𝑰𝒏𝒇𝒊𝒆𝒍

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Un bostezo. Jungkook mira sus ojos escondidos tras el cristal rayado de unas viejas gafas de présbita. Jimin deja las llaves en la mesa y lo mira devuelta. Sus ojos titilan dubitativos mientras Jungkook esboza una cansada sonrisa. Debajo del cuello de su suéter, la piel de Jimin esconde marcas de labial carmín. Debajo de las mangas de su suéter, la piel de Jungkook esconde también marcas color carmín.

—¿Lo has vuelto a hacer? —pregunta Jungkook finalmente. Jimin limpia el sudor de sus manos sobre la tela de sus pantalones. Asiente. Jungkook aplaude.

—¡Vaya modelo de noviecito que eres, Park, tan bueno que usas a otras mujeres para no desgastar a la tuya!

Frunce sus labios. No le han gustado las palabras de su menor. ¿Por qué le reclama? ¿Qué derecho tiene? ¿En qué le afecta?

Él y Jungkook son solamente amigos que decidieron vivir juntos para dividir los gastos domiciliarios mientras cursaban la universidad en una nueva ciudad. Jimin no tiene razones para responder a sus sarcasmos, pero aún así siente la necesidad de defenderse.

—Las cosas entre ella y yo se han enfriado desde hace tiempo, ¿sabes? —se deja caer en el sofá individual de la sala de estar. En uno de los reposabrazos, hay una bufanda a medio coser aún con las agujas enredadas entre el hilo. Jungkook se acerca y la cambia de lugar a la mesita de centro, temiendo que Jimin llegue a punzarse —. Estoy cansado de intentar verla, de darle regalos y preocuparme por ella cuando ella es tan fría conmigo. Creí que yo podría cambiarla, que podría hacer que se abriera y me tuviera algo de confianza, pero no hay ningún avance. Di todo de mí y ella no quiso nada —suspiró, haciendo un gesto a Jungkook con la mano. Jungkook entendió la señal y le tendió una cerveza la cual Jimin llevó a sus labios enseguida —. Prometí no ser como los demás y nunca decepcionarla, pero no es tan fácil cuando la otra parte no coopera, ¿comprendes?

Jungkook lo miraba casi boquiabierto, no entendiendo su razonamiento. Si él tuviera pareja, nunca le sería infiel. Su alto sentido de la moral y, por supuesto, su miedo a las enfermedades de transmisión sexual, se lo impedían.

—¿Y por eso te has estado acostando con diferentes mujeres a lo largo de la semana? —ladeó una sonrisa irónica, la cual su compañero de cuarto siguió.

—No me he acostado con nadie, Koo —bufó, levantándose y yendo hacia el pasillo para comenzar a desvestirse. El departamento era sumamente pequeño, así que nunca salió del plano visual de Jungkook —. He buscado en ellas lo que mi novia no me ha dado en todo este tiempo.

—¿Besos franceses? —Jimin rodó los ojos ante el tono burlón con el que se dirigía Jungkook —. ¿Una mamada?

—Amor, idiota. He buscado amor.

Jungkook quiso decir algo, pero sus labios volvieron a sellarse. Estaba completamente convencido de que esa no era la forma de encontrar amor, sin embargo, de cierta forma, simpatizaba con su mayor.

¿Cómo burlarse de alguien que buscaba lo mismo que él siempre había querido?

Claro, Jungkook no podía intentar nada con la persona a la que amaba. Por temor al rechazo, porque no quería tener que buscar un nuevo lugar para alojarse, porque esa persona tenía pareja y, principalmente, porque si esa persona ya había sido infiel anteriormente, nada bueno le podía esperar a él. En especial, tomando en cuenta su baja autoestima y el trastorno obsesivo-compulsivo con el que lidiaba desde hacía varios años.

Jungkook no se consideraba digno de ser amado.

—¿Por qué sigues con alguien que no te ama?

Había genuina curiosidad en esa pregunta. No tenía el usual tono ladino que a Jimin tanto fastidiaba, esta vez Jungkook quería una respuesta real.

—No lo sé —responde franco, quitándose las gafas y dejándolas en la mesita de centro junto a la bufanda. El reloj en la pared marca las doce. Jungkook bosteza —. ¿Quizás es la rutina? No, no es eso. Ella me ignora, entonces no es eso. Yo la amaba, Jungkook. Me duele el pensar en dejarla porque... Me ilusioné.

—Termina con ella.

—¿Qué?

—Termina con ella —las palabras abandonaron su boca sin siquiera pensarlas, pero Jungkook no iba a retractarse —. Alguien tiene que decírtelo, Jimin. Si no puedes estar con ella siendo ella como es, es mejor que no lo sigas intentando. Cuando ella se entere de que le has sido infiel tantas veces, ¿cómo crees que se sienta?

Jimin mordió sus labios, sabiendo la respuesta.

—¿Cómo te sientes tú al engañarla?

Jimin esta vez quiso decir algo. Abrió la boca, pero no lograba sintetizar en palabras sus pensamientos.

Se sentía mal, se sentía culpable. Pero también se sentía dolido e indefenso. Estaba actuando egoístamente y excusando su lado más vil. Era un patán, un patán triste y necesitado de cariño, pero al fin y al cabo un patán.

"¿Por qué nadie se pone en mi lugar?" Quiso preguntar, pero era una pregunta estúpida. Había otras maneras de actuar, siempre existieron más alternativas. Y si bien, él no pasaba más allá de asistir a citas con diferentes personas, el simple hecho de intentar obtener el afecto romántico de alguien más ya era ser infiel.

—¿Cómo te sientes tú? —se dirigió a Jungkook en lugar de contestar.

Jungkook carcajeó como si le hubieran contado un buen chiste. ¿Cómo se sentía él? No podía decir que estaba decepcionado, porque nunca esperó nada de nadie. Tampoco podía decir que estaba triste, porque no tenía razones concretas para estarlo.

"Enamorado" quiso decir.

—No cambies la pregunta.

—No sé cómo me siento, Jungkook —Jimin apartó la mirada, avergonzado de sí mismo —. Sólo quiero que alguien me ame.

—Ella no lo hace. O bien, al menos no lo demuestra como tú quieres que lo demuestre —corrigió —. Olvida lo que dije primero, no puedes saber los sentimientos de otras personas.

—No se preocupa en lo absoluto por mí, Jungkook. Vamos, que yo me conformaría sólo con palabras. No necesito afecto físico, yo quiero que me ame y ya. Quiero que me pregunte todos los días cómo estoy, quiero que se preocupe por las cosas que me gustan y por las que no, quiero poder hablar con ella sin pensar que la estoy molestando, quiero que me abrace cuando estoy triste y que me aliente cuando hay algo que me ilusiona.

—De verdad que no te entiendo. Sólo sal y haz algunos amigos, los amigos se supone que hacen todo eso —dijo Jungkook.

Jimin sonrió cansado y dejó la cerveza en la mesa de noche. Dudando en decir lo que pasaba por su cabeza, pero al final se decidió.

—Tú eres mi amigo, ¿por qué no haces todo eso?

Dolía, esas palabras dolían. Pero devolvió la sonrisa. Porque al final, él siempre estaría para el chico frente a él.

—Ya lo hago, tonto.

Jimin, sin decir ni una palabra, se levantó y fue a sentarse al lado de Jungkook, acurrucándose en su pecho, pronto sintiendo los brazos de su menor rodearlo cálidamente. Jungkook recargó la barbilla en la cabeza de Jimin, escuchándolo sollozar mientras una lágrima resbalaba de su propia mejilla.

—Gracias —murmuró Jimin tras unos minutos, sintiendo sus párpados pesados.

Y ambos amigos cayeron dormidos.

Uno de ellos sintiéndose amado.

El otro odiándose por amar.

CRYING CORNER ☹  「Jikook / Kookmin 」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora