Capítulo 4

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" Ahora si creo que puede ser posible, no dejes de mirarme"


Las primeras nieves comenzaban a caer en la ciudad, mientras que faltaba poco para que tiendas se llenarán de luces y colores, y que la gente caminará a pasos más acelerados cargando con paquetes grandes y pequeños. Faltaba poco para el comienzo de las fiestas de fin de año.

Taehyung abrió los ojos lentamente, era de mañana; lo supo por la luz del sol entrando por la ventana. Levantó la cabeza para mirar a su alrededor, la habitación estaba vacía, así que se levantó y fue a la sala; ahí estaba lo que buscaba; tumbado en el sofá durmiendo con la boca abierta, Jungkook parecía sumido en el más profundo y relajante sueño.

Él sigilosamente se devolvió a la habitación para buscar en el ropero de Jungkook algo que ponerse. Encontró unos pantalones de buzo, no andaría por toda la casa solo en polera y ropa interior, bien, a quien engañaba la idea le tentaba, si con eso lograba que Jungkook lo mirara con esa intensidad que tanto le gustaba y lo tomara ahí mismo, no sería la primera vez.

Volvió a la cocina para preparar café; Jungkook usualmente se despertaba con el olor del desayuno. Cuando ya lo tiene listo prende un cigarrillo antes de darle un sorbo al café. Era su combinación favorita por la mañana. Desde la cocina podía ver a Jungkook; quién diría que antes él había hecho lo mismo que está haciendo Taehyung ahora: mirar desde la cocina con una taza de café.

No estaba pendiente del tiempo, pero han pasado semanas, quizás un par de meses, desde que llevaban así. Taehyung iba con regularidad a la casa de Jungkook. Recordó la noche en que todo comenzó. Jungkook le había dicho que le gustaba, y él no le había respondido, pero eso al azabache no parecía importarle, pues no volvió a tocar el tema. Taehyung recordaba haberle dicho que esta era una vida que él había elegido, lo cual era cierto. Pero no se atrevió a confesar que estaba harto, que en el fondo no tenía más, era para lo único que servía.
Pero estando con Jungkook, podía olvidarse de todo, de aparentar tener una vida normal, con un chico precioso que lo adoraba cada noche. Taehyung se aferró a esa ilusión. Aunque en el fondo sabía que era solo eso, una ilusión, ¿Cuántas veces aparecía un hombre, jurándole el cielo y la tierra, que lo sacaría de la mierda? Taehyung ya no era un niño. Así que solo se aferraba y rogaba por lo que sea que tuvieran, durase un poco más.

Jungkook se despertó por el olor a café entonces poso su mirada en la cocina. La sonrisa que se dibujo en su rostro hizo suspirar al peliazul.

— Buenos días —le dijo soñoliento — Me dormí otra vez revisando esos informes — Jungkook estiró su cuerpo, soltando un gran bostezo — ¿tú dormiste bien?

Él asintió. Jungkook se sentía observado, le ponía nervioso que lo mirara tan fijamente, además le intrigaba saber qué pensaba él; un rubor comenzó a subirle por el rostro cuando lo vio acercarse; la polera que usaba le caía por el hombro, le quedaba un poco grande; claro, si le pertenecía a Jungkook.

Al verlo con la luz de la mañana, su pelo azul revuelto, la polera mostrando su piel acanelada y los labios enrojecidos por el calor del café, su primer pensamiento se fue a su entrepierna.

Taehyung sin decirle nada se sentó al lado de él y le entregó el café. Jungkook se sobresaltó un momento saliendo de sus pensamientos, pero lo tenía tan cerca, él mismo se dio cuenta de que tenía pequeños temblores en su cuerpo, y para disimular se aferró a su taza de café. Taehyung se acercó a masajear su cabeza, el movimiento hizo que la polera ancha revelara lo que había más abajo del cuello. Jungkook hizo un movimiento rápido para sostener las muñecas, su respiración comenzó a agitarse.

Taehyung tenía una sola determinación, por ello se acercó a él y lo rodeó con los brazos, Posando sus labios suavemente, bastaría con eso, ya llevaba tiempo conociendo a Jungkook y reconocía los botones que tenía que tocar para lograr lo que quería de él; para encenderlo.
Estaba dando resultado, pues su tierno beso tomaba velocidad y profundidad, sentía la respiración agitada de Jungkook, intencionalmente se apretó más a él, soltando un quejido. Jungkook lo tomó por la cintura y lo recostó sobre el sofá. Introdujo sus manos para sentir la piel de Taehyung, con delicadeza pasó las manos por su espalda, apretando, bajando hasta encontrarse con los pantalones. Deslizó las manos y apretó ese delicioso trasero, haciendo que Taehyung se arqueara, escuchando sus respiraciones entrecortadas.

Run Away | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora