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Sospechoso 3

En aquel momento el estaba ordenando la habitación de aquel lugar. No era su casa, ni su cuarto, pero allí estaba hace más de 3 semanas y le gustaba tener el lugar en orden. La habitación estaba pintada de un color crema, un tanto amarilla, y el piso de baldosas blancas. Una alfombra celeste pastel, una cama con sabanas blancas, un escritorio blanco al igual que la silla que lo acompañaba, y una cómoda. Ensima del escritorio, un cuaderno.

Alejandro estaba cómodo allí, antes iba a aquel lugar para tener sesiones con el doctor, ahora básicamente vivía allí. Iba a un instituto común, en donde tenia amigos y todo lo que hace un adolescente normal, pero vivía allí, y no en su casa. Aveces iba allí para saludar y para decir como iban los avances.

El estaba sentado en la cama atando sus agujetas cuando la enfermera entro diciendo que la acompañara, que tenía visitas, estaba emocionado, su mejor amiga había cumplido con la promesa de ir a visitarlo pronto. Pero su sonrisa se fue cuando vio quienes eran "las visitas".
Los mismos policías que estaban haciendo las entrevistas eran los que fueron a avisarle.

Estaba triste tal vez demasiado, ayer no durmió nada, estaba nervioso, quería avances, quería saber si encontraron rastro. Quería saber donde estaba.
Su piel pálida y marcada, su pelo negro, y su poca barba que tenia en la barbilla. Sus clavículas marcadas al igual que sus costillas, y como siempre su estomago vacío. A plena vista, frágil, hermoso, alguien a quien te gustaría abrazar y decir que todo esta bien. Ese era...

-Alejandro Bravo, por aquí por favor.- El policía de anteojos hablo.

Entro a la habitación, se sentó en aquella solitaria silla, y miro a los policías. El policía mas viejo estaba por decir algo cuando Alejandro lo interrumpió.

-Ella y yo nos conocimos cuándo venía a visitar a Laura. Ellas eran mejores amigas. Laura y yo no nos llevábamos bien, pero Alma tenía ese algo que te hacia, o odiarla demasiado o amarla como una hermana. Ella era mi mundo, hace 2 semanas prometió ir a visitarme al hospital. No supe mucho de ella desde entonces. A aquellos chicos de allá afuera.- Se acerco a los policías un poco.- no los conozco. Nunca me hablo de ningún amigo, de nadie no sabia de la existencia de ellos hasta hoy. Eso es todo lo que sé.

Alejandro se paro para irse, pero uno de los policías le preguntó algo que lo desconcentro.

-Ahora... ¿Por qué no nos hablas sobre ti?-

Alejandro sabia a lo que se referían. Su aspecto, el hospital, Alma.

-Fue el momento en que mis padres me encontraron desmayado en mi habitación. Hacía 4 días que no había comido nada... Alma la conozco del instituto. No estamos en las mismas clases, pero nos cruzamos en el almuerzo, o en solo 1 clase. Psicogia.- Concluyó.

-Pero ¿Por qué...? - No termino la pregunta cuando Alejandro lo interrumpió nuevamente.

-¿Por que no como nada? Simple... Necesito el peso ideal, esos chicos de las revistas... Son perfectos, esos chicos de afuera, son perfectos, y yo... Pues aquí estoy. Buscando ser atractivo... Y antes que lo digan. El sexo no se basa por lo atractivo. Las relaciónes que tienen los adolecenstes en las fiestas, es por que tan desesperado estas.-

En ese momento se fue de la sala. Paso por el pasillo bajo la mirada de los chicos que quedaban allí, salio de la estación, y entro a la camioneta que lo llevaría al hospital de recuperación.

Y todavía no olvida al chico que segundo entró a la entrevista. Ruben, ese era su nombre aun no olvida como sus ojos verdes lo observaron de arriba a abajo. Con esos rasgos perfectos.
Se había enamorado a primera vista. De esos ojos verdes, si alma no estuviera desaparecida, le preguntaría porque nunca le presento al chico sexy de perfectos ojos y labios sensuales. Su voz... Mmm... El sonido más perfecto que jamas oyó.
Pero... Seguramente el no gustaría de el. ¿Acaso han visto su aspecto? No estaba lo suficientemente flaco, no lo estaba...