Perfecta

I

Raven.

Trabajo de verano, mi madre insistió demasiado en ello, tener un ingreso propio me ayudaría a administrarme mejor y valorar cada centavo, crear un sentido de la responsabilidad, muchas cosas que desea que aprender al convertirme en un adulto.

Así que estas vacaciones de verano me había mandado como niñera a una de las haciendas afueras de la ciudad, los señores eran amigos de una amiga de mi madre, y con eso le basto para tener la confianza de mandarme lejos de casa.

El lugar lucia acogedor, era claro que la gente tenia dinero, la casa era bastante grande, al menos Conte cinco ventanas en el segundo piso, tenía una gran extensión de tierra, grandes arboles alrededor, pero había demasiada paz, podía escuchar como el viento atravesaba las ramas de los árboles.

—El lugar es grande —mi madre miro alrededor igual de maravillada que yo.

—¿Segura solo será un niño? Parece como si tuvieran espacio para una docena, aunque no se escucha ningún sonido, como si nadie viviera aquí.

La puerta se abrió antes de que nos acercáramos, supongo que tendrán sistema de vigilancia, pero la sensación de escalofrió aumento con escuchar ese pequeño sonido, entre tanta paz.

—Lorein —la señora se acerco a darle un medio abrazo a mamá, así como el señor le extendió la mano de manera formal —tu debes ser Raven, te vez mas joven de lo que nos mencionaron.

—Cumple diecisiete la semana que viene, pero siempre le han dicho que se ve más joven.

—Bien, entonces pasa.

Mire a mamá que sonrió para darme confianza, yo en realidad no tenia muchas ganas de quedarme, no conocía a estas personas, tampoco quería lidiar con un niño que tal vez no seria se mi agrado, soy hija única por lo que un sentido de convivencia con alguien menor o mayor que yo, no lo tengo, solo tolero a mis compañeros del colegio contando con los dedos de una mano los que me agradan en realidad.

Suspire sosteniendo mi bolso, mi madre regreso al auto y yo entre a la casa tras de los señores Jeon. El olor de la casa era como estar en un hospital, todo demasiado pulcro, como a esos desinfectantes en aerosol, no había algún otro aroma, ni velas con olores comerciales de grandes etiquetas que dicen "popurrí de frutas".

Tampoco es como si entendiera mucho, el porque elegir esas cosas, cuando un simple olor a lavando o vainilla seria lo más común.

Toda la decoración era bastante austera, colores monocromáticos, con cambios sutiles, las paredes no tenían mas que los cuadros básicos con pocas fotos de la familia, la sala era amplia de ventanales grandes dejando entrar demasiada luz natural.

—¿Te explicaron cómo serán tus horarios? —asentí un poco sin dejar de mirar el lugar —bien, llegaras aquí cuando tu madre te deje antes de irse al trabajo, te iras después de cenar, ella pasara por ti —se detuvo y la observe —en verdad eres preciosa, sígueme te mostrare donde esta todo.

¿Mi aspecto era relevante? Decidí no darle importancia cuando el señor Jeon subió las escaleras sin decir nada. Yo continue tras de la señora Jeon.

—Esta es la cocina, me comento tu madre que sabes preparar comida, pero aun así te dejare listo los alimentos de Hoseok, estarán en la nevera etiquetados, por lo demás puedes tomar lo que gustes.

Me mostro el baño de la parte de abajo, así como un pequeño invernadero en el ala oeste, también me mostro la parte trasera de la casa, había un área de juegos amplia para el niño que cuidaría, no tenían ningún tipo de mascota. Subimos al segundo piso para ver las habitaciones, y los baños fuera de los dormitorios, sabia donde se quedaría el niño, donde estaba la habitación de ellos, y las demás que eran un estudio, un gimnasio pequeño, por ultimo habitaciones vacías.

Me dijo que había un pequeño sótano para la lavandería, pero que la puerta se mantenía cerrada pues Hoseok se había caído una vez por esas escaleras y preferían no exponerlo de nuevo.

—La clave de la alarma te la pasamos por mensaje, este es el controlador de la temperatura, los controles remotos están en la mesita de la sala, bien ya te dije donde esta todo, cualquier problema llámanos.

—Esta bien.

—Hoseok no te dará problemas es un niño muy tranquilo.

En eso el padre bajo con el niño ya vestido y recién duchado, era un niño muy lindo, pómulos marcados y preciosos ojos negros, pero no se parecía mucho a sus padres.

—Hola Hoseok, mi nombre es Raven, seré tu niñera estos días, espero llevarnos bien.

—Gracias —se aferró al pantalón del padre —mi nombre es Jeon Hoseok, tengo siete años y también espero llevarnos bien.

El niño se veía adorable en verdad.

Servi el desayuno en lo que ellos se terminaban para irse a trabajar, poco después se despidieron de su hijo de manera amorosa, para después dejarme sola con el pequeño, puse mis manos en la cintura y después dio un suspiro para calmarme.

—¿Raven? —mire al pequeño —¿Me podrías alcanzar un libro?

Asentí y acompañe al pequeño, me señalo los libros que deseaba y los baje del librero, mire algunos títulos interesantes, tome uno para mi y ambos comenzamos a leer en la sala. Coloque algo de música ligera casi sonido inexistente, así que ambos nos sumergimos en las paginas del libro, el niño se movía poco, solo de vez en cuando cambiaba de posición. Casi una hora después me dio algo de sed. Me levante para preparar un poco de limonada para los dos.

—¿Raven? ¿Puedo ir al baño?

—Claro, no deberías pedir permiso, estas en tu casa solo ve.

—Es que a mamá y papá les gusta saber dónde me encuentro.

—Entiendo, anda te espero en la sala, pensé en tener algo para refrescarnos un poco.

Asintió y salió de la cocina, seguía ese nudo en mi estomago de ansiedad al estar aquí. Termine la limonada para llevarla la mesita de la sala, mire que Hoseok también regresaba, tomo el vaso con limonada bebiendo despacio, me regala una preciosa sonrisa y me siento más tranquila.

Fue una tarde en general tranquila, cuando llego la hora de la comida, ambos compartimos datos de lo que estábamos leyendo, coloreamos un rato, llegaron sus padres, los acompañe a cenar y después mi madre paso por mí, en verdad estuve tranquila, Hoseok es un niño precioso y amable.

El segundo día salimos al área de juegos, estuvimos haciendo castillos de arena.

—Tu me agradas mucho —dijo sin dejar de mirar su obra de arte —es una pena que solo me cuides este verano.

—Si estoy libre, puedo decirles a tus padres, que el siguiente con gusto te puedo cuidar.

—Eso me gustaría, aunque no creo que sea posible, cada verano es una diferente, en parte agradecía porque eres la primera que es amable y juega conmigo, además de entender mis gustos, las otras fueron malas.

—No entiendo, ¿Cómo alguien seria malo contigo? Eres un niño muy bien portado.

—Si, eso creo.

Me levanté y me sacudí, extendí mi mano, Hoseok la tomo para ayudarse a levantar —Preparemos algo de merendar y leamos algo ¿Quieres? —Asintió y nos metimos a la casa de nuevo.

Debo preguntar a mi madre respecto a lo que dijo Hoseok, no me cabe en la cabeza como es que alguien podría ser mala, con un niño tan perfecto como él. Este es un trabajo bastante sencillo, las niñeras debería de durar más, también puede ser que la diferencia de edad, es mas de un par de hermanos. Él también es hijo único como yo, nos entendemos de alguna manera.

Aun así, la sensación de escalofrió no desaparecía cada que me quedaba sola en una habitación, tal vez debí de poner más atención a algunas cosas...