Capítulo 2

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"No importa cuanto grite, nadie puede oír mis suplicas"


Hubiese sido lindo que Jungkook correspondiera a ese beso; al contrario de lo que una situación normal ocurriría; la reacción de él fue más de sorpresa, porque no entendía bien qué estaba pasando y luego de rechazo. Y no es porque le desagrada el beso, sino que no lo sentía correcto, Taehyung estaba borracho, podía notarlo en este torpe beso e incluso sabía de antes que no estaba en sus cinco sentidos.

Lo apartó lentamente, tenía los ojos abiertos de par en par, lo miró sorprendido, y se sentía confuso, por no saber qué hacer. Taehyung tenía una sonrisa ancha y los ojos cerrados, se tambaleo un poco y cayó al hombro de Jungkook, medio dormido.

A las cinco de la mañana, Jungkook llegó a su departamento con Taehyung afirmándose del brazo; logró tomar un taxi; no se le ocurrió otra idea pues no podía permitir que el chico manejara, y no sabía donde vivía. Así que llevarlo a su departamento era una alternativa más viable. Cuando entró, fue directo al sofá, Taehyung ya se encontraba en los brazos de Morfeo y no se dio por enterado de donde estaba. Con todo el nerviosismo del mundo Jungkook se atrevió a quitarle los zapatos, tratando por todos los medios de no despertarlo en tan agónica tarea.

Una vez terminada su labor, pasó por la cocina para servirse un vaso de agua y luego fue a su habitación a buscar una manta, cuando volvió dejó la manta encima de él. Le apartó unos mechones azules rebeldes que cubrían parte de su rostro. Suspiró agotado, fue a su cocina, la cual estaba en la misma habitación que su sala de estar. Un concepto abierto y solo tenía una habitación. No era grande, ni ostentoso, esa vida que su abuelo le insistió en tener no le era cómodo. Se sentó en un taburete, mirándolo atentamente, sonrió para sí mismo porque jamás, ni en sus más locos sueños, creyó tener a este chico durmiendo en su casa, en su sofá.

Pensó en los acontecimientos del día y algo no le encajaba, todo iba muy deprisa, cosa que ni él mismo entendía, seguía sintiendo que esta casualidad de que lo encontrara Taehyung, no era tan casual.

"Es como las sorpresas de una caja de cereal"

Sí reconoce, estar un poco obsesionado con verlo de nuevo, pero no podía ser tan afortunado; quizás está siendo paranoico; él lo buscaba y que de repente Taehyung aparece para irse de fiesta y luego lo besó, era como estar viviendo una película. Jungkook era de esas personas que todo se lo cuestionaba, si estaba bien o está mal, absolutamente todo y ahora, esto no era la excepción, sabía que no estaba bien, pero tampoco lo sentía mal, el beso lo tomó por sorpresa, sonrió para sí mismo y un leve rubor subió por su cara, agradeció que él durmiera, se avergonzó, porque era la primera vez que alguien lo había besado de esa manera; a pesar de lo torpe y la embriaguez, fue maravilloso.

Cuatro horas más tarde Taehyung despertó, se incorporó mirando hacia todos lados, tratando de enfocar su vista. Se dio cuenta que estaba en el suelo, con la ropa puesta y una manta arriba del sofá, seguramente se cayó y no se dio cuenta. Al levantarse y hacer una vista más panorámica vio a Jungkook sentado en un taburete, frente a la mesa de la cocina, con su brazo apoyado a todo lo largo de esta, y su cabeza por sobre su brazo. No pudo evitar sonreír, más aún cuando vio un puchero saliendo de esa boca. Quiso acercarse para quitarle unos mechones, pero cuando estuvo a punto de tocarlo se arrepintió y sostuvo su mano como si hubiera estado a punto de tocar algo muy prohibido. Hizo una mueca con su boca, luego tomó sus zapatos y salió del departamento en completo silencio.

 Hizo una mueca  con su boca, luego tomó sus zapatos y salió del departamento en completo silencio

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