Capitulo 1

599 36 11
                                    

Notas del autor Og:
Hola!, Está historia originalmente comenzó como un one-shot que me permitiría desahogarme, ya que mi madre se niega a creer que no estoy vueltas a propósito. En un giro bastante predecible de los acontecimientos, me di cuenta de que disfrutaba mucho escribir de nuevo y decidí intentar dividirlo en capítulos. Nunca iba publicar esto, pero a medida que mi plan se hizo más y más largo, pensé que sería una pena no dejar que otras personas leyeran lo que quisieran, sin embargo, debido a los temas tratados aquí,  quería explicar la situación.

La experiencia de Bakugō con 'los escalofríos ' en el capítulo 1 (y solo en el capítulo 1) es una descripción exacta de mi situación pasada y actual (excepto que el desencadenante de mi empeoramiento fue el cierre inicial de Reino Unido en lugar de un secuestro). Por eso comencé a escribir esto. Sin embargo, mientras escribía más de esto, pensé que sería una pena no desarrollar la situación de Bakugō y explorar lo que estaría pasando por su cabeza, etc. Tampoco estoy sugiriendo de ninguna manera que cualquier situación rara que me esté pasando se convertirá en el síndrome de turette o cualquier otro tic nervioso. Probablemente sea solo por hacer algo cuando era un niño pequeño y tomarlo como un hábito o algo estúpido.

A medida que Bakugō tics motores y verbales más complejos, ha intentado investigar un poco del síndrome de Turette para no tergiversar nada (aunque los tics de Bakugō no se desarrollarán hasta la gravedad que a menudo se muestra en los principales medios de comunicación). Sin embargo si algo que escribo ofende a alguien o es inexacto, ¡házmelo saber para que pueda cambiarlo tan pronto como pueda!

Como probablemente se darán cuenta, soy muy racio a publicar esto ¡pero espero que lo disfruten!
______________________________________

La presión en la parte posterior de su cuello comenzó a aumentar una vez más, era incesante, una y otra vez subía lentamente por la espalda de Bakugō antes de asentarse, escondido, en la base de su cuello.
Esperaría, burlándose de él de lo que estaba por venir, antes de tomar el control y lanzar su cabeza bruscamente hacia un lado u otro.

Bakugō suspiro y se frotó el dolor que asentaba en la parte posterior de su cuello mientras trataba de concentrarse en la pila de trabajo festivo frente a él. Normalmente habría terminado toda esta tarea (y más) hace semanas, no era como el resto de sus supuestos amigos. Sin embargo, aquí estaba, una semana antes del comienzo del nuevo período escolar, todavía con una gran pila de papeles frente a él. No era como si no entendiera la materia. Si realmente pudiera enfocar su mente, diezmaría absolutamente la pila en un máximo de tres horas. Sin embargo estaba demasiado ocupado permitiendo que su mente corriera a través de explicaciones y de razonamiento del por qué su maldito cuello simplemente NO DEJABA DE MOVERSE. Desde que tenía 12 años, tenía momentos en los que misteriosamente perdía el control de su cuerpo por solo un par de segundos, lo que le producía un escalofrío violento. Estaba convencido de que ésto era normal, era como un escalofrío por tener frío... lo que también sucedía cuando no tenía mucho frío. Nunca le había molestado. Solo ocurría de vez en cuando, cuando estaba nervioso o cansado y nadie se daba cuenta. Así que no había de que preocuparse. Sin embargo, ahora su cerebro seguía volviendo a este fenómeno de sus años de juventud, preguntándose si era lo mismo que lo había atormentado recientemente.

Había comenzado gradualmente un par de semanas antes de las vacaciones. Estaba sentado a la mesa de la cena con sus padres, ocupándose de sus propios asuntos, cuando entonces la desconocida presión de hormigueo se arrastró por su columna y comenzó a supurar en la base de su cuello. Se había frotado el cuello preocupándose por si se había excedido un poco en el entrenamiento ese mismo día y se había torcido algo en el cuello. Las lesiones en el cuello siempre eran las peores y no esperaba tener que soportar ese dolor durante la próxima semana. Sin embargo,  antes de que se diera cuenta, su cabeza se sacudió bruscamente hacia arriba, casi como si de repente hubiera visto a la maldita araña más grande que jamás haya existido, escabullirse por encima de él en el techo. Se había detenido por un segundo, mirando el techo inmaculado sobre él, antes de bajar lentamente la cabeza y empujar una cantidad indecente de arroz en su boca. La vieja bruja lo miro fijamente por un segundo, obviamente contemplando si reprenderlo por perturbar el aire perfectamente tranquilo a su alrededor o no, antes de continuar con su comida. Más tarde esa noche, Bakugō había maldecido mientras su cabeza giraba hacia un lado antes de asentarse una vez más. En ese entonces, había atribuido la perturbación en su cuerpo, a que volvía a casa un fin de semana tan cercano a las vacaciones.

Tics and ScratchesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora