Las Vegas (71)🏎

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-Viva Las Vegas.- deja un beso en mi sien al entrar al baño de la habitación y dirigirse a abrir la llave de la regadera mientras me maquillo frente al espejo. ¿En qué momento nos convertimos en una pareja casada?, no tengo idea.

-Buenos días a ti también. ¿Emocionado por tu día libre?

-Mucho.

Por primera vez en bastante tiempo, todos los chicos llegaron a Las Vegas el mismo día, así que hoy pueden hacer lo que quieran por la noche sin preocuparse por tener algún compromiso mañana. La última vez que habíamos hecho esto, fue justamente en España del año pasado, cuando Charles me dijo ese icónico "quiero que me beses".

-Voy a decirle a Carlos que nos vemos abajo en 10 minutos. Ya debe estar desesperado, sabes cómo se pone cuando la gente no es puntual.- asiente, doblando la ropa que iba a ponerse sobre el lavabo.- Voy a usar tu celular, el mío se está cargando.

Su rostro en el reflejo frente a él debió haber sido respuesta suficiente.

-No, espera, si quieres mejor yo le aviso...

Pero llegó justo después de poner la clave. Y sé que no pude haberme equivocado con ella, pero de igual forma, lo intento nuevamente. Y una vez más. Hasta que me doy cuenta que no se trata de un error. ¿Pero por qué?

-¿Cambiaste tu contraseña?

Es... uhm, ¿qué es, realmente? Desde que estamos juntos hace prácticamente un año que su contraseña es mi fecha de nacimiento. Trato de no mostrarme sorprendida porque eso no es asunto mío realmente. Es su celular, su privacidad. Pero si no había tenido problema con eso antes al poner eso como clave, ¿por qué cambiarla ahora? Fue su idea elegir justamente esa, tampoco es como si yo lo hubiera obligado o se lo hubiera pedido.

-Eh, sí. Me dijeron que por seguridad.

-Por seguridad.- repito para tratar de darle sentido en mi cabeza, regresándoselo.

Tiene sentido, creo. Y trato de no sobrepensar mucho de eso porque, es su celular. Puede hacer lo que quiera con él a final de cuentas. Realmente a mí no me importa cuál sea su contraseña.

Pero la cambió por algo, ¿no? Y es raro que se ponga así si no oculta nada.

-Sí, Mía me dijo que no era seguro en caso de olvidar mi teléfono por ahí, el resto de los pilotos la conocen, ¿recuerdas la cena?

-¿Esa es la excusa que vas a darme? ¿"Seguridad"?

-No es una excusa, es la verdad.

Ninguno de los dos dice nada, probablemente esperando a que el otro agregue algo más. El único sonido que nos envuelve, es el de la regadera que había abierto hace un instante. Conozco su estrategia, siempre que me enojo con él y quiere arreglar las cosas, dice algo para hacerme reír y tranquilizarme respecto a lo ocurrido, pero en esta ocasión no lo hace. Es como si realmente estuviera preocupado por algo. ¿Pero por qué?

-Solo avísale a Carlos que lo veré abajo en 10 minutos, ¿sí? Apúrate, contéstale a quien sea con quien te estés mensajeando y te veo afuera.- replico saliendo del cuarto de baño, dirigiéndome de regreso a la habitación como si así pudiera alejarme también de mis pensamientos, no sin antes escuchar un "no me estoy mensajeando con nadie" de su parte.

(...)

El camino al elevador fue incómodo, y nunca desde que tengo memoria, jamás habíamos tenido un momento incómodo en silencio.

-¿Vas a apostar hoy? Sé que eres buena con las cartas, tal vez podamos engatusar a Max. Te gusta verlo perder.

Sí, porque eso rara vez sucede.

FORMULA HEART || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora