de él era inmensamente curiosa acerca de cómo se sentía. Esa parte de él estaba decidida a probar el sexo tan pronto como su estúpido vínculo finalmente se rompiera. Pero, a diferencia de Renjun, él no tenía la intención de quedar tan enamorado de un miembro de una civilización pre—TTCI.

¿Cómo podía ser Renjun tan estúpido? Ya estaba demasiado apegado a su humano. Añadir sexo encima de eso fue una idea terrible.

Es posible que Zhang Hao no entienda por completo el amor romántico, pero tenía una buena idea de cómo eran sus amigos de otros planetas. Si lo entendía correctamente, el apego intenso y la atracción sexual eran los componentes principales del amor romántico para los seres sensibles sexuales.

Renjun ya había estado demasiado apegado a su humano. Agregar sexo a la mezcla había aumentado exponencialmente sus posibilidades de lastimarse cuando sus padres inevitablemente los encontraban y los arrastraban a casa. Las leyes del Ministerio les prohíben tener una residencia permanente en planetas pre—TTCI. Renjun y su humano no tenían futuro.

Zhang Hao negó con la cabeza. Él no sabía lo que estaba pensando.Si estaba pensando en absoluto.

Suspirando, Zhang Hao se dirigió a la habitación de Jaemin y tocó poco antes de abrir la puerta.

Renjun estaba tumbado de espaldas en la cama. Sus ojos se posaron en Zhang Hao y un ceño fruncido apareció en su rostro. Pero

no dijo nada, esperando que Zhang Hao hablara primero.

Zhang Hao se acercó y se sentó en la cama.

Se miraron el uno al otro.

—Sabes, cuando estuve en el planeta Sivaxu el año pasado — comenzó Zhang Hao —. Intentaron enseñarme sus maneras. No eran religiosos, sino creyentes. Creían que todos tenían un camino escrito en las estrellas. Sin importar lo que hicieras, no podrías cambiar tu camino de manera significativa si el cambio no estuviera ya escrito en las estrellas.

Renjun frunció los labios.

—No entiendo.

—Sabes que no puede terminar bien —dijo Zhang Hao con cuidado—. Él es un humano y tú eres tú. Sabes que es inútil. Él tiene su propio camino para viajar, Renjun. Nunca fuiste destinado a cruzarlo o cambiarlo. Termínalo antes de que sea demasiado tarde. Él no es para ti. Él no es tuyo y nunca será tuyo.

Renjun bajó la mirada, sus largas y oscuras pestañas sospechosamente húmedas contra sus pálidas mejillas. Hizo que el pecho de Zhang Hao doliera, pero sabía que era necesario decir las palabras. Renjun era un alma tan gentil. Solía ignorar la dura realidad, determinado a creer en el mejor resultado, sin importar lo poco realista que fuera.

—¿Crees que es tan fácil? —Renjun susurró con fuerza—. ¿Apagar tus emociones? ¿Terminar las cosas cuando todo lo que quieres es a él?

Zhang Hao abrió la boca y la cerró sin decir una palabra. La verdad era que realmente no tenía idea de lo que Renjun estaba pasando.

No tenía idea de cómo se sentía querer estar con alguien. Y él era tan, tan curioso.

Zhang Hao le dio un codazo a la rodilla de Renjun.

—¿Cómo es? —Dijo, adoptando un tono más ligero. Había cumplido con su deber y le había advertido a Renjun; se le permitió satisfacer su curiosidad.

Renjun parpadeó y luego se sonrojó cuando Zhang Hao sonrió.

—Vamos, Renjun —dijo—. ¡Cuéntame! ¿Es el sexo tan bueno como dicen?

—Es muy privado, ¿no te parece?

—¡Oh vamos! —Dijo Zhang Hao , haciendo pucheros—. No fue muy privado cuando estabas gimiendo y rogándole a Jaemin que te lo hiciera más duro anoche.

Renjun se sonrojó y se cubrió la cara con una almohada.

—¡Cállate!

Zhang Hao sonrió.

—¿Qué? ¡Tengo orejas! ¡No es mi culpa que seas una puta en la cama!

Renjun le dio una patada.

—Te odio —murmuró en su almohada—. Y tal vez eres más una puta en la cama que yo. Simplemente no lo sabes todavía — Renjun levantó la almohada de su cara y sonrió inocentemente a Zhang Hao —. Le preguntaré a Hanbin después de tu noche de bodas.

Esa pequeña mierda.

Renjun comenzó a reírse al ver la cara de Zhang Hao .

—Nunca va a suceder —Zhang Hao mordió, levantando la barbilla.

Sobre su cadáver.